¡Es el mercado, amigo!

Ribera mete un gol a Calviño: rompe la CNMC con el aplauso de las grandes empresas energéticas

La retribución de las redes, la gran batalla que hay detrás del movimiento

Ribera Calviño CNMC
Teresa Ribera
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

No es la guerra épica que mantuvieron Cristóbal Montoro y Luis de Guindos en el Gobierno de Mariano Rajoy, pero la actual de Nadia Calviño contra Teresa Ribera tampoco está mal. Hasta ahora iba ganando la primera, pero esta semana la ecologista le ha metido un gol por la escuadra a la vicepresidenta primera al incluir de rondón la división de la CNMC en los acuerdos de investidura entre PSOE y Sumar.

Por ponerles en antecedentes, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia -creada por el PP para aglutinar los diferentes reguladores sectoriales- ha pasado de ser el martillo de herejes de las empresas en muchos sectores en los tiempos de José María Marín Quemada (alias Torquemada) a un organismo absolutamente insustancial que no abre expedientes, ni sanciona, ni regula con Cani Fernández al frente.

CNMC, Cani Fernández
Cani Fernández, presidenta de la CNMC.

¿Y quién la puso ahí? Pues Calviño. Aunque la CNMC es una institución teóricamente independiente, depende orgánicamente de Economía y, por tanto, la ministra puede mangonearla. No olvidemos la gran afición de Calviño a colocar a todas sus amiguis en puestos relevantes, como a Margarita Delgado en el Banco de España (aunque a ésta la ha dejado tirada en sus aspiraciones europeas). Sólo le ha salido el tiro por la culata con su marido, al que no pudo enchufar en Patrimonio Nacional por el escándalo que se armó.

Aparte de colocar a Fernández, Calviño hizo lo propio con Rocío Prieto como directora de energía de la CNMC por delante de la candidata de Ribera, María José Samaniego, lo que sentó muy mal a la ministra de Transición Ecológica. Además, Prieto es próxima al PP, se oponía a la «excepción ibérica» y fue nombrada con el apoyo de ERC para rizar el rizo: en este organismo, donde no quedan consejeros populares, importan más las afinidades personales que las políticas.

Ribera contraataca

Ribera también consiguió alguna victoria, como colocar a su protegida María Jesús Martín Martínez en el asiento de su marido, Mariano Bacigalupo, cuando se pasó de la CNMC a la CNMV (la comisión que vigila la Bolsa) para asegurarse seis años más de sueldo público. O más recientemente, impuso a la CNMC que autorizada a mogollón licencias de renovables sin mirar la solvencia de las adjudicatarias. Y se va a liar, ya verán.

Precio luz gas
Las vicepresidentas Yolanda Díaz, Nadia Calviño y Teresa Ribera.

Ahora, Ribera ha aprovechado que Calviño está dedicada en cuerpo y alma a su candidatura para presidir el BEI para colar la citada ruptura de la CNMC y desgajar de ella la antigua Comisión Nacional de la Energía, la pata que tiene más poder en la regulación de la competencia. La segunda en importancia, la de telecomunicaciones, es un sector mucho más liberalizado.

«Lo que quiere Ribera en el fondo con la división de la CNMC es que el Ministerio de Economía, o sea Calviño, no controle la regulación de la energía», señala una fuente conocedora de la situación. Así que, si Calviño no consigue su ansiado puesto y tiene que seguir en el Gobierno, tendrá que comerse ese sapo. Y no les extrañe, porque tiene a Alemania en contra con la excusa de los chanchullos del marido; en realidad, lo que quieren en Berlín es colocar a Margrethe Vestager en el BEI para quitársela de Competencia en la UE, como les venimos contando en OKDIARIO.

Las empresas, a favor

Hay otra razón para separar Energía de la CNMC, que es las grandes empresas del sector quieren hablar con consejeros que sepan y manden, no con técnicos funcionariales. Y durante el mandato de Fernández, esos consejeros están ahí por afinidad personal, como se ha dicho, pero no tienen ni la menor idea de energía.

Eso no le ha ido mal al sector hasta ahora, porque la inactividad del organismo le ha librado de expedientes y sanciones por el precio de la luz o el de la gasolina, por ejemplo. Y tampoco se han aprobado regulaciones perjudiciales. Pero ahora resulta que hay que tomar decisiones en materia de retribución de las redes energéticas a partir de 2025, que es donde está el problema de verdad y no en el mercado. La CNMC debe aprobarla mediante unas circulares, que son la única gran competencia regulatoria que le queda, y cuya anterior aprobación en 2019 levantó gran polvareda en el sector.

Naturgy
Naturgy.

El propio Francisco Reynés, presidente de Naturgy, se queja de que ahora mismo hay un tope a la inversión en redes de distribución que el Estado retribuye a las empresas; y «la inversión que no se retribuye no se hace». Dado que España necesita una enorme inversión en redes para atender la demanda y absorber la creciente producción renovable, no tiene sentido que exista ese límite. Por no hablar de Red Eléctrica, cuyo plan de inversión 2021-2026 ha quedado totalmente superado.

El problema es que esa retribución implica subir el recibo de la luz y, si el Gobierno recupera los impuestos eliminados y si el gas sigue subiendo, volveremos a las andadas con el precio de la electricidad.

«Hay que tomar decisiones que pueden ser buenas o malas para las empresas, pero es peor la inactividad de una CNMC paralizada porque no tiene nadie arriba que sepa de energía. Y Cani es una magnífica relaciones públicas, pero aquí el problema no se resuelve montando cócteles», sentencia otra fuente.

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