España
ESTADO DE ALARMA

Salvador Illa condena las protestas del fin de semana y las atribuye a una «fatiga pandémica»

El ministro asegura que no habrá nuevamente confinamientos domiciliarios

Asturias pedirá al Gobierno el confinamiento domiciliario durante 15 días

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha condenado las protestas del fin de semana en varias ciudades contra el toque de queda y el estado de alarma. Según el ministro «están fuera de lugar». Las ha atribuido a grupos negacionistas. Según Salvador Illa, son consecuencia de la «fatiga pandémica» de la población. El ministro Salvador Illa cree que los disturbios no representan a la mayoría, que está teniendo, en su opinión, una actitud «cívica».

En un encuentro telemático con empresarios catalanes, Salvador Illa ha reconocido «el cansancio de la población» y que ello lleva -ha dicho- «a no seguir las medidas, a subestimar los riesgos e incluso a las protestas violentas». En cualquier caso, según el ministro las protestas «están fuera de lugar».  Salvador Illa ha reconocido el «civismo» de la mayoría de la sociedad y ha pedido una actitud «firme y contundente» ante los negacionistas. Además, ha pedido a la ciudadanía un «esfuerzo solidario».

Confinamientos domiciliarios

Salvador Illa ha descartado -«ahora», ha afirmado- confinamientos domiciliarios. Illa ha sido preguntado por la solicitud de Asturias de un confinamiento domiciliario de su población durante 15 días. Según el ministro de Sanidad, «no podemos entrar en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura». «Ahora no lo prevemos», ha dicho Salvador Illa. «Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las Comunidades Autónomas para poder actuar es suficiente».

El aumento de la presión asistencial y del número de contagios por coronavirus ha elevado, este fin de semana, de tres a cuatro el nivel de alerta en Asturias, lo que ha llevado al Gobierno regional a anunciar que nuevas medidas para restringir la movilidad y las interacciones sociales. Este lunes ha pedido al Gobierno central un confinamiento general de la población por 15 días, así como suspender «toda la actividad económica no esencial» a partir del miércoles y establecer el toque de queda a las diez de la noche (dos horas antes del vigente).

La decisión ha sido anunciada por el presidente del Principado, Adrián Barbón, tras reunir con carácter de urgencia al comité de crisis de la covid-19 y después de que ayer la comunidad autónoma pasase al nivel cuatro de alerta (riesgo extremo) por el fuerte aumento de la presión asistencial de los últimos días y de los contagios. Ya superan los 3.000 en los últimos ocho días de octubre.

Según el Gobierno asturiano, estas medidas están orientadas a «intensificar la disminución de la movilidad y de la interacción personal» en un momento «crítico». El índice de casos positivos se mantiene entre el 6% y el 10%, por encima del 5% que la OMS fija como umbral para considerar controlada la pandemia.

A falta de los datos de ayer domingo, hay más de 625 pacientes hospitalizados en Asturias. Un 30% de las UCIs ya están con pacientes de Covid. Son más de un centenar los enfermos de Covid en Unidades de Cuidados Intensivos asturianas.

Incidentes

Mientras tanto, varias ciudades españolas han vivido este fin de semana protestas violentas continuadas contra el estado de alarma y el toque de queda decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez. Fuentes oficiales las atribuyen por igual a grupos de extrema izquierda y extrema derecha. También a grupos de jóvenes en botellones. La policía descarta que los disturbios estén coordinados nivel nacional. Los principales altercados se han producido en Logroño, en León, en Madrid y en varias ciudades andaluzas.

En Madrid, los manifestantes que se congregaron el sábado por la noche en la Puerta del Sol se trasladaron luego a Gran Vía, donde levantaron barricadas, quemaron contenedores y se enfrentaron a la Policía. Pasada la medianoche, y violando el toque de queda, avanzaron hacia el barrio de Argüelles. Por el camino, rompieron los escaparates de varios comercios y entidades financieras. Hubo más de 30 detenidos.

En Logroño, los disturbios se saldaron con seis detenidos y siete manifestantes heridos. Jóvenes radicales saquearon una tienda de Lacoste en pleno centro de la ciudad, tras romper el escaparate con piedras y objetos contundentes.

También en Granada y Málaga tuvo que intervenir la Policía en la noche del sábado, después de que los manifestantes prendieran fuego a varios contenedores. En Barcelona, también se produjeron enfrentamientos entre la Policía y manifestantes antisistema que protestaban contra los desahucios. Hubo también saqueos de comercios.

Ante estos hechos, el presidente Pedro Sánchez publicó un mensaje en Twitter pidiendo que cesen los disturbios violentos en toda España: «La conducta violenta e irracional de grupos minoritarios es intolerable. No es el camino», afirma en su tuit. El ministro Salvador Illa las ha calificado dos veces ya, en 48 horas, de «inaceptables». El vicepresidente Pablo Iglesias las atribuyó inmediatamente a la extrema derecha durante el fin de semana.

Hoy, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha dicho que «delante y detrás» de los disturbios en varias ciudades del país hay «un movimiento perfectamente organizado de una minoría radical y extremista bien financiada». En un mensaje en la red social Twitter, Fernández Vara ha dicho que «hay que ser conscientes de que delante y detrás de todo lo que está pasando en las calles de las ciudades de España hay un movimiento perfectamente organizado de una minoría radical y extremista bien financiada». El líder socialista extremeño no ha aclarado a quién se refiere.