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El Nikkei japonés vuelve a niveles de 1990: ¿Alcanzará sus máximos históricos 34 años después?

Tokio
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Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

«En Bolsa a largo plazo siempre se gana». Esta es una de las frases más repetidas para convencer a los inversores de arriesgar su dinero en la renta variable y que tiene una evidencia palmaria en contra: el Nikkei de la Bolsa de Tokio. Este índice alcanzó máximos históricos casi en 39.000 puntos en 1989, nada menos, en plena burbuja inmobiliaria japonesa. Y no ha vuelto a esos niveles desde entonces. De hecho, llegó a caer a 7.500 en 2009, una pérdida de más del 80%.

Pero ahora las cosas han cambiado radicalmente. Lentamente y con muchos altibajos, el Nikkei ha ido recuperando terreno. En las últimas semanas, ha acelerado su escalada -lleva siete consecutivas subiendo- este lunes ha superado los 31.000 puntos por primera vez desde 1990. La gran pregunta es si ahora podrá volver a su récord histórico 24 años después.

La respuesta mayoritaria es que sí. Desde el punto de vista del análisis fundamental, los catalizadores de la escalada siguen estando presentes: básicamente, la mejoría de las expectativas de la economía japonesa (mayor crecimiento y menor inflación), la depreciación del yen que ha reactivado sus exportaciones y una mejora de la gobernanza de sus empresas con mayor presencia de los fondos activistas.

Por el lado del análisis técnico (estadístico), el índice de la Bolsa de Tokio ha superado el importante nivel de resistencia de la zona de 30.500-30.800, según los analistas. Esto implica, en teoría, que tiene recorrido al alza hacia los máximos históricos y el nivel nunca visto de los 40.000 puntos.

Ahora bien, dada la importancia histórica de esos niveles, lo normal sería que, antes de atacarlos, el Nikkei se tome un respiro e incluso que corrija parte de las subidas acumuladas en estas semanas. Es decir, una toma de beneficios por parte de los inversores que han obtenido importantes ganancias con el movimiento alcista.

La clave es si esa corrección respetará los citados niveles recién superados. Si es así, podrá iniciar sin problemas el ataque a los máximos; en caso contrario, tendría que volver a superar esas resistencias, lo que aplazaría la conquista de máximos. Incluso sería posible ver caídas adicionales antes de volver a intentarlo.

Warren Buffett

Hay un tercer elemento para el optimismo: la Bolsa de Tokio vuelve a estar de moda después de muchos años ignorada por los grandes bancos de inversión internacionales. La culpa la tiene el inversor más famoso del mundo Warren Buffett, que en 2020 anunció su entrada en varias de las mayores compañías japonesas y que en abril aseguró que había incrementado su apuesta por este mercado.

Buffett sigue la estrategia de inversión conocida como value, que consiste en buscar compañías que cotizan por debajo de su valor real sobre la base de que, tarde o temprano, el mercado reconocerá lo que valen de verdad. Y asegura que en Japón hay muchas. De hecho, el Nikkei cotiza con un PER (veces que la cotización recoge los beneficios de las empresas) de 16 veces los beneficios esperados para 2023, frente a las 26 veces del Nasdaq tecnológico norteamericano. Por ello, firmas como goldman Sachs Macquarie han empezado a recomendar invertir en el país nipón.

Este descuento es todavía mayor en las pequeñas empresas japonesas: hay cientos que cotizan en Bolsa prácticamente desconocidas para el inversor occidental. En España hay algunos vehículos que invierten en estas compañías, como el Japan Deep Value Fund de la gestora Gesiuris.

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