Economía
24.000 trabajadores

Gracias también, cartón

Antonio M. Agustín es consejero de FMCG y escritor.

En los días que llevamos de crisis y confinamiento hemos visto ya de todo. Por supuesto, mucho malo y descorazonador, al mismo tiempo que muchas cosas buenas y generosas. Nuestro país no está parado. Todavía hay muchas personas y sectores que ofrecen sus esfuerzos a luchar contra esta pandemia y que demuestra su importancia en nuestro día a día.

Nos sentimos protegidos por la dedicación de los profesionales de la salud, la de los que trabajan en servicios públicos a disposición de los usuarios, o incluso las arruinadas empresas de restauración que han puesto en marcha sus cocinas para elaborar comida para llevar, la de empresas farmacéuticas y alimentarias, junto a la voluntad y solidaridad de industrias y empresarios que ponen sus edificios, naves y cadenas de producción a disposición del país.

A ellos y también todos aquellos que no he nombrado y hacen posible que esto no se pare, quisiera rendir particular homenaje. Y en especial a esa industria esencial que tan a fondo conocí por mi vinculación al mundo de gran consumo y que raramente ha sido protagonista de portadas, ni centro de campañas publicitarias: la del cartón.

Estaba siempre invitado a todas las fiestas y cenas de gala pero nunca salía al estrado. Era socio de todos los famosos, pero no salía nunca en la foto. Su realidad es que gozaba de la consideración de ser ingrediente más que solución. Pero esencial.

Ella, ellos, los 24.000 trabajadores que siguen hoy en la línea para fabricar envases y embalajes de cartón que protegen y permiten transportar los productos de alimentación y bebidas que están llegado a los supermercados, equipamiento sanitario con destino a hospitales y centros de salud, además de productos químicos, y de gran consumo. Sin olvidar los que llegan a nuestros domicilios de mano de transportistas o mensajeros.

A este curioso hilo conductor que protege y ampara a tantas cosas quiero rendir hoy particular homenaje. Que no se desanimen y sigan.
Recuerdo muy bien que hace unos años pudimos auditar, estudiar y comprobar con numerosos expertos de varias disciplinas que éste era -es- un sector medioambientalmente sostenible.

Sus materias primas y sus procesos meticulosos lo son. Y lo que más me alegra a fecha de hoy es constatar que está también siendo fundamental para hacer sostenible nuestro día a día. En cuanto vean una caja de cartón, por favor, piensen también en quienes la han hecho posible. Un aplauso también para ellos. Gracias, cartón. Seguimos.

Antonio M. Agustín, consejero de FMCG y escritor.