Multas de tráfico

Las principales ciudades de España, a examen por su recaudación de multas

Madrid, la capital que más recaudará por multas en 2025, con 208,5 millones de euros

Bilbao, la ciudad con un mayor incremento en los ingresos por multas

multa tráfico, radar
Una señal de radar en Madrid. (EP)

La recaudación por multas de tráfico se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la financiación municipal en las grandes ciudades españolas. Las diez capitales con mayor población, lejos de limitarse a una función meramente sancionadora, han tejido un entramado “parafiscal” que convierte cada infracción en un ingreso seguro y creciente para las arcas públicas, según el III Informe sobre ciudades y multas elaborado por Dvuelta, entidad dedicada a la defensa de los conductores.

El informe analiza en profundidad los datos de 2025 y los compara con el ejercicio anterior, desgranando no solo las cifras absolutas, sino también los indicadores que mejor reflejan la presión real sobre los ciudadanos: la recaudación por habitante y por vehículo.

Este análisis, sustentado en los cuadros de ingresos totales, ingresos por habitante y por vehículo, y la suma de conceptos como el IVTM (Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica) y los ingresos por grúa, permite poner de manifiesto la auténtica dimensión de la voracidad recaudatoria de los ayuntamientos. Una voracidad que se incrementa año tras año, alimentada por la sofisticación tecnológica, la proliferación de normativas restrictivas (como las ZBE) y la creciente dependencia de los ingresos derivados de la movilidad urbana.

Las diez capitales de provincia con más población de España prevén recaudar en 2025 por multas de circulación 399,7 millones de euros, un 1,9% más de lo presupuestado el año anterior, según el Informe de Dvuelta.

Madrid lidera, un año más, el ranking de recaudación por multas de tráfico. Según los datos de 2025, la capital española supera nuevamente la barrera de los 200 millones de euros, hasta los 208,5 millones, consolidando su posición como la ciudad con mayor capacidad recaudatoria del país y acaparando más de la mitad del total ingresado por las diez grandes capitales.

Este liderazgo no es coyuntural ni fruto de una circunstancia excepcional: Madrid lleva años manteniendo esta posición, pese a que en 2025 el presupuesto municipal prevé recaudar un 1,4% menos por multas que en 2024. Con todo, solo la capital recauda por multas casi la mitad que la DGT en toda la red de carreteras, con excepción de las de Cataluña y País Vasco.

Madrid lidera la recaudación impulsada por una política sancionadora especialmente agresiva y por la extensión de las zonas de control y vigilancia, así como por la intensificación de la recaudación por ZBE. La capital, con su vasto parque móvil y alta densidad de tráfico, se ha convertido en un auténtico laboratorio de fiscalización, donde cada conductor es una potencial fuente de ingresos.

El caso de Madrid ilustra a la perfección cómo la recaudación por multas de tráfico ha dejado de ser un instrumento de corrección de conductas para convertirse en un recurso estructural de financiación municipal. Las cifras hablan por sí solas: Madrid recauda 3,5 veces más que Barcelona, la segunda ciudad más multadora.

El auge de Bilbao: récord en 2025

Si Madrid se mantiene como líder indiscutible en cifras absolutas, Bilbao protagoniza en 2025 el mayor incremento porcentual de recaudación por multas de tráfico, con un 51,6% de aumento respecto de 2024, hasta alcanzar los 18,5 millones de euros. Según los datos del Informe de Dvuelta, la capital vizcaína experimenta un aumento generalizado de los ingresos, impulsado por la entrada en vigor de nuevas normativas, la ampliación de la OTA (Ordenanza de Tráfico y Aparcamiento) y la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).

Las políticas municipales de Bilbao han apostado por una recaudación intensiva por multas, apoyada en la extensión de las áreas de control. El resultado es un aumento significativo de la recaudación, que sitúa a la ciudad como uno de los ejemplos más claros de la tendencia al alza en la presión sancionadora sobre los conductores.

También la ciudad de Valencia presenta un incremento significativo en su presupuesto anual de recaudación por multas, con más de un 27%. Por el contrario, Las Palmas de Gran Canaria recaudaría en 2025 un 13% menos, mientras que Barcelona y Zaragoza prevén mantener invariada la cifra de recaudación.

La voracidad recaudatoria de las grandes capitales no se limita a las multas de tráfico. El informe de Dvuelta incorpora un análisis detallado de los ingresos totales, sumando a las sanciones lo recaudado por el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM), llamado impuesto de circulación, y los ingresos por los vehículos retirados por la grúa. Es un enfoque integral que pretende dimensionar con mayor precisión la presión económica que soportan los conductores urbanos.

El IVTM, un impuesto obligatorio para todos los propietarios de vehículos, representa una fuente estable y creciente de ingresos para los ayuntamientos. Su cuantía varía en función de la potencia y las características del vehículo, pero en ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga puede superar fácilmente los 130 euros anuales para un turismo de gama media.

A este importe hay que sumar los ingresos derivados de la grúa municipal, que en suponen un recargo adicional para los conductores sancionados. Sumados todos los conceptos, la cifra total por multas, IVTM y grúa asciende a un total de 836,1 millones de euros para 2025. De ese importe total, el 42,5% corresponde sólo a Madrid, que ingresará por todos estos conceptos 356 millones de euros en 2205.

