Renfe se negó hace dos años a publicar los pliegos del contrato de los trenes de Cantabria
Renfe denegó en enero de 2021 una solicitud particular para que publicase los pliegos de la licitación de los 31 trenes de ancho métrico destinados a la red de cercanías y media distancia del norte del país, aludiendo a la confidencialidad de su contenido.
Según un documento firmado por el presidente de la compañía pública, Isaías Táboas, la solicitud se canalizó en noviembre de 2020 a través del Portal de Transparencia, cinco meses después de que Renfe le adjudicase el contrato a CAF por 190 millones de euros.
La respuesta negativa por parte de Renfe llegó el 11 de enero de 2021, justo cuando el fabricante de trenes con sede en País Vasco le comunicó a Renfe que había un error en los detalles técnicos de la licitación, en concreto sobre los gálibos.
Para denegar la solicitud de publicación, según el documento al que ha tenido acceso Europa Press, Renfe justificó que el pliego contenía detalles sobre sus planes de negocio y explotación, asegurando que era información «valiosa, de costosa elaboración, que tiene carácter reservado, y por ello, debe ser objeto de una especial protección».
También aludía al «riesgo de que se ponga en conocimiento de los competidores secretos comerciales», lo que, en su opinión, podría afectar a su posición competitiva en el mercado. Sin embargo, Renfe no tiene competidores en esta red. Por eso, también apunta a su competencia con otros medios de transporte: «se podrían ver afectadas las reglas de la sana competencia en el mercado de transporte».
«No existe justificación para que dicha mercantil, por el mero hecho de la titularidad pública de sus acciones, tenga que desvelar información relativa a un procedimiento de contratación que debe ser tratada como confidencial, siendo evidente que el resto de sus competidores no la hacen pública», añade la empresa sostenida con recursos públicos.
No hace públicos los pliegos
En ninguno de los grandes contratos de compra de trenes Renfe hace públicos los pliegos de las licitaciones, pero se trata de la única solicitud denegada en los últimos años y de un proyecto que ya acumula tres años de retrasos y que afectará significativamente a la calidad del servicio público de cántabros y asturianos, que ya tienen una red ferroviaria que se remonta al siglo XIX.
Pese a que en septiembre de 2021 todas las partes implicadas (Renfe, CAF, Adif y la Agencia de Seguridad Ferroviaria) consensuaron una solución -el uso del llamado método comparativo- en todo este tiempo no se ha avanzado en el diseño y no se prevé que los trenes entren en funcionamiento hasta 2026.
Renfe alude a que la información de gálibos contenida en la licitación provenía de la Declaración sobre la Red que Adif realiza, que sería el origen del problema, sin embargo, en ese documento no se especifican los gálibos.
Uso del método comparativo
En cualquier caso, ambas empresas son públicas y pertenecen al Ministerio de Transportes, aunque Renfe tiene un mayor riesgo reputacional, pues es la operadora frente a los ciudadanos, sobre todo ahora que ha entrado la competencia en la alta velocidad, mientras que Adif, como gestora de la red, tiene un carácter más técnico.
Más allá del error inicial, el enfado de los cántabros, sobre todo de su presidente, Miguel Ángel Revilla, es la paralización que ha sufrido este proyecto a pesar de que se encontrase una solución hace más de un año y que se había ocultado.
De hecho, esta solución del método comparativo ya se ha aplicado a otro contrato durante este tiempo, en este caso de Adif, que en abril de 2022, antes de que se presentasen ofertas, ya adjuntó una nota aclaratoria a un contrato de tres locomotoras licitado dos meses antes para dar esta posibilidad a las empresas licitadoras.
El uso de ese método no ha supuesto ningún retraso en ese contrato, cuyos trabajos comenzaron el 28 de noviembre, y Stadler, la empresa que ganó el concurso, va a solicitar un tren de la serie 2700 para usarlo como base para la construcción de las tres nuevas locomotoras.