DEMANDA POR ACOSO CONTRA JUAN CARLOS I

Las misiones secretas del CNI contra Corinna que sí podrían ser investigadas con la legislación española

corinna juan carlos I
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Manuel Cerdán

La Corte de Apelaciones de Londres ha determinado que Juan Carlos I sólo podrá ser Juzgado en el Reino Unido por acoso extremo a Corinna Sayn-Wittgentein a partir de junio de 2014, después de que dejara de ser Rey y perdiera su inmunidad, pero la denuncia de su ex compañera sentimental incluye operaciones de los servicios secretos que se perpetraron antes y después de su abdicación.

Sin embargo, la operación de acoso sufrida por Corinna en Mónaco en 2012 por agentes del CNI y mercenarios extranjeros contratados con fondos reservados sí podría encajar en una investigación al amparo de la legislación española. Según fuentes judiciales consultadas por OKDIARIO, si el teniente general Emilio Alonso Manglano, director del CESID -la antesala del CNI- se sentó en el banquillo en el juicio por las escuchas ilegales y el ministro José Barrionuevo y la cúpula de Interior fueron condenados por los GAL “difícilmente podrían escapar a la acción de la Justicia aquellos agentes, incluido su director, que acosaron a una empresaria por un asunto que afectaba a la vida privada del ex monarca”.

Además de las acciones hostiles del CNI contra Corinna en 2012 cuando el general Félix Sanz Roldán era su director, la denuncia por acoso recoge otros hechos sucedidos después de 2014: los falsos paparazzi que merodearon durante años el entorno del domicilio de Corinna en Eaton Square, la visita de Juan Carlos I en marzo de 2019, que lucía un pin de la bandera española en la solapa de su chaqueta que podía ocultar un micrófono e iba acompañado por un supuesto agente del CNI, la interceptación de sus correos electrónicos y su teléfono privado, su seguimiento y vigilancia en sus viales al extranjero y los disparos por un desconocido a una ventana de su residencia en la campiña inglesa, entre otras acciones.

Esos incidentes fueron perpetrados después de la abdicación de Juan Carlos I, pero la denuncia de Corinna se centra, principalmente, en las acciones que tuvo que soportar antes del 2014, tras el accidente de Botsuana en abril de 2012. A partir de esa fecha, después de que ella repatriara al entonces Rey desde el delta del río Okavongo, donde se organizó la cacería, en un jet que ella contrató y pagó, la princesa alemana se convirtió en el objetivo principal del CNI, bajo la dirección del general de cuatro estrellas.

Apenas una semana después de que esto ocurriera, el que en esos momentos era jefe de los espías españoles, Félix Sanz Roldán, organizó la Operación Mónaco. Este plan fue puesto en marcha para recuperar los documentos que estaban en aquel momento en poder de la princesa alemana y que podían poner a descubierto los negocios de Juan Carlos I en el extranjero, así como sus cuentas y fundaciones opacas en Ginebra. La ex pareja sentimental del entonces monarca recibió dos llamadas: una del Rey y otra de Sanz Roldán. En estas comunicaciones le decían que le iban a enviar a gente «para garantizar su seguridad».

Operación Mónaco

La Operación Mónaco se llevó a cabo, teóricamente, para protegerla de la prensa y para su desarrollo se empleó dinero de los fondos reservados del CNI. La estrategia consistía en hacerle creer que iba a ser acosada por periodistas por sus vínculos con el Rey. En aquel momento, era habitual que Corinna fuera seguida por paparazzis que merodeaban su casa de Mónaco. El operativo de los servicios secretos españoles era conocido por el entonces Rey, según se lo confesó el propio Sanz Roldán a Corinna en un correo electrónico fechado el 17 de mayo de 2012. El correo decía: «Por supuesto, Su Majestad ha sido informado de todo esto».

