Sánchez esconde en su plan anticoronavirus un sablazo a las empresas: aportarán 83.000 millones

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Oficina del BBVA
Carlos Cuesta

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este martes un plan contra el impacto económico provocado por el coronavirus consistente en la movilización de 200.000 millones de euros. Pero, pese a lo llamativo de la cifra, lo cierto es que el grueso del esfuerzo público se hará por medio de avales públicos –no con gasto contante y sonante–. Quien sí tendrá que prepararse para realizar un importante esfuerzo será el sector privado: porque sobre sus espaldas recaerán 83.000 millones de euros en líneas de crédito y en asunción de impagos de las personas que se vean afectadas por la crisis. Un esfuerzo equivalente a nada menos que tres años de pago del Impuesto de Sociedades. Todo un sablazo fiscal camuflado en el plan que Sánchez vende a la opinión pública como propio.

Hay que recordar que el plan económico contra el coronavirus se divide en dos bloques claramente diferenciados. El primero implica 117.000 millones, que procederán del sector público –100.000 millones vía avales–.

El segundo bloque, de 83.000 millones, el 41,5% del dinero, procede del sector privado. Y, principalmente de tres sectores: la banca –por líneas de crédito y asunción de la moratoria en el pago de los créditos hipotecarios de aquellas personas que acaben en el paro por culpa de la crisis del coronavirus–; las telecomunicaciones y la energía –también por los impagos de estas personas y la imposibilidad decretada de cortarles los suministros–.

Sánchez ha calificado esta cantidad como «la mayor movilización de recursos económicos de la historia reciente de España». Pero el gran esfuerzo será el que efectúen las empresas privadas. Básicamente, porque los avales del Gobierno sólo se contabilizarán como gasto a medida que se vayan ejecutando: traducido, que si se capea a tiempo la crisis y no se llegan a producir demasiados cierres empresariales, el Estado se librará de parte de su teórico esfuerzo. Y, además, porque el aval de la deuda soberana española cuenta con el respaldo del BCE y la UE, con lo que las cargas del riesgo se mutualizan con el resto de Europa.

Tres veces el Impuesto de Sociedades

De este modo, no sólo es llamativo el traslado del peso del plan hacia el sector privado y Europa, sino también en la cuantía. Porque los 83.000 millones que pide a las empresas privadas equivalen a prácticamente tres veces el cálculo de recaudación del Impuesto de Sociedades incluido por el propio Gobierno socialista en sus Presupuestos frustrados.

Allí, los socialistas contaban con un fuerte aumento de la recaudación total que se apoyaba, entre otras partidas en el incremento de los ingresos procedentes del Impuesto de Sociedades: Este aumento de la recaudación se estimaba en un 14,1%, hasta llegar a la cifra de 27.579 millones de euros. Es decir, que el nuevo esfuerzo equivale a tres años de pago de ese impuesto: a tres veces el esfuerzo que realizan todas las sociedades mercantiles españolas en el pago de este tributo.

Por ello, pese a que de cara a la galería, los sectores privados, y en especial la banca, tratarán de poner buena cara, lo cierto es que el sector financiero rechina los dientes por el exceso de esfuerzo al que les somete el Gobierno de Pedro Sánchez.

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