Rajoy testifica desde el estrado y no delante del banquillo de los acusados
Con el fin de preservar su imagen institucional, los jueces han permitido que Mariano Rajoy testifique desde el estrado y no frente a ellos y delante del banquillo de los 37 acusados en esta causa, tal y como han hecho el resto de testigos. El presidente está sentado a la derecha de los tres magistrados que componen el tribunal.
El exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega es el único de los 37 acusados del macrojuicio a la trama Gürtel que asiste a la sesión en la que declara como testigo el presidente del Gobierno. En un primer momento también iba a estar presente el extesorero del PP Luis Bárcenas pero finalmente ha cambiado de opinión.
Tampoco están los tres acusados encarcelados por el caso Fitur, el cabecilla de la red corrupta, Francisco Correa, su número dos, Pablo Crespo, ni Francisco Pérez, «El Bigotes».
Sí que está presente Guillermo Ortega, que fue el que solicitó en dos ocasiones la testifical del presidente del Senado, Pío García Escudero, quien declarará ante el tribunal una hora y media después de Rajoy.
También asisten a su declaración el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, por «cortesía institucional», aunque serán las fiscales del caso, Concepción Nicolás y Concepción Sabadell, quienes pregunten si lo consideran oportuno.
Rajoy ha llegado pasadas las 9.45 horas a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid), a la que ha entrado por el garaje custodiado por un fuerte cordón de seguridad y donde ha sido recibido por el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro.
Mariano Rajoy no testifica por su condición de jefe del Ejecutivo, sino por haber sido vicesecretario general del PP entre 1990 y 2003 y «responsable de asuntos electorales». Aún así, es una de las comparecencias ante un tribunal con mayor expectación en los últimos años, -tal y como fue la de la Infanta Cristina en el ‘caso Nóos’- para la que se han acreditado 312 periodistas, fotógrafos y técnicos de 83 medios de comunicación, 21 de ellos extranjeros como las televisiones públicas de Alemania y Francia, según han informado fuentes de la Audiencia Nacional.
Esta es la primera vez que un presidente del Gobierno en ejercicio declara como testigo en un juicio por corrupción. No se conocen precedentes, ya que Adolfo Suárez acudió voluntariamente a testificar en el marco del ‘caso Banesto’ en 1995, cuatro años después de haber abandonado la política y Felipe González lo hizo por escrito 1991 durante la instrucción del caso por el secuestro de Segundo Marey, aunque en 1998 declaró de forma presencial por este asunto ante el Tribunal Supremo, pero entonces ya había abandonado el Palacio de la Moncloa.