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Revelan el secreto mejor guardado sobre las pensiones: el truco perfecto para ahorrar un dineral

El sistema de pensiones español establece claramente que, para cobrar el 100% de la pensión, hay que haber cotizado más de 38 años y tres meses y haber cumplido al menos 65 años. De no ser así, la edad ordinaria se alarga hasta los 66 años y ocho meses. Con estas condiciones, cada vez son más quienes buscan fórmulas alternativas para que el dinero rinda mejor. Y aquí entra en juego la experiencia de Johan y Lanette Canen, dos jubilados estadounidenses que han encontrado el equilibrio perfecto entre ahorro y calidad de vida. De hecho, han revelado el truco para ahorrar con las pensiones y muchos se sorprenderán.

El truco en cuestión no es otro que el hecho de haber dejado su casa y optar por vivir en un crucero ya que han argumentado, les resulta más barato que mantener una vivienda en una gran ciudad. De este modo, se ahorran las facturas, no tienen que preocuparse por hipotecas ni alquileres, tampoco tienen preocupaciones domésticas y además, pueden viajar por muchos rincones del mundo. Su historia, tan peculiar como inspiradora, está dando mucho que hablar y plantea una pregunta que muchos empiezan a hacerse: ¿y si la jubilación ideal no está en tierra firme?

El truco para ahorrar dinero con las pensiones

Johan y Lanette, ambos de 55 años, tomaron una decisión radical: dejar atrás su rutina, vender su negocio y embarcarse en un viaje de varios años por mar. El crucero que escogieron, el Villa Vie Odyssey, recorre 147 países, 425 puertos y decenas de islas durante más de tres años. Pero lo más llamativo no es el itinerario, sino el precio: unos 3.100 euros al mes, es decir, menos de 1.550 por persona. Esa tarifa incluye todo: alojamiento, comida, entretenimiento, conexión a internet, servicio de limpieza e incluso lavandería. Para ellos, se trata de una ganga si se compara con los costes de vivir en lugares como Hawái, Londres o incluso muchas ciudades europeas.

«No tenemos que preocuparnos de nada», explican con entusiasmo. Mientras otros jubilados hacen cuentas para pagar el alquiler, la luz, el gas, la compra y otros gastos del hogar, ellos sólo deben ocuparse de disfrutar. «Nos sentimos como en un hotel de lujo, pero más accesible y sin los sobresaltos de las facturas», cuentan. La pareja asegura que esta forma de vida no sólo es más barata, sino también más relajada y saludable: sin estrés, sin atascos, sin horarios rígidos. Una existencia que parece sacada de un sueño, pero que es muy real.

Una nueva forma de entender la jubilación

Lo que empezó como una aventura se ha convertido en un modo de vida a largo plazo. La pareja planea seguir navegando durante al menos 15 años, enlazando un crucero con otro. Su experiencia ha sido tan positiva que ya consideran al resto de pasajeros como parte de su familia. En sus palabras, «nunca estás solo, aquí todos compartimos el mismo espíritu: vivir con intensidad y libertad». Han hecho nuevas amistades, han visitado lugares que ni siquiera sabían que existían y disfrutan de una rutina sin relojes, marcada por atardeceres en alta mar, charlas con otros viajeros y una conexión constante con otras culturas.

Tampoco es una existencia completamente idílica. Johan admite que a veces, al bajar a tierra, siente una ligera sensación de mareo, una especie de adaptación inversa al suelo firme. Pero lo considera una anécdota menor frente a los beneficios de su estilo de vida. Para ellos, jubilarse no ha sido sinónimo de parar, sino de cambiar de rumbo. «Esto no es para gente rica, es para personas que quieren vivir diferente», insisten.

¿Ahorro y mejor calidad de vida?

Uno de los aspectos más sorprendentes de esta historia es que el ahorro no proviene de la renuncia, sino de una elección. Johan y Lanette no han recortado en calidad de vida: al contrario, la han multiplicado. Su caso demuestra que pensar fuera de lo convencional puede abrir nuevas posibilidades. Mientras muchos jubilados temen no llegar a fin de mes, ellos han encontrado un método que les permite vivir bien, viajar y tener cubiertas todas sus necesidades sin gastar una fortuna.

La clave está en cómo han transformado un gasto fijo (como el alquiler o la hipoteca) en una inversión en experiencias. Y con todo incluido. Lo que antes se destinaba a pagar una casa, ahora les da acceso a un estilo de vida completo: comida preparada, servicios de limpieza, actividades, excursiones y contacto con culturas del mundo entero. En el fondo, su truco no es otro que simplificar la vida y redirigir los recursos hacia lo que realmente valoran.

Es evidente que esta opción funciona a esta pareja, pero muchos opinarán que no es para todo el mundo. Requiere una mentalidad abierta, capacidad de adaptación y cierta disposición a romper con las comodidades tradicionales. Tampoco todas las pensiones permiten destinar más de 3.000 euros al mes al alojamiento, aunque cabe recordar que muchas personas mayores ya gastan cifras similares entre alquiler, suministros, medicamentos, comida y otros servicios.