Los países bálticos dicen estar preparados si Rusia decide cortar el suministro eléctrico
Las tensiones de los países bálticos con Moscú por la guerra de Ucrania y las impredecibles respuestas rusas a las sanciones de Occidente preocupan en Estonia, Letonia y Lituania ante la posibilidad de verse súbitamente desconectadas de la red eléctrica rusa.
Un cese del flujo de corriente eléctrica de Rusia supondría la «desincronización» de las redes bálticas con la red de Moscú, lo que en teoría podría afectar la calidad de la transmisión eléctrica a lo largo de líneas de alto voltaje y reducir la seguridad general del abastecimiento eléctrico.
En términos simples, la sincronización implica que los problemas de suministro, como los causados por un fallo en un central eléctrica, son compensados de forma automática por otras plantas conectadas a la red, según explica Gatis Junghans, un miembro del consejo director de Augstsprieguma tikls (AST), la operadora de la red de transmisión de alto voltaje letona.
Esto quiere decir que si la red eléctrica báltica se quedase aislada por una repentina desconexión de las redes de Rusia y Bielorrusia, estaría menos protegida contra fluctuaciones de potencia, según informa Efe. La posibilidad de que esto ocurra se ha planteado después de que Moscú amenazase con acciones que afectasen a la población de Lituania, en represalia por la aplicación de sanciones europeas contra las mercancías transportadas al enclave ruso de Kaliningrado.
Están preparados
No obstante, los representantes de los sistemas de transmisión de los países bálticos aseguran que hay planes listos para ser activados si Rusia corta el suministro eléctrico y que la red común de los tres estados no sufriría incidencias serias.
«Activaríamos una conexión que ya existe entre Lituania y Polonia. Polonia está sincronizada con la red de Europa Occidental,» dijo Junghans, que agregó que, más allá de estos recursos de emergencia, hay planes para cortar el vínculo con la red rusa a iniciativa báltica a partir de 2025.
Según explicó, ya no se transfiere corriente con fines comerciales de Rusia a los bálticos, sino que los tres países comparten electricidad entre ellos o la compran de Finlandia o Escandinavia.
La única corriente procedente de la red rusa es «tráfico de tránsito» en ruta a Kaliningrado, dijo Junghans, que destacó que una desconexión de los países bálticos convertiría al enclave ruso en una «isla» que podría recurrir sólo a sus propias centrales eléctricas. Los responsables de las redes de alto voltaje de los tres países están cooperando para desincronizarlas de Rusia y unirse a la red europea en los próximos años.