LEY DEL "SOLO SÍ ES SÍ"

Antonia, víctima de la Ley Montero, responde a ‘Pam’ Rodríguez: «Si quieres ayudarme, dimite»

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Antonia G. es una mujer de 53 años con un espíritu inquebrantable que le ha permitido sobreponerse en la medida de lo posible a tres reveses que a cualquier otra persona la habrían hundido en la miseria. El primero, el más terrible, le llegó de forma brutal el mes de agosto del año 2020. Entonces, su ex marido, tras meses de amenazas y acoso porque no aceptaba la separación, la violó cuchillo en mano en su casa. Fue el punto y final de una larga temporada de 14 años de malos tratos físicos y psicológicos. La convivencia se había deteriorado hasta el punto de que tras el confinamiento de la pandemia eligió separarse de él. Algo que su ex marido no aceptó. La  seguía por la calle y la abordaba en cualquier lugar. Así vivió temiendo lo peor hasta que ocurrió.

A su ex marido le cayeron 13 años y seis meses por agresión sexual por aquello. Durante el proceso judicial, el agresor acusó a Antonia de haberle apuñalado ella y de intentar matarle ahorcándole con una soga. El tribunal no creyó al agresor y Antonia suspiró pensando que podría rehacer su vida. Hasta que le llegó el segundo revés  con la nueva Ley del sólo sí es sí.

Fue a finales del pasado año. Cuando entró en vigor la nueva ley de Irene Montero, Antonia se sintió traicionada porque la nueva normativa iba a suponer para su agresor una rebaja de la condena. Gracias a la nueva ley de Montero, su ex marido vio rebajada su pena en más de dos años, provocando que la víctima, Antonia, abandonara cualquier intento de normalidad situándola en un estado de ansiedad y alerta permanente. Gracias a la nueva ley, su ex marido podría acceder cuanto antes a un permiso carcelario y volver a intentar asesinarla.

Desde entonces, poco antes de Navidad, a Antonia le cuesta conciliar el sueño. La pesadilla que intentaba olvidar ha vuelto con mucha más fuerza con la ley del sólo sí es sí. Ella creía que iba a disponer de unos años para recomponerse y ponerse a salvo y ahora, de golpe, está dos años y pico más cerca de volverse a ver en peligro. «Han favorecido al agresor, a la víctima no la han favorecido, que en este caso soy yo. O sea que no entiendo esta nueva ley, ni a esta señora tampoco». Antonia no puede evitar pensar en que dentro de poco tiempo, su ex marido puede salir de la cárcel con un permiso y buscarla. «Lo que puedo decir es que estoy cabreada, un cúmulo de circunstancias que no entiendo».

Antonia ha vuelto a tener miedo. Reflexiona cargada de lógica sobre su situación actual, cuando la realidad le vuelve a golpear por tercera vez. Esta vez se trata de la desafortunada intervención de la secretaria de Estado del Ministerio de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, durante unas charlas feministas. Entre risas y bromas, Pam, la segunda en el escalafón tras la ministra Montero, le resta importancia al tiempo que un agresor pasa en prisión.

«Y ahora me sale esta otra mujer, riéndose y mofándose por la gentes que están dejando libre. Gente peligrosa, porque son peligrosos. No lo entiendo. No entiendo el gesto de esta señora, por decirle algo. Que se mofe de algo tan grave, porque es muy grave, señora. No de buen gusto. Yo, y otras víctimas de agresiones machistas o sexuales, nos sentimos aliviadas el día que nuestros agresores entraron en prisión». Antonia se refiere a Pam Rodríguez.

Antonia insiste en que lo único que quiere es estar tranquila y vivir su vida. «Pero esta gente no me va a dejar tranquila, no piensan en las víctimas, ni van a pensar. Esta es una ley basura, una ley que espero que rectifiquen».

«A mí, esto no me basta ni me sirve, porque el daño ya me lo han hecho. A mí que salgan ahora rectificando, tampoco me serviría. ¿Sabes lo que me serviría? que os fuerais, que dimitierais. Si me queréis ayudar, dimitid. Eso, sí me serviría», afirma sobre la alto cargo podemita.

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