Almeida, primer alcalde de Madrid en democracia que supera un primer mandato sin destituir a ningún edil
El resto de alcaldes se vieron obligados a hacer retoques en su Gobierno municipal
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Villacís descarta presentarse junto a Almeida en las elecciones al Ayuntamiento de Madrid en 2023
José Luis Martínez-Almeida ha conseguido el logro de ser primer alcalde de Madrid en democracia que supera un primer mandato municipal sin destituir a ningún edil. A pesar de los roces en el gobierno de coalición de PP y CS, que se han disimulado a la opinión pública, la estabilidad ha sido la nota dominante y no se han producido ni ceses ni dimisiones en la Junta de Gobierno ni en las Juntas Municipales de distrito. El posible salto de ediles de CS al PP es la última china en el zapato de la coalición, pero todo apunta a que esos fichajes se producirían después de los comicios, lo que permitiría esquivar una crisis de gobierno de última hora.
De los 11 mandatos que se han encadenado desde la llegada de la democracia, hay un precedente de un alcalde que completó una legislatura sin retocar su núcleo duro (Alberto Ruiz-Gallardón entre 2007 y 2011). Pero no fue en su primer mandato donde la inestabilidad de un equipo recién llegado suele ser habitual.
La actual vicealcaldesa, Begoña Villacís, asegura que por dos veces ha rechazado mociones de censura para ser la alcaldesa. Junto a Almeida ha conseguido completar los cuatro años sin llevar a cabo una crisis de gobierno. Los dos momentos más críticos (el presunto espionaje a Isabel Díaz Ayuso, del que no hay pruebas y el caso mascarillas, por el que un juzgado estudia una estafa en la compra de material sanitario) se saldaron sin que rodaran cabezas de peso. Únicamente ha dimitido el asesor Ángel Carromero en la primera de las tormentas citadas.
Como telón de fondo están los cambios que se darán tras la cita con las urnas. Almeida insiste en que quiere gobernar en solitario, Javier Ortega Smith (Vox) ofrece un pacto de coalición y Begoña Villacís (CS) aspira a no quedar fuera del pleno municipal y ser decisiva para evitar la entrada de los de Santiago Abascal en la planta noble del Palacio de Cibeles.
Precedentes
En el primer mandato, de 1979 a 1983, el socialista Enrique Tierno Galván tuvo que hacer cambios tras la dimisión de tres ediles (Manuel Rodríguez Franco, Mariano López San Román y Adolfo Luxán) entre acusaciones de corrupción de otro concejal. Posteriormente, se expulsó del PSOE al teniente de alcalde y portavoz del Grupo Socialista por oponerse a una adjudicación sospechosa. En su segundo mandato, el alcalde falleció a los 67 años. Le sustituyó Juan Barranco para la recta final del mandato.
Ese dirigente del PSOE consiguió revalidar el bastón de mando. No obstante, lo perdió tras una moción de censura de Agustín Rodríguez Sahagún (CDS) por lo que hubo una renovación completa del Gobierno al unirse el partido centrista con la Alianza Popular (AP) de José María Álvarez del Manzano y la incorporación del hoy célebre Ramón Tamames.
En el mandato siguiente, de 1991 a 1995, Manzano logró pasar de la primera tenencia de Alcaldía a ser alcalde. No obstante, tampoco consiguió un primer mandato sin dimisiones. En 1993 cortó por lo sano la polémica entre los ediles enfrentados (Ángel Matanzo y Pedro Ortiz), relevando a ambos de sus responsabilidades. La controversia fue la realización de una obra de teatro, El Cabaret Castizo, en un escenario municipal, en la que se parodiaba al primero de los concejales citados como el sheriff. Este edil trató de prohibir la representación de la obra frente al otro que se opuso a su censura. En el mandato siguiente dimitió el edil de Obras, Enrique Villoria, al no aguantar la presión tras destaparse un caso de presunta corrupción ligado a su familia.
En los primeros cuatro años de Alberto Ruiz-Gallardón también hubo varios decretos de ceses. Dimitió, antes de tomar posesión, un edil electo que arrastraba una polémica por despedir a su secretaria al quedar embarazada. Posteriormente, abandonó el concejal de Vivienda por discrepancias con el alcalde en temas de contratación.
Con el salto de Gallardón al Congreso y posteriormente al Ministerio de Justicia se sucedieron los cambios. Llegó Ana Botella a la Alcaldía al comienzo del mandato. Posteriormente, hubo hasta cinco crisis de gobierno. Renunciaron Manuel Cobo, Juan Bravo y Pilar Martínez como concejales para asumir otras responsabilidades. También dimitió el concejal económico Pedro Calvo tras su imputación en el caso Madrid Arena y, además, el Constitucional le obligó a destituir a dos concejales que nombró en su Ejecutivo que no iban en la lista electoral y, por tanto, no habían sido elegidos por los ciudadanos.
Finalmente, llegó Manuela Carmena y también se sucedieron las destituciones. Guillermo Zapata, concejal de Cultura, se vio obligado a dimitir 48 horas de asumir el cargo por polémicos tuits en los que lanzaba humor negro contra minorías como los judíos. Después, en el tercer año de mandato, hubo otro terremoto político. Carmena tuvo que cesar a Carlos Sánchez Mato (Economía) y Celia Mayer (Cultura) tras múltiples controversias, entre otras, por maniobrar a sus espaldas con el convenio del Open de Tenis que llevaron a los tribunales para conseguir imputaciones en el PP sin éxito.