Historia
Antiguo Egipto

Los arqueólogos no dan crédito: hallan en el delta del Nilo la ubicación exacta de una ciudad mítica egipcia

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

En Egipto los hallazgos no paran, pero este no tiene que ver con momias ni sarcófagos, sino con una ciudad entera, olvidada durante siglos bajo el barro del delta. Imet, mencionada en textos antiguos pero nunca localizada con certeza, acaba de ser identificada en Tell el-Fara’in, al noreste de El Cairo.

Este descubrimiento ha sido posible gracias a años de trabajo de un equipo de la Universidad de Manchester, en colaboración con arqueólogos egipcios y la Universidad de Sadat City. Con esto, se busca comprender mejor cómo funcionaba una ciudad real del Bajo Egipto durante el primer milenio a.C.

¿Cómo era Imet y por qué ha sido tan difícil localizar esta ciudad?

Si bien se acaba de hallar, Imet no es un nombre nuevo para los egiptólogos. Este aparece en documentos e inscripciones, como un centro importante del delta, pero hasta ahora nadie había podido decir con seguridad dónde estaba.

Los expertos han podido localizar esta ciudad gracias a un enfoque que combina imágenes satelitales de alta resolución con excavación tradicional. El equipo liderado por Nicky Nielsen ha encontrado viviendas de varios pisos, calles definidas, zonas de almacenamiento, restos de una antigua vía ceremonial.

Uno de los elementos más sorprendentes son las «casas torre», edificaciones de varios niveles levantadas sobre cimientos muy sólidos, capaces de soportar un crecimiento vertical. Este tipo de arquitectura se encuentra casi exclusivamente en el delta, entre los siglos VII a.C. y I d.C., y refleja la necesidad de aprovechar el espacio al máximo en un entorno donde el terreno habitable era escaso.

Imet también era un centro productivo, como muestran las plataformas pavimentadas para procesar grano y los corrales para animales. Todo esto sugiere una economía basada en la agricultura intensiva y en el aprovechamiento de los excedentes, probablemente con conexiones comerciales a nivel regional.

Los arqueólogos destacan que esas infraestructuras aparecen integradas en zonas residenciales, sin una separación estricta entre lo doméstico y lo productivo.

¿Qué adoraban en Imet?

En la zona oeste del yacimiento ha aparecido una gran construcción ceremonial del periodo ptolemaico, levantada justo sobre lo que fue una antigua vía procesional. Ese camino llevaba al santuario de la diosa cobra Uadyet, protectora del Bajo Egipto y figura central del culto local.

Este templo, con su base de piedra caliza y columnas de adobe revestidas, sugieren que había una vida religiosa muy activa. La interrupción de la vía procesional y la superposición de nuevos edificios indican un cambio en las prácticas religiosas hacia el siglo III a.C., en plena época greco-macedonia.

En el interior del templo han encontrado piezas de enorme valor arqueológico: un sistro de bronce decorado con las dos cabezas de Hathor, diosa de la música y la alegría; una estela con Harpócrates en actitud protectora, rodeado de serpientes, escorpiones y otros motivos apotropaicos; y una figurilla funeraria (ushabti) de fayenza verde, datada en la dinastía XXVI, con inscripciones talladas.

A pesar de los avances, los arqueólogos destacan que sólo se ha excavado una parte mínima del asentamiento. Hay mucho por descubrir: más viviendas, más templos, más objetos que puedan explicar cómo era la vida en esta ciudad hace más de dos mil años.

«Imet está emergiendo como un sitio clave para replantear la arqueología del Egipto del Periodo Tardío», asegura Nielsen. Y parece que esto es sólo el comienzo.