Investidura de Pedro Sánchez

Sánchez activa el modo electoral con su ‘gurú’ Redondo a los mandos

Si quedaba algún puente tendido con Podemos para una hipotética investidura en agosto o septiembre, hoy el candidato socialista lo ha dinamitado.

Sánchez nos conduce a elecciones tras negarse a gobernar con un Iglesias más aislado que nunca

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, aplaudido por la bancada socialista
Joan Guirado

La bancada socialista en pie, ministros incluidos. Aplauden con entusiasmo la última frase pronunciada por el presidente en funciones Pedro Sánchez, desde el estrado, dirigida a Pablo Iglesias: “Si tengo que renunciar a mis convicciones, no seré presidente. Si me obliga a renunciar a mis principios, no gobernaré.”

Ivan Redondo, moviendo el timón del barco con la mirada, observa los diputados del PSOE, asiente con la cabeza y sonríe. Cada día en Moncloa es un día ganado, dice su estrategia. El gurú del presidente ya piensa en el 10 de noviembre y su jefe, Sánchez, lo evidencia inaugurando una larga campaña desde la tribuna de oradores.

Si quedaba algún puente tendido con Podemos para una hipotética investidura en agosto o septiembre, hoy Pedro Sánchez lo ha dinamitado. Ha atacado con dureza a su ‘socio preferente’ Iglesias, reconvertido desde ya en su mayor enemigo político. En las urnas se jugarán el mismo voto. Tres meses construyendo un relato de lealtad, confianza y cooperación mientras en la cocina del palacio presidencial se iba cociendo una estrategia electoral.

Con la soberbia de quien tiene una mayoría absoluta inexistente, Sánchez no ha tratado de convencer hoy al resto de grupos parlamentarios para recabar su apoyo. Consciente que una repetición electoral le puede beneficiar, el presidente en funciones se ha quitado hoy el disfraz institucional que lleva todo jefe del Ejecutivo para bajar al barro y enfangar contra Unidas Podemos, mientras Iglesias le proponía la última oferta, esta vez sí, en público y con cámaras.

Precisamente para que el PSOE pudiese valorar esta oferta, Izquierda Unida ha pedido un receso a la presidenta del Congreso Meritxell Batet. La socialista ha declinado la petición y tras finalizar las intervenciones ha dado paso a la votación, con cinco minutos de cortesía para que todos los diputados pudieran llegar a su escaño. Tiempo que algunos han aprovechado para hablar entre ellos, como Gabriel Rufián con Marcos de Quintos y Juan Carlos Girauta.

Tras filtrar ayer las demandas de Podemos, Sánchez ha intentado hoy acabar de noquear a Iglesias como primer paso para situar recuperar el PSOE la hegemonía de la izquierda. Cabrá esperar hasta el 10 de noviembre para ver si la estrategia elegida por el presidente en funciones es válida o no.

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