Prepárate: el precio de este alimento se va a disparar y no te va a gustar nada
El precio de este alimento va a subir en los próximos días
El mercado del cacao enfrenta una crisis sin precedentes debido a la impactante escasez del producto, desencadenada por condiciones climáticas adversas. Costa de Marfil y Ghana, dos potencias en la producción de cacao, enfrentan lo que los agricultores han denominado ‘el mal de la vaina negra’, una consecuencia de la crisis climática que está mermando significativamente su capacidad de producción. Mientras que en otras regiones como el Mediterráneo la sequía ha sido la culpable de cosechas deficientes, en esta área africana, el exceso de lluvia relacionado con El Niño está desencadenando estragos. Esta falta de producto ha catapultado los precios mayoristas a su nivel más alto desde 1977.
Falta de producción en el cacao
El valor medio del cacao en el mercado internacional ha aumentado un 65% en comparación con el año pasado. Si a esto se suma el encarecimiento del azúcar, también afectado por El Niño, es evidente que los productos derivados del cacao, como el chocolate, experimentarán un alza notable en sus precios esta temporada navideña. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, se espera un incremento del 8,9% en los precios de los dulces y galletas este año, seguido de un 5,6% adicional el próximo año, superando la inflación general de alimentos.
En África occidental, la precipitación ha superado más del doble del promedio de los últimos 30 años desde el inicio de la temporada de lluvias el 1 de mayo. Las proyecciones indican que la cosecha en Ghana podría ser la más baja en 13 años, y en Costa de Marfil, la más escasa en siete, según previsiones de comerciantes y exportadores. Estos dos países, que representan aproximadamente el 60% de la producción mundial de granos de cacao, se ven afectados por este drástico descenso en la producción.
Los futuros del cacao más activos están cotizando en niveles récord de los últimos 46 años en el mercado de Nueva York, superando los 4.200 dólares la tonelada, un precio que podría equivaler a la compra de unos 50 barriles de petróleo. No obstante, los expertos sugieren que esta subida aún no ha alcanzado su punto máximo y se anticipa que los precios sigan en alza.
El problema se agrava aún más debido a que los agricultores no se están beneficiando de este aumento en los precios. Muchos se ven obligados a abandonar sus explotaciones debido a las restricciones y control gubernamental en los mercados de cacao en Costa de Marfil y Ghana. Los reguladores venden los granos a compradores extranjeros con hasta 12 meses de antelación, fijando los precios de la cosecha de esta temporada cuando los futuros estaban en torno a los 2.500 dólares la tonelada.
Subida de precios
Por otro lado, los precios internacionales del azúcar también han experimentado un aumento significativo. En noviembre, el promedio se situó en 161,4 puntos, un 1,4% más que en octubre y un impresionante 41,1% por encima del nivel del año anterior. La FAO atribuye este aumento a las adversas condiciones climáticas que afectan a los principales exportadores, India y Tailandia, vinculadas al fenómeno de El Niño. Además, retrasos en los envíos y el fortalecimiento de la moneda brasileña han contribuido al alza de los precios internacionales del azúcar. Sin embargo, se evitó un aumento mayor gracias al buen ritmo de producción en Brasil y a la disminución de los precios del petróleo crudo en el mercado mundial.
La complejidad de esta situación no solo impacta en los precios de productos como el chocolate y el azúcar, sino que representa un desafío humanitario y económico para las comunidades agrícolas en estas regiones. La dependencia de estas economías en la producción de cacao hace que la disminución en la cosecha no solo afecte a los agricultores, sino que tenga repercusiones en el empleo, la economía local y la seguridad alimentaria de las regiones afectadas. Es necesario no solo abordar las implicaciones comerciales y de precios, sino también buscar soluciones sostenibles y políticas que ayuden a estas comunidades a mitigar los impactos adversos del cambio climático en su sustento y bienestar.