Crisis del coronavirus

Sánchez culpa ahora a científicos y a la OMS por no anticiparse al drama del Covid antes del 8-M

En una respuesta en el Congreso, el Gobierno de Pedro Sánchez rechaza de nuevo asumir responsabilidades por su gestión y se ampara en el "criterio de los científicos"

Pablo Iglesias
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha rebatido las críticas por su inacción frente a la pandemia culpando a los científicos porque «no pueden adelantarse a los hechos» y a la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que no «elevó la situación de emergencia de salud pública» por el Covid a «pandemia internacional» hasta el 11 de marzo. Así responde en concreto el Ejecutivo a una pregunta por escrito del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.

En ella, los diputados Bea Fanjul, Llanos de Luna Tobarra y Carlos Rojas preguntaban al Gobierno si había adoptado alguna decisión «de carácter político» a lo largo de la crisis.

«¿Valora el Gobierno de España cesar a los científicos que «presumiblemente» debemos entender que les aconsejaron celebrar las manifestaciones del 8-M por toda España con el importante riesgo para la salud que las mismas constituyeron?», planteaban los parlamentarios en su exposición. La pregunta buscaba también conocer «qué decisiones científicas permitieron al Gobierno no hacer caso del resto de alertas enviadas por la UE o la OMS para evitar la celebración de actos masivos en las primeras semanas de marzo».

Programa de gobierno

En su respuesta, el Gobierno «insiste en que las decisiones adoptadas para gestionar la grave crisis sanitaria internacional causada por la Covid-19 están basadas única y exclusivamente en los criterios de los científicos».

No obstante, admite también que «siendo fiel a su programa de gobierno, la gestión de esta crisis -a diferencia de otras crisis anteriores- ha tenido como elemento clave la cooperación, la cogobernanza y permite establecer un modelo de actuación para el futuro, que es otro modo de hacer las cosas unidos por la necesidad y por el interés común».

«Asimismo, es un Gobierno comprometido con la igualdad social, por eso afronta la recuperación económica y la social teniendo en cuenta tanto el crecimiento económico como la redistribución, siendo un ejemplo de esto último el diseño del Ingreso Mínimo Vital, entre otras muchas medidas. Por otra parte, como Gobierno con una profunda vocación europeísta ha actuado y recorrido el camino hasta el acuerdo en el Consejo Europeo, acuerdo que puede calificarse de histórico», se jacta el Ejecutivo.

«Ahora bien, que el Gobierno tenga un proyecto de país y sea coherente con el mismo en nada contradice al hecho de que los criterios científicos hayan sido determinantes en las decisiones adoptadas», añade.

A continuación, señala que «las decisiones se han tomado en cada momento de conformidad con el estado de la ciencia, no pudiendo ni debiendo exigir a los científicos que se adelanten a los hechos o que decidan al margen del método científico» e insiste: «En este sentido, cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó la situación de emergencia de salud pública ocasionada por el Covid-19 a pandemia internacional el pasado 11 de marzo».

Desoyó los avisos

El Gobierno desoyó de forma sistemática los avisos de los organismos internacionales desde el inicio de la pandemia. Así, por ejemplo, ya a finales de enero, la OMS avisó de que los países debían «procurar, principalmente, reducir la infección en las personas, evitar la transmisión secundaria y la propagación internacional y colaborar con la respuesta», frente al virus.

El 24 de febrero, este organismo avisaba de que el coronavirus tenía «potencial de pandemia», y alertaba sobre el incremento de casos en países cercanos, como Italia. Su director general, Tedros Adhanom, reiteraba la petición de que los países se centrasen en la contención del virus. El 28 de febrero, el organismo elevó el riesgo del coronavirus a «muy alto».

El 2 de marzo, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades de la Unión Europea publicó un informe en el que se aconsejaban «medidas más estrictas de distanciamiento social». Entre ellas, la «suspensión de reuniones masivas y cierre de colegios y centros de trabajo para interrumpir las cadenas de transmisión». También se instaba a abastecer a los sanitarios de equipos adecuados de protección individual.

Como informó OKDIARIO, la agencia europea pedía a los países prestar atención a una epidemia que podría tener «resultados fatales». Los expertos sanitarios europeos advertían de que el Covid-19 es «causado por un virus contagioso, no hay terapias ni vacunas y presumiblemente no hay inmunidad preexistente». «Actualmente se considera que el riesgo asociado con la infección es moderado a alto», avisaba el dosier, «según la probabilidad de transmisión y el impacto de la enfermedad».

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