Trump dice que China le ha llamado para negociar y Pekín niega la mayor

La moneda china ha llegado a su cotización más baja frente al dólar en once años, lo que de hecho favorece la exportación del país asiático, el primero del mundo en este ámbito.

Xi Jinping, presidente de China y Donald Trump, presidente de EEUU, en el G20 @Getty
Xi Jinping, presidente de China y Donald Trump, presidente de EEUU, en el G20 @Getty

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este lunes que el Ejecutivo norteamericano ha recibido una comunicación de China diciendo que están dispuestas a volver a la mesa de negociaciones para discutir un acuerdo comercial después de las amenazas del presidente de los últimos días.

«China llamó la pasada noche a nuestros responsable comerciales y pidieron volver a la mesa… Es un acontecimiento muy positivo para todo el mundo», aseguró el presidente, que manifestó su «respeto» por el presidente chino Xi Jinping al que el viernes había calificado de «enemigo» de su país.

Sin embargo, al poco de darse a conocer esta información por parte de Trump, un portavoz de Pekín ha salido a la palestra a negar la mayor y asegurar que desconoce cualquier tipo de llamada que se haya producido entre Washington y Pekín.

Estos enfrentamientos se producen en el entorno de una caída continuada en la cotización del yuan chino, que de nuevo bajó el lunes a un mínimo desde 2008 en medio del recrudecimiento de la guerra comercial. A su vez se han producido fuertes descensos en las bolsas chinas: el parqué hongkonés cerró su media sesión con un descenso del 2,79 %.

Según el portal de noticias financieras Yicai, cada dólar llegó a intercambiarse por 7,15 yuanes según la tasa ‘onshore’ -la operada en mercados locales- sobre las 11.50 hora local (03.50 GMT) tras las operaciones de la mañana, lo que supone la cuota más alta desde febrero de 2008.

Que la tasa ‘onshore’ crezca es una señal de que el renminbi (nombre oficial de la moneda) se está debilitando, ya que para los poseedores de yuanes es más caro comprar dólares.

Por su parte, la tasa ‘offshore’ -la operada en mercados internacionales como Hong Kong- se situó en 7,1355 yuanes por dólar.

Aunque ambas tasas suelen moverse en niveles similares, la ‘onshore’ está controlada por el Banco Popular de China (BPC, central) -que no permite que fluctúe más de un 2 % con respecto a la cifra de referencia cada día- y la ‘offshore’ no.

Los inversores o entidades que quieren cambiar dólares por yuanes suelen utilizar la tasa de cambio ‘offshore’ fijada en el mercado de divisas de Hong Kong.

Como consecuencia, el Hang Seng, índice de referencia de la bolsa de Hong Kong, cerró su media sesión con una bajada del 2,79 % que remitió a descensos del 2,95 % poco después de su apertura a las 13.30 hora local (9:30 GMT).

Por su parte, la Bolsa de Shanghái retrocedió un 0,95 % a media sesión mientras que la de Shenzhen lo hizo un 0,72 %.

De acuerdo con Yicai, el BOC ha estado tratando de estabilizar el yuan en las últimas semanas tras permitir una caída repentina a principios de agosto, cuando rompió la barrera psicológica de las 7 unidades por dólar en ambas tasas.

Entonces, los analistas interpretaron que la bajada era una represalia o un aviso después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, indicase que impondría tasas del 10 % a productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares a partir del 1 de septiembre.

China prometió contraatacar y este viernes cumplió sus amenazas con la imposición de aranceles a bienes de Estados Unidos por valor de 75.000 millones de dólares, una nueva señal de que Washington y Pekín mantienen aún posiciones alejadas para resolver el conflicto.

Poco después, Trump anunció que en las próximas semanas aumentará al 30 % los aranceles sobre 250.000 millones de dólares en productos chinos, y al 15 % los gravámenes sobre otros 300.000 millones en bienes del gigante asiático.

Una de las principales quejas del Gobierno estadounidense en el marco del conflicto comercial es la denuncia de que Pekín supuestamente manipula su divisa para evitar que se aprecie en demasía y que, por tanto, sus exportaciones pierdan competitividad.

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