La Audiencia Nacional revoca el tercer grado al jefe de ETA ‘Fiti’ y le devuelve a la cárcel
El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional ha decidido revocar el tercer grado al ex jefe de ETA José María Arregi Erostarbe, Fiti, instigador de muchos de los asesinatos que cometió la banda en los años 80. Entre ellos, el de la casa-cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, en el que murieron cinco niñas que jugaban en el patio donde explotó el coche bomba etarra. A Fiti, acercado por el Gobierno de Pedro Sánchez en 2020, le había concedido el tercer grado y la libertad el Gobierno de Iñigo Urkullu, ateniéndose a razones «de arraigo». Ya son nueve los etarras que han vuelto a prisión tras oponerse a su puesta en libertad la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el juez de Vigilancia Penitenciaria.
Otro preso de ETA más que deberá hacer las maletas para volver a su celda. Se trata de uno de las progresiones al tercer grado que fue recurrida por la Fiscalía de la Audiencia Nacional ante el juez de Vigilancia Penitenciaria. El Ministerio Público ha revocado ya ocho semilibertades de presos etarras aprobadas por el Gobierno vasco, más una novena a Unai Fano que fue concedida por el Ministerio del Interior.
Joseba Arregi Erostarbe, Fiti o Fitipaldi, perteneció a la cúpula de ETA conocida como Artapalo. Fue desarticulada el 29 de marzo de 1992 en Bidart (Francia) en un histórico golpe policial en el que también fue arrestado Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y José Luis Álvarez Santacristina, Txelis.
Aquella operación policial de Bidart fue un duro golpe al entramado de la banda terrorista, y fue la primera vez que las Fuerzas de Seguridad desarticulaban a la cúpula de ETA que llevaba más de una década dirigiendo la organización terrorista. Además, consolidó la colaboración entre la policía española y la francesa, clave para desarticular comandos y detener a decenas de terroristas.
Jefe de ETA
La Audiencia Nacional le condenó en 2002, al considerado experto en explosivos de ETA, a 743 años de cárcel cada uno como cooperadores necesarios en el atentado contra un autobús militar en Zaragoza en 1987, en el que hubo dos muertos, Ángel Ramos Saavedra y Manuel Rivera Sánchez y 28 heridos. Fiti también fue condenado en 2003 como inductor del atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza, en el que fueron asesinadas 11 personas. De estas últimas, cinco eran niñas.
Además, el preso fue condenado a 26 años y 8 meses de cárcel por el intento de asesinato del comisario general de la Expo-92 de Sevilla, Manuel Olivencia, en 1990, mediante el envío de un paquete bomba que terminó causando heridas a dos empleados de la organización.
Arregui Erostarbe fue inductor de uno de los más cruentos y salvajes asesinatos que ha cometido la banda terrorista en toda su historia de actividad criminal. Fiti, como uno de los máximos dirigentes de ETA en aquel momento junto a Josu Ternera, instigó al comando Argala en el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza en 1987. El 11 de diciembre de aquel año, los etarras pusieron su diana sobre este edificio de la capital aragonesa donde vivían 40 familias de la Guardia Civil, en total cerca de 200 personas.
Cinco niñas
Pasadas las 6:30 de la mañana, los integrantes del comando Argala abandonaron un coche frente al edificio cargado con 250 kilogramos de amonal. Instantes después hizo explosión, derribando las cuatro plantas de la estructura y sepultando a muchas familias entre los escombros.
El balance de víctimas de aquel atentado ascendió hasta las 11 personas, de ellos cinco niñas de entre 3 y 7 años. El ataque dejó, además, una de las imágenes más icónicas de la barbarie terrorista etarra: la de un agente de la Guardia Civil ensangrentado portando en sus brazos el cuerpo de una niña víctima de la explosión etarra.