Los expertos de Almeida y Sánchez: de empresarios de éxito a políticos sin experiencia laboral ni carrera

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, han optado por perfiles radicalmente opuestos para diseñar la reconstrucción tras la crisis del coronavirus. Mientras que el alcalde se ha rodeado de empresarios de primer nivel, el jefe del Ejecutivo ha optado por una comisión en el Congreso de los Diputados con políticos, la mayoría de ellos sin experiencia laboral previa.

El Ayuntamiento de Madrid ha contado con el despacho Herbert Smith y la consultora McKinsey para reunir a importantes empresarios en la Casa de la Villa y trazar las líneas maestras del proyecto «Madrid futuro: recuperación y transformación de nuestra ciudad». 

A la reunión «de lanzamiento» del grupo de trabajo, celebrada en el Patio de Cristal de la Casa de la Villa, han acudido los máximos responsables de empresas como Telefónica España, Acciona, Endesa, Bankia, Mutua Madrileña o Quirón-Salud, CEIM, Cáritas y Cotec. Algunos de ellos, por su apretada agenda, lo hicieron de forma telemática.

El equipo de asesores del alcalde para recuperar a Madrid de la crisis lo integran José María Entrecanales (Acciona), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia), José Bogas (Endesa), Ignacio Garralda (Mutua Madrileña), Emilio Cayo (Telefónica), Cristina Garmendia (Cotec), Miguel Garrido (CEIM), Víctor Madera (Quirón) y Manuel Bretón (Cáritas). Todos ellos con prestigiosos currículums académicos y profesionales.

Por el contrario, Sánchez ha puesto en marcha una comisión en el Congreso de los Diputados con, en su mayor parte, profesionales de la política. Diputados como Adriana Lastra, Patxi López o Rafael Simancas que han dedicado toda su vida a cobrar suelos públicos.

El presidente de esta comisión para la reconstrucción de España es Patxi López, que no terminó la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad del País Vasco. A los 28 años se hizo con un sillón de diputado en el Congreso y ahí sigue después de cuatro años como lehendakari.

En la Mesa de esa comisión encontramos también al vicepresidente del órgano, el comunista Enrique Santiago. El líder del Partido Comunista de España (PCE) es conocido por ser el abogado de las FARC, el grupo terrorista colombiano por excelencia. Medió en las polémicas negociaciones de paz entre el grupo guerrillero y el Gobierno del país sudamericano. Sus referentes son Lenin, Nicolás Maduro y Fidel Castro.

En tercer lugar está el vicepresidente segundo: el ‘popular’ Guillermo Mariscal. Es diputado desde el año 2005, lleva en el Congreso las legislaturas VIII, IX, X, XI, XII y XIII. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y tiene un máster en Derecho de la Energía.

La secretaria primera de este grupo de trabajo es la socialista María Luz Martínez Seijo, profesora de inglés y diputada desde 2015. A continuación está Isabel María Borrego, por el PP, también con dilatada carrera en la Cámara Baja. Ha obtenido escaño en las legislaturas X, XI, XII, XIII y XVI.

Junto a ellos están otros 52 diputados como Adriana Lastra, que no tiene carrera fuera de la política, al igual que Rafael Simancas, también sin experiencia laboral previa. Otros nombres que encontramos en la lista son los parlamentarios morados el científico Pablo Echenique, la poetisa Sofía Fernández, el abogado Jaume Asens y el activista Antonio Gómez-Reino. Igualmente, ninguno de ellos cuenta con carreras de éxito fuera de la política.

También participan, entre otros, de la comisión Mertxe Aizpurua (Bildu), Laura Borràs (Juntos por Cataluña), Íñigo Errejón (Más País), Néstor Rego (BNG), Mireia Vehí (la CUP), Aitor Esteban (PNV) y Joan Baldoví (Compromís).

Almeida también va a poner en marcha una mesa política con los representantes de los grupos municipales esta semana bajo la premisa de tejer Los Pactos de Cibeles, su apuesta por integrar a la empresa en la reconstrucción de la ciudad tras la crisis es total. Sin embargo, el Gobierno de PSOE y Podemos no ha hecho ningún gesto a los grandes empresarios a los que prácticamente sólo se dirigen para amenazarles con millonarias subidas de impuestos.