Barcelona se sitúa en el segundo lugar de la tabla, con 125,8 millones (2,8 veces menos que Madrid), y de Palma de Mallorca, que cobra protagonismo en el informe por su elevada recaudación per cápita. Cierran la tabla de cantidades totales las ciudades de Bilbao, Murcia y Las Palmas. Llama la atención el hecho de que las ciudades en conjunto recaudan por multas la misma cantidad que por impuesto de circulación, rozando los 400 millones de euros.

Recaudación por habitante

Uno de los aspectos más reveladores del informe de Dvuelta es el análisis de la recaudación por habitante por todos los conceptos, es decir, multas, IVTM y multas. Este indicador permite relativizar el dato absoluto de recaudación, mostrando hasta qué punto cada ciudadano es objeto de presión fiscal por parte de su ayuntamiento. Este epígrafe recoge los ingresos municipales por multas, impuesto de circulación y grúa, y se distribuye de manera lineal por la población censada en la ciudad según los datos del INE.

En 2025, Palma de Mallorca encabeza el ranking con 134,9 euros recaudados por habitante, seguida de Bilbao (109,3), Madrid (104,2), y Sevilla (84,2 euros), que es la primera capital de tabla que recaudará en 2025 menos de 100 euros por habitante. La media de las primeras diez capitales es de 83,6 euros, y la que menos prevé ingresar por los mismos conceptos es Zaragoza, con menos de 60 euros.

Recaudación por vehículo

El otro gran indicador que relativiza la magnitud de la recaudación es el ingreso por vehículo. Este dato elimina el sesgo del tamaño del parque móvil y muestra hasta qué punto cada coche es un objetivo recaudatorio en las grandes ciudades, incluyendo, igualmente, los ingresos por multas, IVTM y grúa. .

Y en este epígrafe Bilbao destaca por su enorme presión recaudatoria: cada vehículo censado en la capital vizcaína pagará de promedio en 2025 la cantidad de 210 euros. El consistorio bilbaíno hace de la necesidad virtud y suple su escaso parque móvil con una presión extraordinaria.

A Bilbao le siguen Madrid, con 182,7 euros por vehículo, Palma de Mallorca, con 170,2 y Barcelona, con 145,6. Cierran la tabla Zaragoza, Valencia y Murcia, los tres con cifras de recaudaciónen el entorno de los 110 euros por vehículo censado.

Este indicador es especialmente relevante porque muestra la intensidad de la fiscalización sobre cada coche, independientemente del tamaño total del parque móvil. Ciudades con una política sancionadora más agresiva pueden obtener más ingresos por vehículo, lo que evidencia la existencia de estrategias específicas orientadas a maximizar la recaudación.

Impacto de las nuevas tecnologías

Uno de los factores que explican el incremento sostenido de la recaudación por multas de tráfico es la implantación de nuevas tecnologías de control y fiscalización. Las grandes capitales han desplegado en los últimos años una auténtica red de cámaras, radares, sistemas de lectura automática de matrículas y sensores inteligentes que permiten detectar y sancionar infracciones en tiempo real.

La implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), los carriles exclusivos para determinados vehículos y las restricciones al tráfico privado han multiplicado las oportunidades de sanción. Estas medidas, justificadas oficialmente por razones medioambientales o de seguridad vial, tienen un efecto directo sobre la recaudación, incrementando de forma notable el número de infracciones detectadas y sancionadas.

El caso de Bilbao es especialmente ilustrativo. La entrada en vigor de la ZBE y la ampliación de la OTA han supuesto un incremento significativo de los ingresos por multas, situando a la ciudad entre las que más crecen en 2025.

El efecto de la movilidad

La configuración urbana de cada ciudad también influye de forma decisiva en la recaudación por multas de tráfico. Centros históricos con calles estrechas, zonas peatonales, áreas de acceso restringido y una oferta limitada de estacionamiento favorecen la imposición de sanciones por estacionamiento indebido, acceso no autorizado o circulación por zonas prohibidas.

Las políticas de movilidad, orientadas a reducir el tráfico privado y fomentar el uso del transporte público, han multiplicado las restricciones y, con ellas, las oportunidades de sanción. En ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, la implantación de zonas de bajas emisiones, carriles exclusivos y restricciones horarias ha incrementado de forma notable el número de infracciones detectadas y sancionadas.

¿Seguridad vial y sostenibilidad?

Los ayuntamientos justifican el incremento de la recaudación por multas de tráfico en la necesidad de mejorar la seguridad vial y promover la sostenibilidad. Sin embargo, el análisis de los datos revela que la presión sancionadora no siempre se traduce en una reducción efectiva de los accidentes o en una mejora de la movilidad.

La percepción de los conductores, recogida por Dvuelta, es que las políticas municipales priorizan la recaudación sobre la prevención. La proliferación de sanciones por infracciones menores, la falta de flexibilidad en la aplicación de las normativas y la ausencia de campañas informativas eficaces refuerzan la sensación de que la finalidad última es la obtención de ingresos, más que la mejora de la seguridad o la movilidad.

Así será el futuro

La tendencia es clara: los ayuntamientos seguirán incrementando la presión fiscal sobre los conductores en los próximos años. La implantación de nuevas tecnologías de control, la ampliación de las zonas de bajas emisiones y la proliferación de normativas restrictivas auguran un escenario de recaudación creciente.

El informe de Dvuelta alerta sobre el riesgo de que la función sancionadora pierda su carácter preventivo y se convierta en un mero instrumento de financiación. La falta de transparencia en la gestión de los ingresos, la ausencia de mecanismos de control independientes y la opacidad en la aplicación de las sanciones refuerzan la percepción de que la voracidad recaudatoria no tiene límites.

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