La última trampa de los supermercados está justo antes de pagar. Han vuelto a hacerlo y no nos hemos enterado
A la hora de ir a pagar es cuando los supermercados aprovechan para hacerte gastar más
La guerra del aceite de oliva tiene un claro ganador: el más barato está en este supermercado
Los supermercados y su estrategia más extraña: no es en su local, es en tu móvil
Furor en Mercadona por el nuevo producto que está arrasando: es antiinflamatorio y mejora el tránsito intestinal
Nunca imaginarías cuál es el mejor turrón de España: un experto elige entre los de Alcampo, Dia y Delaviuda
Ir al supermercado es algo que todos hacemos de forma habitual, procurando encontrar las mejores ofertas ante la subida de precios experimentada en los últimos meses. Sin embargo, parece que a veces los supermercados nos lo ponen difícil y no porque no lancen ofertas o porque no tengan productos con descuento, sino debido a las distintas estrategias que apliquen para que acabemos pagando más. De hecho, existe una última trampa de los supermercados que está justo antes de pagar y de la que pocas personas se han enterado.
La última trampa de los supermercados está justo antes de pagar
¿Alguna vez has sentido la tentación de comprar algo que no necesitas cuando estás a punto de pagar en el supermercado? Si la respuesta es sí, no eres el único. Los supermercados saben muy bien cómo aprovecharse de nuestra debilidad por los snacks, las golosinas y las bebidas, y por eso colocan estos productos justo antes de las cajas registradoras.
Se trata de una estrategia de marketing conocida como merchandising de impulso, que consiste en ofrecer productos de bajo precio, alta rotación y fácil consumo, que no requieren una decisión previa del consumidor. Estos productos suelen ser poco saludables, como patatas fritas, chocolates, caramelos, refrescos o chicles, y tienen un gran poder de atracción visual.
El objetivo de los supermercados es que el cliente caiga en la tentación y compre estos productos por impulso, sin pensar en las consecuencias para su salud o su bolsillo. De esta forma, aumentan sus ventas y sus beneficios, a costa de nuestro bienestar.
Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 63% de los españoles reconoce haber comprado algún producto por impulso en el supermercado, y el 44% lo hace con frecuencia. Además, el 70% de los encuestados afirma que estos productos son innecesarios y que podrían prescindir de ellos.
¿Cómo podemos evitar caer en esta trampa?
Los expertos recomiendan seguir una serie de consejos para hacer la compra de forma inteligente y responsable:
- Hacer una lista de la compra antes de ir al supermercado y ceñirse a ella.
No ir al supermercado con hambre o con prisa, ya que esto favorece las compras impulsivas. - Comparar precios y ofertas, y elegir los productos que más nos convengan por calidad y precio.
- Evitar pasar por las zonas donde se encuentran los productos de impulso, o mirar hacia otro lado si no podemos evitarlo.
- Ser conscientes de los efectos negativos que estos productos tienen para nuestra salud y nuestro medio ambiente, y optar por alternativas más saludables y sostenibles.
¿Qué otros trucos usan los supermercados para que gastemos más?
Además del mencionado, los supermercados usan muchos otros trucos para influir en nuestro comportamiento de compra. Algunos de ellos son:
- Usar música ambiental que nos relaje y nos haga pasar más tiempo en la tienda.
- Usar colores, olores y sabores que nos estimulen y nos abran el apetito.
Ofrecer degustaciones gratuitas de productos que nos inciten a comprarlos1. - Colocar los productos más caros a la derecha de los más baratos, para que nos parezcan más asequibles.
- Poner los productos más rentables en las estanterías centrales, que son las que más miramos.
- Cambiar la disposición de los productos con frecuencia, para que no nos acostumbremos y busquemos más.
- Poner los productos complementarios cerca unos de otros, para que compremos más de lo que necesitamos.
- Por último señalar también otra estrategia que es bastante reciente y que consiste en que las cajas registradoras no se vean a simple vista, de modo que tengamos que dar más vueltas por el supermercado y con ello, que acabemos pagando más o también cerrar todas las cajas y dejar una sola, creando una cola única que nos haga pasar más tiempo esperando para pagar, viendo esos productos de rápido consumo y que los acabemos echando al carro.