Ministerio de Igualdad

La guía de Irene Montero para aprender a ser un hombre: «No digas coñazo, cojonudo o no hay huevos»

guía Irene Montero
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Igualdad enseña cómo ser un hombre «violeta» en una guía sobre las nuevas «masculinidades». El documento -Masculinidades violetas- forma parte de los materiales didácticos que el departamento de Irene Montero elabora para la Cátedra Extraordinaria de Valores Democráticos y Género, que imparte en la Universidad Complutense de Madrid.

En la guía se reflejan situaciones que Igualdad atribuye al comportamiento masculino y que reflejan una visión estereotipada y denigrante para el hombre. Esas actitudes, según el ministerio, vienen determinadas por el «patriarcado», la «estructura de dominación de los varones y lo masculino sobre las mujeres» que «legitima el machismo y la opresión de las mujeres en el espacio público y privado».

«Masculinidad violeta»

Así, Igualdad contrapone 50 comportamientos que considera típicos de los hombres con su propuesta para ser un hombre «violeta». Considera que los hombres «alardean del número de mujeres con las que se han acostado», «mandan fotopollas sin consentimiento», «se refieren a las chicas como unas guarras», se quitan el preservativo sin consentimiento, van de «putas», anteponen su propio placer sexual al de su pareja o utilizan el pene o «la longitud del mismo como medidor de hombría».

El ministerio de Irene Montero da sus consejos: «Los hombres han sido socializados de manera que los piropos a las mujeres han estado insertos en su día a día, pensar que las mujeres quieren recibirlos porque sí es machista»; «¿Te imaginas ir por la calle y que alguien se bajara los pantalones y la ropa interior de repente y te enseñara su miembro? ¿Qué dirías de esa persona? No hagas lo mismo, aunque haya una pantalla de por medio», «todavía nos encontramos con la dicotomía o es una estrecha o es una puta para referirse a las mujeres y su sexualidad. No juzgues la vida sexual de las personas y pregúntate por qué a los otros hombres no los llamas estrechos o putos».

Igualdad considera asimismo que «se ha socializado a los hombres de manera que el sexo en cantidad y con múltiples parejas es sinónimo de masculinidad, de éxito y triunfo, como si las mujeres fueran objetos-trofeo». Por ello, «la presión que ejercen unos hombres sobre otros en relación a la cantidad de sexo que practican les fuerza a buscar relaciones constantemente».

También critican que «los hombres han tratado históricamente a las mujeres como objetos, minusvalorando así su humanidad» y que la «referencialidad androcéntrica del ser humano denigra a las mujeres en su condición de sujetos propios». «Es hora de quitar la carga machista a la mirada de los hombres sobre sus compañeras, sobre la otra mitad de la humanidad», censura Igualdad.

Asimismo, denuncian que los hombres ocupen «más espacio del debido en el metro con las piernas o brazos estirados», que no utilicen el «lenguaje inclusivo» o que digan que «algo es un coñazo o cojonudo» o que «no hay huevos».

«Las referencias lingüísticas a órganos sexuales masculinos en las expresiones comunes siempre son ensalzadoras. La frase no hay huevos ha condicionado a los hombres desde hace décadas. Para el imaginario social, un hombre debe ser valiente y, por eso, la frase significa que si alguien te reta a algo debes hacerlo o perderás tu condición de hombre (los testículos) y el símbolo del poder», explica Igualdad.

«Coitocentrismo»

Para el ministerio, «el sexo es una de las características más resaltadas de la masculinidad hegemónica» y «la utilización de las relaciones sexuales como principal motor de dominación de los hombres sobre las mujeres ha perpetuado un sistema falocéntrico, coitocentrista y que mantiene la cultura de la violación, aquellas violencias y conductas sexuales que imposicionen la dominación de los varones y sumisión de las mujeres», señala la guía en otro momento.

Igualdad también cree que los hombres no lloran «por miedo al qué dirán», y que asumen que ellos son los que pagan o que su pareja debe ganar menos, por lo que pide «terminar con el rol de protector material asumido por la masculinidad tradicional», Además, destaca que «el ideario sexual masculino se ha transmitido gracias a la pornografía, hoy muy accesible a todo el mundo como una escuela de cómo practicar sexo».

La guía también recuerda a los hombres que se ríen de chistes sexistas que estos «preservan una cultura que solapa y valida actitudes denigrantes hacia la mujer» y pide no regalar «a las niñas cocinitas y a los niños coches o juegos con armas» porque «la socialización de género empieza incluso antes del nacimiento de las criaturas».

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