HIPOCRESÍA 'PROGRE'

Janet Sanz, la segunda de Ada Colau, se pasea en yate mientras pide prohibir los coches y los cruceros en Barcelona

Janet Sanz
Janet Sanz y Ada Colau.
Luis Balcarce

La proverbial hipocresía del pijerío podemita acrecienta su leyenda. Janet Sanz, la segunda de Ada Colau, ha subido a las redes sociales una glamurosa foto suya tostándose al sol en la cubierta de un yate en aguas mallorquinas. Una exponente de la izquierda caviar a bordo de uno de los vehículos más contaminantes del planeta. Sanz, teniente alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructura y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona posa como si fuera a salir en las portadas de las revistas del corazón al mismo tiempo que su pareja, Adrià Rodríguez (miembro de la Coordinadora de Barcelona Comú i de la Comissió de Comunicació), le responde: «Estupenda».

Mientras la alcaldesa de Barcelona advierte de que la ampliación del Aeropuerto de El Prat supondría un incremento de las emisiones en la ciudad de entre el 60 % y el 80 %, su segunda se pasea en un vehículo marítimo que contamina miles de veces más que el terrestre.

Desde la Alcaldía se ha lanzado una auténtica cruzada que tiene a los cruceros que tantos turistas aportan a la ciudad como uno de sus principales objetivos. Colau quiere limitar al máximo su presencia y los mismo ocurre con los viajes en avión que cubran trayectos cortos, lo que ha llevado a la alcadesa a criticar la ampliación del aeropuerto de El Prat que la Generalitat ha pactado con el Gobierno central.

En cuanto a los coches, la propia Janet Sanz levantó una gran polémica en la primavera de 2020 al pedir que, tras el parón que supuso la llegada del coronavirus, se evitase «reactivar» la industria del automóvil.

«Es ahora o nunca. Hay que evitar que todo eso se reactive, por lo que necesitamos un plan estatal para que esa industria y esos trabajadores se puedan trasladar a sectores más limpios», aseguró en un coloquio la segunda teniente de Ada Colau.

Toda una muestra de cómo esta tropa somete a la población a su tiranía ‘eco-friendly’ mientras ellos disfrutan de viajes en avión, chuletones y paseos en yates. Una hipocresía que recuerda a la de los ‘bolichicos’ chavistas que alardeaban de salir de compras en aviones privados mientras el pueblo venezolano rebuscaba comida en los cubos de basura.

La teniente alcalde del Ayuntamiento de Barcelona gana 98.192 euros brutos anuales (7.013,71 euros mensuales), mientras que su novio se embolsa 56.714 euros brutos anuales (4.726,16 euros brutos mensuales).

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