La venta de Yoigo supondrá para Abengoa 35 millones de euros

Torre solar de Abengoa (Foto: REUTERS).
Torre solar de Abengoa (Foto: REUTERS).

A veces las alegrías, igual que las desgracias, no vienen solas. Abengoa obtendrá 35 millones de euros al ser la propietaria del 3% de Yoigo. Empresa de telefonía por la que MásMóvil, rival en este sector, acaba de presentar una interesante oferta de compra. 612 millones de euros ha puesto encima de la mesa MásMóvil para hacerse con el 100% de Xfera Móviles.

El consorcio que aglutina Yoigo y que cuenta en su accionariado con Telia Sonera (76,5%), la división de móviles de Telefónica (17%), la constructora FCC (3,44%) Y Abengoa que cuenta como hemos dicho con un 3% de la operadora. Yoigo cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil y parece que el acuerdo de venta está cerrado con todos estos accionistas.   

Para la empresa sevillana se trata de una magnífica noticia pues se encuentra en medio de un proceso de concurso de acreedores y cualquier ingreso extra en su debilitada caja es muy bienvenido. Tanto, que sus acreedores en el plan de reflote de la empresa le han obligado a que se deshaga de todas sus participaciones accionariales así como de todas las actividades que no sean core para su negocio en pos de recuperar el máximo de capital posible y sanear pronto la empresa para hacerla viable.

Con todo, hay que decir que Abengoa recibirá en un primer momento tan sólo 21 millones de euros si se consigue cerrar la operación. Los otros 14 millones no llegarán hasta transcurridos unos años, tal y como consta en el contrato de compra, y siempre y cuando se cumplan unos objetivos ambiciosos que se han establecido para la marca adquirida, Yoigo. Para adquirir esta operadora de origen escandinavo hay que sumar a las acciones, los créditos participativos que computan como capital y la deuda neta de la compañía. 

Desde que se aprobó la hoja de ruta para el salvamento financiero de Abengoa el pasado mes de abril, la compañía ya ha hecho caja con varios de sus activos no estratégicos.

La empresa fundada por la familia Benjumea persigue refocalizar la actividad del grupo en su negocio primario de infraestructuras y abandonar el negocio de la energía renovable, por el que se había decantado con más fuerza en los últimos años, especialmente en termosolar. Uno de los primeros movimientos de desinversión que llevó a cabo fue precisamente la de cuatro de sus instalaciones renovables situadas en Andalucía. Con la venta de estos parques fotovoltaicos, la cotizada logró reducir su abultada cartera de deuda en 50,3 millones de euros al tiempo que engrosó sus flujos netos de caja fuerte en 12,22 millones, según informó hace ahora dos meses y medio.

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