La cúpula de Podemos inquieta ante la organización de los críticos en una corriente interna
Los exdirigentes y militantes más críticos de Podemos dan los primeros pasos para crear una corriente interna que aúne a todos los perjudicados por la purga que Iglesias ha desatado en el partido. El objetivo es generar visibilidad ante los medios y la opinión pública. El grupo cuenta también con el respaldo de aquellos que han sido ya expulsados.
«La conexión entre expulsados y expedientados les está poniendo nerviosos», cuentan fuentes internas del partido a OKDIARIO. Por ello, «intentan que los casos parezcan aislados y que no nos organicemos», añaden. «Todos los casos son lo mismo, desde Baleares a País Vasco», afirman.
Según miembros expedientados, el partido está intentando sofocar el problema de manera radical para que no se consolide una corriente interna organizada: «Ellos lo saben y están reaccionando dando carta blanca a los secretarios autonómicos para que apliquen mano dura», comentan. De esta manera las propias delegaciones autonómicas toman un control mayor con el que poder expedientar a aquellos que no están de acuerdo con las directrices de la dirección.
Aunque aún no hay una agrupación oficial, existen zonas especialmente activas. Es el caso de Extremadura, donde los once expulsados han iniciado trámites para exigir al partido que presente los expedientes con los que justifica la expulsión. En Castilla-La Mancha se discute la «falta de transparencia» de su secretario general, José García Molina. En Galicia, miembros como Xosé Zapata representan la cara de aquellos que no están de acuerdo con las decisiones del partido en la región.
Todo comenzó tras Vistalegre II, donde Íñigo Errejón plantó cara a Pablo Iglesias con una lista alternativa que finalmente no resultó vencedora. Desde ese momento, todos aquellos que se posicionaron con el ex número dos han ido sido retirados de los puestos relevantes paradar paso a los más afines con Iglesias. Podemos expulsó a 11 de sus miembros en Extremadura después de que exigieran mayor «democracia interna».
Para llevar a cabo las expulsiones se valen de un órgano interno llamado Comisión de Garantías. Esta comisión es la encargada de mediar entre los dirigentes y todo aquel que tenga algún tipo de problema de carácter interno. Según los perjudicados, la Comisión de Garantías «no es objetiva y siempre favorece a la cúpula». De ahí que todos aquellos que se encuentran inmersos en procesos de expulsión se sienten desprotegidos por su propio partido.