Pérez Moñino: «Sánchez está colonizando España, desde las instituciones hasta las empresas privadas»
La portavoz de Vox Madrid señala que este Gobierno "se parece cada vez más a la dictadura de Maduro"
«Pedro Sánchez ha saltado todas las instituciones de poder; ahora incluso ha cruzado el límite de las empresas privadas», declara Isabel Pérez Moñino-Aranda, portavoz de Vox Madrid, en exclusiva para El Foco, de OKDIARIO. Su afirmación, tan contundente como su estilo, no sólo denuncia una supuesta trama de corrupción relacionada con Telefónica, sino que subraya un problema que ella califica como «colonización institucional».
Con un discurso que divide opiniones y genera debate en las calles y los pasillos del poder, Pérez Moñino-Aranda carga directamente contra el presidente del Gobierno. «Pedro Sánchez tiene que ponerse a disposición judicial porque está arruinando a los españoles y a las empresas españolas», asegura. Su crítica no se detiene ahí: acusa al Ejecutivo de utilizar «artimañas legales y jurídicas» para infiltrarse en el tejido empresarial, señalando el caso de Telefónica como el último ejemplo de lo que describe como «los privilegios del poder».
La portavoz de Vox Madrid no escatima palabras al referirse a la supuesta implicación del Gobierno en prácticas corruptas. «Estamos como acusación popular en todos los casos, en todas las instituciones y en las comisiones de investigación en la Asamblea de Madrid», afirma, en alusión a las múltiples denuncias impulsadas por su partido. Entre ellas, destaca la investigación sobre la cátedra académica de Begoña Gómez, esposa del presidente, un tema que según Pérez Moñino-Aranda «Pedro Sánchez debería explicar personalmente ante los tribunales». El partido, asegura, también ha estado presente en las manifestaciones convocadas contra el Gobierno, subrayando su papel como principal fuerza de oposición. «Hemos demostrado una oposición frontal a este Gobierno que cada vez se parece más a la dictadura de Maduro», sentencia, en una comparación que recuerda a las denuncias contra el régimen venezolano por autoritarismo y corrupción.
La denuncia de Pérez Moñino-Aranda toca una fibra sensible en el panorama político español: el delicado equilibrio entre la autonomía empresarial y la influencia estatal. Telefónica, una de las empresas más emblemáticas de España, no es sólo un gigante de las telecomunicaciones; representa también un símbolo del poder económico del país. La supuesta intervención del Ejecutivo en asuntos empresariales plantea preguntas sobre los límites del poder político. Esta situación evoca las palabras del filósofo francés Montesquieu, quien advertía en El espíritu de las leyes: «Una cosa no es justa porque sea ley, pero debe ser ley porque es justa». ¿Está el Gobierno cruzando una línea ética al intervenir en sectores que deberían ser independientes?
La narrativa de Vox, con Isabel Pérez Moñino-Aranda como una de sus principales portavoces, es clara: denuncian lo que perciben como un gobierno que «pervierte las instituciones, corrompe las leyes y manipula las estructuras del poder para beneficio propio». En sus palabras, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha perdido legitimidad y, según sus críticos, «está arrastrando a España hacia un modelo de control absoluto, al más puro estilo bolivariano».
Para sus defensores, esta oposición directa representa un esfuerzo necesario para proteger la democracia y la transparencia. Para sus detractores, es una retórica incendiaria que polariza aún más a una sociedad ya dividida.
«Pedro Sánchez debería dimitir. Su permanencia en el poder es insostenible, no solo por los escándalos de corrupción, sino porque ha perdido la confianza de los españoles», afirma Pérez Moñino-Aranda. El partido insiste en que seguirá actuando en todos los frentes, desde los tribunales hasta las calles, para exigir responsabilidades. Mientras tanto, las palabras de la portavoz y las de su partido en general se alzan y resuenan con fuerza en un clima político cada vez más bronco, crispado y sordo a voces ajenas. Conviene que recordemos aquello de George Orwell en 1984 de que «el poder no es un medio; es un fin. Uno no establece una dictadura para salvaguardar una revolución; uno hace la revolución para establecer la dictadura». ¿Estamos asistiendo a una pugna por el poder o a una redefinición de los límites democráticos en España? Pérez Moñino-Aranda deja claro en esta entrevista que, para Vox, la batalla apenas comienza.
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