Antes de ese mensaje, Sanz Roldán decía: «Como podrás recordar, nuestro objetivo desde el momento en el que nos implicamos en este asunto era evitar que cualquier extraño pudiera entrar en tus instalaciones o pudiera intentar acercarse más de la cuenta o invadir tu privacidad». El que fuera jefe de los espías españoles se refería a la contratación de la empresa monegasca Algiz Security. Esta compañía del sector de la seguridad, entró en la vida de Corinna el 22 de abril de 2012. Supuestamente, para protegerla. La contratación corrió a cargo de «sus amigos de Madrid», en una clara referencia a Sanz Roldán que, paralelamente, se comunicaba con Corinna a través de un email con una identidad falsa.

En uno de esos correos electrónicos, Sanz Roldán le dijo: «Es un placer para mí asegurarte que nosotros seguiremos cuidando de tus propiedades en Mónaco». Y se despedía así: «Mis mejores deseos».

En medio de todos estos episodios de vigilancia por parte de la empresa de seguridad, Corinna se encontró encima de la mesa del salón de su vivienda un libro sobre el fallecimiento de Diana de Gales. El libro llevaba una dedicatoria que decía: «Entre Niza y Mónaco hay muchos túneles». Estas misteriosas palabras suponían un recordatorio al accidente de coche de París en el que perdió la vida la esposa del entonces príncipe Carlos de Inglaterra.

Amenazas reiteradas

Corinna recibió estas amenazas en medio del enfrentamiento con los enviados por Sanz Roldán. Tras tres semanas soportando cómo los mercenarios y enviados de Madrid violaban la privacidad de su oficina y su residencia familiar  (un apartamento de 150 metros) en Mónaco, la princesa alemana rompió con quienes le prometían protección.

Aquellos días de finales de abril y comienzo de mayo de 2012, la mujer que había tenido una relación sentimental con Juan Carlos I durante ocho años tuvo que soportar los peores momentos de su vida. Incluso, llegó a temer por su seguridad personal.

En marzo de 2019 recibió una visita inesperada en su domicilio de Londres. Corinna aseguró a OKDIARIO en una entrevista en exclusiva mundial que Félix Sanz Roldán había enviado al Rey emérito a su casa con un “micrófono oculto en un pin de la bandera española” para “tenderle una trampa”.

“Vino a Londres, a nuestra casa. Me había llamado para decirme que pensaba que debíamos hablar. Yo acepté. Mi hijo y yo lo recibimos de buena fe. Pensamos que había venido a hablar sobre poner fin a esta larga campaña de abuso y acoso contra mí. Por desgracia creo que nos equivocamos. En cuanto entró… porque entró ya con un hombre que sin duda no era su secretario personal. Cuando le pregunté a ese hombre si era su secretario personal, no pudo contestarme. Insistí varias veces y se le veía muy incómodo. Al final vino a admitir que sólo acompañaba al Rey en misiones especiales. Mi personal de seguridad –puse seguridad en aquella ocasión concreta porque no me sentía muy segura– era un tío israelí muy listo. Suelen ser muy buenos. A él le parecía sospechoso también”, relató la princesa alemana.

Aquella actitud puso a Corinna en guardia hasta el punto de que le prohibió al acompañante pasar al salón de su residencia londinense. La ex de Juan Carlos I se temió lo peor: «El Rey llevaba un pin en la solapa, como una bandera de España, y se comportaba de forma muy rara. No hacía más que echarse hacia delante y preguntarme lo que quería. Así que le pregunté: ‘¿Estás aquí para hablar de una salida pacífica, constructiva y digna a esto para nuestras familias, o ha preparado el general [en referencia a Félix Sanz Roldán] esta visita?’. Me respondió enigmáticamente. Primero empezó a decirme que el general era su mejor… mayor protector, un amigo íntimo… Y después dijo que sin el general… –e hizo un gesto muy raro con la mano– él estaría…’. Eso fue lo que nos indicó. De pronto me preocupó de veras que el general podía estar usando al ex rey de España como espía. Había venido a Londres con un micrófono oculto, como todos los demás, para tender una trampa a su ex novia. Pienso que a Juan Carlos no se le daba nada bien jugar a ser 007 porque fue simplemente una situación embarazosa y nos quedamos atónitos de adonde habían llegado las cosas», afirmó.

Paralelamente a los hechos acaecidos en 2012, el CNI, durante el desarrollo de la campaña de descrédito contra Corinna, intoxicó a varios medios de comunicación con la noticia fake de que uno de los Ferrari regalados por el emir de Dubái a Juan Carlos I estuvo aparcado en el garaje de la vivienda en Mónaco de la princesa alemana.

