CORONAVIRUS

El decálogo antiCovid de Ayuso que ha copiado Sánchez: de las mascarillas a reducir las cuarentenas

Ayuso refugiados
Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez.
Paula Baena

Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha tenido clara su estrategia para combatir el Covid. Una estrategia que ha sido pionera en España y aunque fuertemente cuestionada por el Gobierno de Pedro Sánchez, ha terminado por calar hasta el punto que el propio líder socialista ha ido aplicando casi todas sus medidas. Este es el decálogo antiCovid de Ayuso al que Sánchez no se ha podido resistir.

Reducción de cuarentenas

Comenzando por lo más reciente, la última de las propuestas de la dirigente madrileña para combatir la sexta ola de la pandemia que el Gobierno ha terminado aprobando este miércoles es la de la reducción de las cuarentenas de los positivos de Covid-19.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid planteaba este martes reducir las cuarentenas de los 10 días actuales a cinco, basándose en un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos.

Tan sólo un día después, el Ministerio de Sanidad ha acordado con las comunidades autónomas reducir las cuarentenas a siete días. Un número ligeramente superior al que pedían desde el Ejecutivo de Madrid -quizá fijado precisamente así para no coincidir exactamente con lo que promulgaba Ayuso- pero que, indudablemente, avanza por el mismo camino de relajación de medidas por el que abogan desde la Puerta del Sol.

No a los cierres masivos 

Después de días de especulaciones sin que el Gobierno avanzara ninguna de las medidas que tenía pensado implantar la semana pasada, justo antes de Navidad, ante el repunte exponencial de casos registrados, el Gobierno de Ayuso tomó la delantera y horas antes de la reunión de presidentes autonómicos convocada por Sánchez avanzó que no impondría ningún tipo de cierre a la hostelería ni de limitación horaria.

Una postura que, finalmente, Sánchez siguió y evitó imponer grandes restricciones limitándose a fijar la polémica medida de la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores. Una medida a la que, por cierto, se ha opuesto Ayuso quien considera que los ciudadanos «deben ser tratados como adultos» y ya saben «cuándo y cómo deben de protegerse» sin necesidad de imposiciones.

No al aislamiento de contactos 

El mismo día en el que el Gobierno socialista calificaba de «ocurrencia» la propuesta de Ayuso de suprimir las cuarentenas para los contactos estrechos de positivos que cuenten con la pauta completa de vacunación, la Comisión de Salud Pública decidía eliminar el aislamiento de estas personas.

Así, en cuestión de horas el Gobierno de Sánchez pasó de criticar y hasta tratar de ridiculizar la propuesta de la dirigente popular a aplicarla porque así lo estableció un organismo integrado por el Ministerio de Sanidad y las consejerías sanitarias de las comunidades autónomas.

Control sin confinar

En esta misma línea, la Comunidad de Madrid aplicó durante el primer año de pandemia una efectiva estrategia de control del coronavirus, sin necesidad de confinamientos estrictos y preservando, como era uno de sus grandes objetivos, la actividad económica. Los confinamientos se limitaron a las zonas básicas de salud con más incidencia acumulada, evitando extenderlo a toda la región.

Ayuso plantó cara al Gobierno al apostar por limitar al máximo los días en que la Comunidad estaría cerrada perimetralmente, como ocurrió por ejemplo en los puentes de diciembre de 2020. Entonces, el Ejecutivo regional decidió cerrar sólo tres días y no una semana entera, como establecía el decreto del estado de alarma.

Controles en Barajas

Desde mayo de 2020 el Gobierno de Díaz Ayuso ha pedido de forma recurrente reforzar los controles sanitarios en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, por donde han entrado a lo largo de toda la pandemia más de 3.000 contagiados, que se sepa.

En pleno pico de la sexta ola y sin haber tomado medidas adicionales antes, Sánchez ha decidido este miércoles 29 de diciembre establecer, por fin, esas medidas de refuerzo para los pasajeros procedentes de países considerados de alto riesgo.

Ante el anuncio de ese refuerzo la Consejería de Sanidad ha recordado que ese refuerzo «lo empezó a pedir la Comunidad de Madrid en mayo de 2020». «La frontera ha sido la puerta de entrada del virus en sus distintas variantes y el Gobierno no ha entendido en todo este tiempo que era básico y fundamental poner todas las medidas posibles para controlar esa entrada», ha agregado.

Nuevas cepas

La presidenta madrileña también exigió a Pedro Sánchez limitar los vuelos con los países originarios de las nuevas cepas, Reino Unido, Brasil y Sudáfrica. Aunque el socialista se opuso en un primer momento, una vez más, acabó aceptando que la propuesta de Ayuso era necesaria para evitar la propagación del virus, aunque la suspensión de vuelos fue tardía.

Test de antígenos

Otra de las medidas pioneras de la Comunidad de Madrid fue la realización masiva de test de antígenos. Una prueba que se ha convertido en clave para el control de la pandemia en esta sexta ola y que el Gobierno de Ayuso ha repartido de forma gratuita a toda la población, algo que no ha hecho ninguna otra comunidad autónoma.

El Gobierno madrileño reclamó en 2020 a Sanidad poder hacer estas pruebas en las farmacias, a lo que el Ejecutivo de Sánchez se negó en varias ocasiones. Finalmente, a principios de enero de este año, reculó y aceptó la propuesta de la Comunidad de Madrid.

Mascarillas FFP2

En el inicio del proceso de desescalada, en mayo del año pasado, la Comunidad de Madrid distribuyó de forma gratuita una mascarilla de tipo FFP2 a todos los ciudadanos a través de las oficinas de farmacia. Este tipo de mascarilla es sin duda el más efectivo para evitar el contagio del virus a través de aerosoles, la vía de contagio más preocupante. Sin embargo, el Gobierno no sólo no vio la necesidad de extender el uso de las FFP2, sino que lo criticó.

Sin embargo, poco después expertos abogaron incluso por hacer obligatorio su uso en determinados contextos, como ya ocurre en varios países europeos (Francia y Alemania).

El propio Ministerio de Sanidad admitió en un informe que son más seguras. «La reducción de la transmisión con una distancia interpersonal de 50 cm no alcanzó el 100% con ningún tipo de mascarilla y oscilaría entre el 70% con el uso de mascarilla higiénica, 80% con quirúrgica y 90-95% con la FPP2 incluso con especificaciones de mejor ajuste», recoge el documento Evaluación del riesgo de la transmisión de SARS-Cov-2 mediante aerosoles. Medidas de prevención y recomendaciones.

Diez personas

El Gobierno de Sánchez también ‘cedió’ ante la propuesta de la Comunidad de Madrid de que fuesen 10, y no seis, las personas que se podrían juntar en las comidas navideñas de 2020.

Sánchez había llegado a asegurar que su tope de seis comensales no era «un número a capricho» sino el que «los profesionales sanitarios, la Ciencia, ha dicho que es lo suficientemente riguroso y restrictivo como para que no explosione de nuevo la curva de contagio». Finalmente, en cambio, acabó aceptando que la iniciativa de Ayuso era mejor.

Pasaporte Covid

Ayuso propuso ya en julio del año pasado una cartilla de inmunidad que fue muy discutida. La propuesta permitiría, explicó la dirigente popular, «acceder con seguridad» a espacios cerrados, como gimnasios, cines y museos.

Aunque Madrid ha cambiado de criterio respecto al pasaporte covid son varias las comunidades que, después de criticarlo en su día, lo han implantado en sus regiones.

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