Andalucía confirma su retraso de las elecciones hasta el final de la legislatura tras el cisma con Vox
Juanma Moreno estaba preparado para un adelanto electoral. No era su principal opción, pero los ataques de Juan Marín a Pablo Casado y la falta de apoyos vivida ya para sacar adelante normas como los Presupuestos regionales pusieron en el objetivo ese adelanto de los comicios autonómicos. La fecha prevista era antes del verano. El resultado electoral de Castilla y León, sin embargo, alejó ya en parte esa idea de adelantar elecciones. El cisma producido con Vox a raíz de la postura de Génova las aleja definitivamente.
Pablo Casado marcó este pasado martes una distancia abismal entre las exigencias de programa del PP y Vox. Génova exige una entrega total del programa de los de Santiago Abascal para poder pactar y, ni siquiera así acepta un Gobierno de coalición en Castilla y León. La barrera edificada se convierte, de facto, en un muro a un posible pacto de Gobierno entre los hombres de Casado y los de Abascal el cualquier territorio. Y, aunque las palabras se han pronunciado con respecto a la negociación de la investidura en Castilla y León, su relevancia afecta a todos los posibles pactos autonómicos y hasta nacional.
Eso significa que el eco de esas palabras afecta, en el corto plazo de tiempo, a Andalucía, que se tiene que someter antes de acabar el año a unas elecciones regionales. Fuentes del PP andaluz confirman que Juanma Moreno ha reforzado su idea de agotar la legislatura si no existe «un bloqueo» en el Parlamento que impida realmente el desarrollo de las reformas emprendidas. Y apuntan que, hoy por hoy, pese a las mayores dificultades negociadoras, no se ha dado un bloqueo de esa magnitud. El portavoz del Gobierno, Elías Bendodo, de hecho, ya ha afirmado que los resultados de Castilla y León no contienen una «clave andaluza”. Y el resultado final es que las elecciones «tocan» a final de año, como ya admiten en el partido regional.
Juanma Moreno ha reforzado su idea de agotar la legislatura si no existe «un bloqueo» en el Parlamento
Lo cierto es que en Andalucía el reto es grande. La gestión del Gobierno ha funcionado de forma más que evidente. Los datos de empleo y afiliación, en las posiciones de cabeza de España, avalan la labor. Las encuestas de intención de voto igualmente confirman esa tendencia. Pero el PP se enfrenta allí a dos factores: uno, la inexistencia de partidos regionalistas en los que apoyarse de forma paralela para evitar una dependencia de Vox. Y, dos, el envío más que probable por parte de Vox de una candidata a las elecciones autonómicas con fuerte popularidad: Macarena Olona.
Ese combinado hace que, en la situación actual de cisma con Vox, las elecciones, efectivamente, no “toquen”, porque lo importante sería que lo que tocase fuese calmar las aguas antes de emprender un reto como el de la renovación electoral del Gobierno andaluz de Juanma Moreno. Resultado: mejor esperar.
Poco impacto de Espadas
Lo cierto es que los estímulos son variados en Andalucía: Moreno tampoco quiere desaprovechar la división de un PSOE que ha elegido hace poco a Juan Espadas como líder regional y que pelea aún contra la división interna fruto del susanismo defenestrado. Por ello, el mecanismo implantado por el presidente autonómico y líder del PP en Andalucía muestra la cautela: un esquema de seguimiento de la evolución de los sondeos de voto del PSOE, de modo que, si Espadas sube, se disparen las alertas.
Pero esa subida de Espadas y aumento de su popularidad no parece crecer en exceso. Y eso significa que, ante el cisma con Vox, sea más recomendable dejar agotar la legislatura hasta el momento final: diciembre de este año. Hay que recordar que las últimas elecciones andaluzas se celebraron el 2 de diciembre de 2018. El equipo de Moreno, así, no quiere acortar más la legislatura porque considera que la estabilidad actual está permitiendo un alto grado de eficacia en la recuperación de Andalucía. Y que ese factor debe primar sobre los puros intereses estratégicos del partido porque la recuperación económica y social empieza a ser evidente.
Y, además, tampoco quiere verse sometido a una situación como la que en estos momentos vive su compañero Fernández Mañueco, que se debate entre los impedimentos a un pacto con Vox y la repetición de elecciones.
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