VIRUELA DEL MONO

Más de dos millones de vacunas de la viruela están bajo custodia del Ejército en una base de Madrid

viruela del mono
Personal militar del Centro de Farmacia de la Defensa.
Pelayo Barro

El Gobierno ha anunciado la compra de urgencia de viales de la vacuna contra la viruela, ante la posibilidad de que el brote de viruela del mono (MPX) activo en España y en otros 11 países continúe extendiéndose y sea necesario vacunar a una parte de la población. Sin embargo, el Ejército español ya dispone de alrededor de dos millones de dosis, que custodia congeladas a temperaturas de 20 grados bajo cero en una base logística a las afueras de Madrid.

Esa reserva nacional estratégica contra la viruela se encuentra en las instalaciones del Centro Militar de Farmacia para la Defensa (Cemilfardef), ubicado en la base logística San Pedro, en Colmenar Viejo (Madrid). Se trata de un enclave vital para la seguridad nacional, ya que de este centro depende en buena parte la respuesta farmacéutica del Estado a epidemias, brotes de enfermedades altamente contagiosas o incluso ataques biológicos o químicos.

Según explica Defensa, el centro tiene la «capacidad de fabricar medicamentos esenciales no sólo para las Fuerzas Armadas, sino también en caso de catástrofes o accidentes, y de reaccionar frente a emergencias sanitarias».

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El almacén del Centro Militar de Farmacia de la Defensa.

Las vacunas fueron adquiridas por el Ministerio de Sanidad para su depósito especial contra la viruela, aunque su custodia fue cedida al Ejército en 2019 mediante un convenio con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

De esa forma, 20 millones de vacunas pasaron a estar bajo salvaguarda de las Fuerzas Armadas españolas, que son quienes ahora controlan este stock estratégico que podría ser clave en caso de que fuese necesario vacunar a sanitarios o grupos de riesgo por el actual brote de la viruela del mono.

La vacuna que se encuentra almacenada en ese centro militar, denominada ACAM2000, fue adquirida por España a Estados Unidos, que aprobó su uso en 2007. Sin embargo, es una vacuna de segunda generación que ha dado ciertos problemas de reacciones secundarias. Por ello, el Gobierno ha anunciado su intención de adquirir la vacuna de tercera generación Imvanex contra la viruela.

Aun así, según aseguran fuentes conocedoras de esta reserva nacional, algunas dosis se han utilizado para inmunizar a «personal investigador» que ha trabajado en proyectos relacionados con viruela, así como a personal militar que ha tenido que viajar a zonas africanas donde algunas variantes de viruela (como la del mono) tienen sus reservorios naturales.

Por otra parte, explican fuentes de Sanidad, la vacuna está bien conservada, ya que se ha garantizado la cadena de frío. Las dosis están divididas en dos componentes. Uno, liofilizado, que es el que contiene en sí la vacuna. Y otro es una solución en base a glicerina que, al unirse al primer vial, reconstruye la vacuna. Según la información del fabricante, una vez reconstruida la vacuna puede conservarse solamente 18 meses. Sin embargo, la que está en el Centro Militar de Farmacia de la Defensa no está mezclada, está en «crudo», por lo que aún se puede utilizar.

El Centro Militar de Farmacia de la Defensa es, a día de hoy, el único laboratorio farmacéutico público. En caso de que el mercado sufriese desabastecimiento severo de algún medicamento básico para la salud pública, la labor de este organismo sería fabricarlo de urgencia. Durante la pandemia de coronavirus, el Centro Militar de Farmacia para la Defensa fabricó mascarillas.

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