OKDIARIO siguió el rastro estos dos vehículos de lujo, valorados en más de 700.000 euros y demostró que nunca fueron utilizados por la princesa alemana. Sus actuales propietarios son un ejecutivo español y la sociedad de un empresario colombiano. En la conversación que mantuvo con José Villarejo en su domicilio de Londres, Corinna se quejaba del intento de Félix Sanz Roldán para hacer ver a los periodistas de que el Ferrari FF Sabbia al Tramonto de color gris metalizado y de 660 caballos se lo había apropiado ella, tras la ruptura de la compañera sentimental con Juan Carlos I.

Acciones innecesarias

«Si el general Sanz Roldán o el Rey Juan Carlos me hubieran comunicado su inquietud acerca de posibles documentos y me hubieran pedido que los devolviera, lo habría hecho de inmediato», afirmó la princesa cuando fue entrevistada en exclusiva mundial por OKDIARIO.

«Así que ninguna de esas operaciones encubiertas fue en realidad necesaria. Pienso que Sanz Roldán se inventó esa leyenda acerca de que yo tenía toda esa información comprometedora para que se autorizara el presupuesto necesario para llevar a cabo esa campaña ilegal de abuso y acoso».

Durante la entrevista realizada en Londres, Corinna se quejó de que se sentía todavía vigilada por los servicios secretos españoles: «La campaña se intensificó durante el confinamiento del Covid. Dirigida a nosotros muy agresivamente en nuestra propiedad. Dispararon a las cámaras de seguridad, a las ventanas de la propiedad. Trataron de jaquear las cámaras de CTV. Nos tienen vigilados, tienen a mi equipo vigilado… No tenemos duda alguna de eso».

La princesa germana sigue convencida de que Sanz Roldán fue el responsable de la destrucción de la relación con Don Juan Carlos. «Destruir esa relación era su misión porque no me veía bien, y pienso que probablemente no era el único. Lo que cuestiono es que cuando figuras de la clase dirigente no aprueban las relaciones de su Rey, ¿no sería mejor si los hombres tuvieran el valor suficiente para enfrentarse a su número uno, al Rey, en vez de tratar de hundir y destruir a una mujer y a sus hijos?».

El papel de Sanz Roldán

Corinna Sayn-Wittgenstein conoció al general Félix Sanz Roldán en el chalé de La Angorrilla un mes antes de la cacería de Bostwana, en abril de 2012, cuando la princesa alemana residía allí por decisión del monarca. Juan Carlos I se lo presentó en el pabellón de caza de El Pardo.

Su Majestad organizó un lunch para presentar a su pareja sentimental al responsable de los servicios secretos. Aquel encuentro estaba organizado para que el jefe del CNI se comprometiera a darle protección a su pareja. Por ello, el Rey no dudó en presentar a Corinna al teniente general como “mi novia”.

A partir de aquel día, el 13 de abril de 2012, Corinna, tras el accidente de Botsuana, cayó en desgracia y se vio obligada a abandonar España. El escándalo provocó un cortocircuito en las relaciones sentimentales con Su Majestad (SM), auspiciado por los colaboradores más próximos a Juan Carlos I, entre quienes destacaba Félix Sanz Roldán.

Corinna pasó de recibir piropos a soportar amenazas del director del CNI, como ella misma denunció, como su viaje a Londres donde se reunió con Corinna en el hotel Connaught, el 5 de mayo de 2012, unas semanas antes de que recibiera la donación de 65 millones de euros de Juan Carlos I.

Félix Sanz Roldán confesó, más tarde, que acudió al encuentro de Londres, a petición del ex presidente Mariano Rajoy y con el conocimiento del Rey, porque las relaciones entre Corinna y Su Majestad “podían comprometer la seguridad nacional”, según publicó en El País Miguel González, un periodista generalmente bien informado en los asuntos que afectan a los servicios secretos.

Pero Mariano Rajoy lo negó tras abandonar el Gobierno después de que Sánchez presentara la moción de censura.

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