Ayuso: «Han intentado tapar con mi novio la explotación sexual de chicas jóvenes por parte de Ábalos»
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En esta parte de la entrevista Isabel Díaz Ayuso aborda uno de los temas más espinosos: el uso del Estado, según denuncia, como instrumento de venganza personal. La conversación se centra en el caso de su pareja, Alberto González Amador, investigado por presuntos delitos fiscales cometidos —en su mayoría— antes incluso de que ambos se conocieran.
Ayuso denuncia que se trata de una campaña de acoso con tintes machistas, donde su vínculo personal se utiliza como arma política para intentar desprestigiar su gestión al frente del Gobierno regional. A partir de ahí, lanza una crítica directa y sin matices a la doble vara de medir del Gobierno central, comparando la escrupulosa vigilancia sobre su entorno con la impunidad —según ella— que rodea a figuras próximas a Pedro Sánchez, como su esposa o su hermano.
Para Ayuso, lo más grave no es sólo el foco mediático permanente sobre su vida privada, sino el uso descarado de esa narrativa como cortina de humo para tapar «una montaña de escándalos» que, asegura, no tienen precedentes en la historia de la democracia española.
P.- Y en ese uso del Estado para vengarse de usted, está el caso de la Agencia Tributaria contra su pareja, Alberto González Amador. Lo más curioso es que el 90% de los presuntos delitos fiscales se habrían cometido antes siquiera de que se conocieran. ¿No es esto machista?
R.- Desde luego que lo parece. Por mucho menos se ha acusado de machismo a otros. Yo no suelo escudarme en mi condición de mujer, pero sí veo que se utiliza el vínculo personal para intentar desprestigiar mi gestión. Lo hacen para dañar el trabajo que se realiza desde Madrid, que es hoy el motor económico de España: solidario, pujante, imprescindible.
Y hay que aclararlo: no son «varios delitos», como quieren hacer creer. Parece que hablan de quince. Él tendrá que responder ante Hacienda como cualquier autónomo o empresario. Tiene derecho a defender su inocencia y lo hará en unas semanas. Y, efectivamente, cuando ocurrieron esos hechos yo ni siquiera le conocía. Él es uno más entre miles de proveedores de empresas que trabajan con la Comunidad de Madrid. Jamás ha venido a esta casa a hacer negocios. Nunca he utilizado mi cargo para obtener nada. Ni una sola vez.
Y eso es precisamente lo que más les molesta: no tienen por dónde atacarme. Jamás he beneficiado a nadie desde estas instituciones. No puedo decir lo mismo de lo que ocurre en Moncloa: ahí están la mujer del presidente, su hermano… Con informes fabricados, con instituciones al servicio de sus intereses. Informes que ni los propios técnicos se atreven a firmar de la vergüenza. Y curiosamente, a ellos nadie les inspecciona. En mi entorno, la gente sigue trabajando en lo mismo que hacía hace cinco, diez, quince años. En el suyo, todos cambiaron de vida desde que llegaron al poder. Y eso lo dice todo.
Esa es una de las grandes diferencias. Da igual lo que ocurra con el número dos del PSOE, el que fue el ministro más relevante de la pasada legislatura. Lo están protegiendo sin pudor, pese a que la Justicia le ha retirado el pasaporte. Pero aparece Ábalos: El novio de Ayuso. Se destapa una trama de hidrocarburos que implica a varios ministerios: El novio de Ayuso. Aparecen casos de explotación sexual de chicas jóvenes a cambio de pisos y empleos públicos: Pero… ¿el titular cuál es? El novio de Ayuso. Sale información sobre la mujer del presidente, que podría haber montado su oficina en la calle Serrano y ejercer su actividad con total normalidad —tiene derecho a ello—, pero no, todo ha ocurrido dentro de La Moncloa. Y aun así, el relato sigue siendo el novio de Ayuso. Da igual lo que pase en el muro de Sánchez: la cortina de humo siempre es él. Todo eso es un abuso absoluto. Están utilizando a esta persona constantemente para tapar una montaña de escándalos como no se ha visto en democracia.
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