Así reciben las ‘aulas apartheid’ catalanas a niños del resto de España: “Estáis en un país diferente”
«Estás en Cataluña». Así da la bienvenida el departamento de Educación de la Generalitat a los niños del resto de España que son derivados a las «aulas de acogida» para los no catalanoparlantes, como las denomina el Govern, pero que en realidad son suerte de «aulas apartheid». Se trata de clases en las que comparten pupitre con otros niños procedentes de China, Oriente Medio o Europa del Este y en las que se les aísla del resto de sus compañeros hasta que aprendan el catalán. La Generalitat deja muy claro a los niños cuál es el objetivo de este método a través de un documento que los menores reciben en su primer día de clase segregada. Una carta de bienvenida en la que se les explica que Cataluña es un «país diferente» que poco tiene que ver «con los vecinos de la Península Ibérica».
Al sistema de educación catalán poco le importa si un niño recién escolarizado en la comunidad proviene de Siria, China, Camerún, Teruel o Murcia. Todos ellos comparten algo: no saben catalán. Y para ponerle remedio, la receta del Govern pasa por la segregación. Al menos, hasta que aprendan la lengua. Esas aulas de acogida, como las denomina la Generalitat, son un método de «inmersión lingüística» que aparta a los niños del resto de sus compañeros y les impide recibir formación en las materias curriculares habituales. Así lo ha denunciado a este periódico las plataformas Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña, Sociedad Civil Catalana y S’ha Acabat, en un reportaje de Cake Minuesa.
Esos nouvinguts, el término que utilizan con todos esos menores de edad «recién llegados», reciben en su primer día en las aulas un documento de 96 páginas, elaborado por el Departamento de Cultura, en el que se les da la bienvenida con una carta.
Se trata de un recurso que la Generalitat pone a disposición de los profesores que atienden a los niños en esas aulas, y que figura en el repositorio de material destinado a esos nouvinguts. Ni siquiera ha sido adaptada a su edad: el texto es el mismo que los servicios sociales catalanes entregan a inmigrantes adultos recién llegados a la región.
«Diferencia clara» con la Península
«Seguro que ha observado que Cataluña es un país con una gran personalidad que, bien enraizado en la civilización y la tradición latina y europea, se diferencia claramente de sus vecinos de dentro y fuera de la península Ibérica», comienza la carta.
El texto incide en remarcar las diferencias con el resto de España, a la que no cita en ningún momento: «Esta diferencia se debe a varias razones, desde el antiquísimo pasado íbero y la profunda huella de Grecia y Roma, pasando por la pertenencia de Cataluña al imperio carolingio y su expansión medieval por todo el Mediterráneo, hasta llegar a la intensa industrialización del país, que, iniciada en el siglo XVIII, ha generado una arraigada tradición de trabajo y modernidad».
«Observará también que en Cataluña se habla una lengua propia, de raíz latina como las vecinas lenguas castellana, francesa u occitana, pero bien diferenciada de estas. Es el catalán, que nació entre los siglos VIII y IX, y del que se conservan documentos escritos desde el siglo XII», explica la carta. «El catalán es un rasgo fundamental de la identidad catalana y ha sido clave para la cohesión social. Por eso es tan importante que todas las personas recién llegadas aprendan catalán y se puedan comunicar en esta lengua», advierte el texto.
Un diccionario visual
Esta carta de bienvenida, de la que se incluye su traducción a varios idiomas, es tan sólo el inicio del documento llamado «Vivir en Cataluña: vocabulario en imágenes». Se trata de un compendio de casi un centenar de dibujos que representan las situaciones sociales más habituales, desde las compras en un supermercado hasta los juegos en el parque, pasando por las guarderías.
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