El Gobierno encarga al CNI rastrear las convocatorias de caceroladas frente a las casas de ministros
Marlaska dio orden de blindar el chalet de Iglesias pese a que la Guardia Civil no lo vio necesario
Última hora del coronavirus, en directo
El Gobierno se ha tomado muy a pecho la protección de las viviendas de sus altos cargos durante las caceroladas ciudadanas de protesta. Hasta tal punto que en el operativo diseñado por el Ministerio del Interior juega un papel fundamental la información aportada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que evalúa a diario la evolución de dichas caceroladas para determinar si es necesario reforzar los dispositivos policiales en las viviendas de los ministros, como ya ocurre en el chalet del vicepresidente Pablo Iglesias.
Efectivos y vehículos de la Guardia Civil protegiendo el perímetro, la escolta personal de Policía Nacional blindando el interior y el CNI aportando información de inteligencia para prever la evolución de las protestas frente a la casa de Iglesias en Galapagar (Madrid). Así ha definido Interior el operativo de seguridad que protege en su domicilio al vicepresidente Pablo Iglesias y a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Pero no son los únicos miembros del Consejo de Ministros que están bajo estrecha observación estos días.
Fuentes de Interior revelan a OKDIARIO que el Gobierno ha encargado a un equipo operativo del CNI una completa «vigilancia» ante el aumento de protestas y caceroladas en las proximidades de las viviendas de altos cargos del Ejecutivo. De todos, pero principalmente Iglesias, Montero y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos.
Rastrear el origen de las protestas
El plan de seguridad involucra al CNI en cuestiones puramente de inteligencia y prevención de riesgo: su misión es anticiparse a convocatorias, detectar su origen y ‘objetivos’, identificar a cabecillas de las protestas y calibrarlas para poder diseñar un operativo acorde con el nivel de la ‘amenaza’. Una labor que se desarrolla principalmente en internet y en redes sociales. Las fuentes consultadas ni confirman ni desmienten si existe algún operativo ‘físico’ en el lugar.
Esta es una labor un tanto sorprendente si se tiene en cuenta que, en los cinco días de protestas frente a la vivienda de Iglesias, no se ha producido incidente alguno más allá de una subida de los decibelios por el ruido provocado por los golpes contra el menaje de cocina que portan los manifestantes.
Según ha revelado OKDIARIO, la decisión de reforzar la seguridad frente a la casa de Iglesias, cortando incluso la vía pública que transcurre paralela a su puerta, ha sido una instrucción directa salida del Gabinete del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. El despliegue extra de agentes de la Guardia Civil no fue una decisión del propio cuerpo.
La Guardia Civil no lo vio necesario
Fuentes de Interior explican detalladamente cómo se organizan este tipo de operativos. Al ser Galapagar una demarcación responsabilidad de la Guardia Civil, son la Comandancia de Madrid y la correspondiente unidad del Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) quienes chequean a diario posibles cambios de escenario para adaptar su respuesta a nuevas amenazas.
A partir de ese momento, la Comandancia pone en conocimiento de Interior sus averiguaciones y recomendaciones y este decreta el nivel de refuerzo necesario, que puede ajustarse o no a lo trasmitido por la Guardia Civil.
Sin embargo, en el caso de las protestas frente a la casa de Iglesias, ni la Comandancia ni ningún informe del SIGC recomendaban cambios en el operativo. Ni mucho menos cortes de vías públicas, como sucedió el pasado martes.
Datos del CNI
La decisión del ministro en torno al ‘blindaje’ del chalet de Iglesias se tomó en base a la información que aportó tanto el equipo de escolta que protege al vicepresidente y a la ministra, formado por agentes de la Policía Nacional, como el operativo del CNI. El servicio de inteligencia, explican fuentes de Interior, vio necesario un refuerzo.
Una de las atribuciones del CNI es la de obtener, evaluar y difundir información para prevenir cualquier amenaza o peligro contra los intereses de España. Y en ese campo, del que se ocupa la Subdirección de Inteligencia Interior, se incluye a los altos cargos del Gobierno.