CONSEJO DE MINISTROS

Así hablaban durante meses Iglesias y Montero a los ministros del PSOE: «Estáis aquí gracias a nosotros»

Iglesias y Montero repetían a menudo esa frase en el Consejo de Ministros para imponer sus tesis desde una posición chulesca

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Joan Guirado

La actitud de Irene Montero en el último Consejo de Ministros, sin apenas mediar palabra y consciente de que vive sus últimos días en la primera línea política institucional, contrasta mucho con la que ha tenido a lo largo de estos tres años y medio de gobierno socialcomunista. Ella y su pareja y ex vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias, aprovechaban a menudo las reuniones ministeriales para recordar a sus socios del PSOE por qué estaban allí. Así lo explica a este periódico una fuente presente en dichas reuniones: «Estáis aquí gracias a nosotros», repetía a menudo la pareja de Galapagar. Unas palabras que, de otra forma, también se encargaban de amplificar de vez en cuando en público.

Montero e Iglesias, entonces máximos dirigentes de Podemos y Unidas Podemos, trataban de usar esta argumentación para presionar al partido que lidera el presidente Pedro Sánchez cuando los socialistas no atendían a sus peticiones. Una forma de presionar que el ex vicepresidente y la ministra de Igualdad utilizaban a menudo recordando así que, de lo contrario, podían hacer caer la coalición; que, pese a tener únicamente dos de los 22 ministros -cinco si tenemos en cuenta a Unidas Podemos-, estaba en su mano la estabilidad del Gobierno.

Y es que, sin la formación morada, no hubiera sido posible que Pedro Sánchez hubiese repetido como presidente los últimos cuatro años. De ahí que los morados se hayan estado aprovechando durante todo este tiempo para imponer su agenda ideológica y legislativa al socio mayoritario. De hecho, ésa ha sido una de las principales críticas que ha recibido Sánchez internamente dentro del PSOE. Las cesiones continuas que ha hecho a Podemos -principalmente en cuestiones como la Igualdad, en manos de Irene Montero-.

Durante los tres primeros años de la legislatura, el jefe del Ejecutivo ha comprado prácticamente todas las imposiciones de Iglesias y Montero. Llevando en alguna ocasión a su propio partido a una situación de tensión máxima. Con él teniendo que defender unos postulados muy criticados por parte de una gran mayoría de los socialistas. La ex vicepresidenta primera Carmen Calvo, que fue pagada por Sánchez por sus discrepancias públicas constantes con Montero, fue la que más veces alzó la voz.

El mismo líder socialista llegó a defender en varias ocasiones a la ministra de Igualdad pese a que su ley del sólo sí es sí estaba excarcelando y rebajando condenas a violadores. Aunque, pese a haber dicho que la norma «era una vanguardia a nivel internacional» que colocaba «a España como referente», cuando creció la alarma social por el aumento de agresores sexuales beneficiados por la chapuza de Montero dio la orden de modificar la ley en contra del criterio de la titular de Igualdad y con el apoyo del PP.

Ahora, a punto de ser despojada de todo el poder que mantenía hasta el momento, Irene Montero ha cambiado completamente su forma de ser. «Ya no adopta su actitud chulesca ni grita para imponer su pensamiento», dice de ella una ministra del ala socialista que la trata semanalmente. De hecho, los ministros del PSOE repiten a menudo que con Montero «es imposible trabajar». Una opinión generalizada que, sin embargo, cambia en el caso de Ione Belarra: «Con ella si se puede llegar a acuerdos», explica otra ministra y dirigente socialista.

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