Economía
GOBIERNO

Todo sigue igual: a la economía no le importa el amago de dimisión de Pedro Sánchez

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

El amago de Pedro Sánchez de dimitir no ha afectado a la economía y los mercados siguen su curso con total normalidad. De hecho, los analistas consultados por OKDIARIO afirman que la ausencia del presidente del Gobierno no se traduce en ningún cambio político económico, dado que su capacidad de acción ya estaba «muy limitada» por la configuración parlamentaria.

Así, el Ibex 35 ha permanecido en positivo durante toda la mañana, con alzas que han variado desde el 0,2% hasta el 0,45% tras haber cerrado el selectivo en números rojos en la jornada del miércoles.

Por tanto, los mercados no han percibido el periodo de reflexión de Sánchez como un evento que produzca incertidumbre económica, sino que han continuado con normalidad poniendo la vista sobre otras cuestiones más relevantes como los resultados empresariales de Repsol, el Banco Sabadell o Acerinox, que fueron publicados este jueves a primera hora.

La influencia directa de Sánchez sobre la economía es tan paupérrima que el presidente socialista ha sido el primero de la historia en renunciar a elaborar unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el 2024.

En concreto, el dirigente prorrogó los presupuestos del 2023 en noviembre del año pasado y, más tarde, se negó a elaborar otros al considerar que no tenía los apoyos suficientes en el Parlamento para sacarlos adelante.

La economía con Sánchez

La incapacidad del Ejecutivo a la hora de elaborar las cuentas del Estado causa que la Administración ponga el piloto automático y se paralicen los nuevos proyectos. «Tenemos un Gobierno muy limitado pues, sin presupuestos, no se pueden abrir inversiones», afirman fuentes del Partido Popular. «Es decir, no están gobernando prácticamente», sentencian.

De hecho, la configuración de los partidos en el Congreso de los Diputados también dificulta que otro tipo de medidas se lleven a cabo. Por ejemplo, cinco diputados de Podemos votaron en enero en contra del decreto sobre el subsidio al desempleo que aprobó el Consejo de Ministros en diciembre y que había sido impulsado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, después de los desencuentros de los morados con Sumar, la formación de la titular de Trabajo.

Un pleno en el Congreso de los Diputados. Archivo.

Por su parte, este mismo miércoles, el Congreso aprobó una proposición no de ley del Partido Popular que prohíbe a Díaz volver a realizar cambios en las leyes laborales sin contar con el acuerdo previo de los sindicatos y la patronal, tal y como la dirigente hizo con la última subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La proposición consiguió prosperar por el apoyo de Vox y Coalición Canaria y la abstención de PNV y Junts.

Es decir, los miembros del Gobierno encuentran constantemente numerosas barreras a cada uno de los intentos de modificar las leyes y normativas que afectan a la economía y a los mercados. Por tanto, la ausencia de Sánchez, ya sea por sólo cinco días o se acabe perpetuando en el tiempo, no causa preocupación al no provocar consecuencias directas.

Cuestión distinta sería si, el próximo lunes, el presidente dimite de forma definitiva, se convocan otras elecciones y otra formación alcanza el poder. En ese contexto, sería posible que algunas de las medidas económicas más polémicas del Gobierno se colocaran en la cuerda floja o desaparecieran.

Dos de las políticas económicas con más posibilidades de desaparecer en el caso de un cambio de Gobierno son el impuesto extraordinario a la banca y el de las energéticas, ambos muy criticados por sus respectivos sectores.

Huida hacia delante

Julián Salcedo, doctor en Economía del Colegio de Economistas de Madrid, considera que Pedro Sánchez ha llegado a un punto del que no sabe cómo salir: «España da la apariencia de que va bien, pero macroeconómicamente tenemos varios problemas. Tenemos un déficit del 3,66 y lo tendremos que corregir. Nuestro compromiso con Bruselas es que no podemos superar el 3%. Hay que hacer un esfuerzo de reducción de gasto público o alternativamente, seguir subiendo impuestos, pero, ¿cuántos más impuestos vamos a subir si ya tenemos un enorme esfuerzo fiscal? Esto tiene un límite».

«El Banco Central Europeo y las instituciones comunitarias están poniendo límites a Sánchez. Además, es muy probable que haya un cambio en la composición del Parlamento Europeo tras las próximas elecciones. Es decir, que haya más presencia de partidos liberales y de derechas que le comiencen a presionar desde Bruselas», argumenta Salcedo.

Por ello, el analista considera que este movimiento de Sánchez responde a que «tarde o temprano alguien le va a pedir cuentas», por lo que lo único que ha podido hacer es «una huida hacia delante».