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Ricitos de Oro

Ricitos de Oro

En finanzas, al estado de la economía en el que ésta ni se expande ni se contrae demasiado, con un crecimiento estable, evitando una recesión, pero justo un crecimiento que no dispare la inflación, se le llama una economía Ricitos de Oro, en inglés “Goldilocks».

Aparentemente estamos en una economía Ricitos de Oro, o eso indican los mercados de renta variable. Pero lo que no se está teniendo en cuenta es que los intereses están en mínimos, y que eso es así, porque la inflación no repunta y el crecimiento tampoco. Los mercados de renta fija indican otra cosa: las curvas de tipos de interés de los bonos gubernamentales americanos a 2 y 10 años americano están prácticamente al mismo nivel de rentabilidad, en concreto con una diferencia de 20 puntos básicos, es decir, están planas. Como expliqué en mi artículo del pasado 27 de marzo, “Vienen Curvas” podría pasar que la curva se invierta y que se traduzca en una recesión.

Habrá que ver quién tendrá razón, si los mercados de bonos, que auguran curvas o los de renta variable, que defienden la visión de la economía Ricitos de Oro.

Lo que es evidente es que el tiempo y los datos económicos nos darán la respuesta, lo difícil es tomar decisiones con la fuertísima subida de los mercados de renta variable hasta abril, sobretodo en el mercado del S&P500, que en 7 meses ha recuperado los niveles de máximos históricos de septiembre 2018 tras una caída máxima del 19,58%.

Nuestra apuesta es que es más posible que los mercados de renta fija tengan razón y que es mejor apostar antes que después, cuando los datos económicos y el tiempo nos den la respuesta. Se va a necesitar mucho crecimiento para justificar la fuertísima subida de los mercados de renta variable desde principios de año, y no os digo para que sigan subiendo más.

Aprovechad para ajustar las posiciones que han subido mucho a sus pesos adecuados, vended las posiciones que lo han hecho peor durante el último trimestre, subid sus niveles de «stop loss» (precio de venta), revisad vuestro perfil de riesgo contra la cartera que tenéis actualmente y recordad cómo os sentisteis en el 2008 y, por último, incrementad los niveles de liquidez y renta fija en consonancia con la reducción de renta variable. No vaya a ser que revivamos un 2007.

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