La Fiscalía pide hasta 30 años de prisión a los acusados en la estafa con criptomonedas de Arbistar
En total, según cálculos del juez, hay 32.000 afectados


El Ministerio Fiscal ha pedido en la Audiencia Nacional hasta 30 años de prisión para los acusados por la presunta estafa piramidal con criptomonedas de Arbistar, tal y como ha podido conocer OKDIARIO. En concreto, la Fiscalía imputa hasta tres delitos a cada uno de los supuestos responsables de estos hechos. En total, según cálculos del juez, hay 32.000 afectados. Sin embargo, sólo se han conseguido localizar cerca de 5.000 casos. Entre ellos, 55 habrían sufrido pérdidas superiores a 50.000 euros y 17 habrían sido defraudados por cantidades que superan los 250.000 euros cada uno. El juicio comienza esta semana entrante.
Por el delito de estafa agravada, la Fiscalía ha pedido a los acusados de Arbistar una pena de hasta 18 años de prisión, la «inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena» y una «multa de 30 meses con cuota diaria de 400 euros».
Por otro lado, a causa de la imputación de un delito de organización y dirección de organización criminal, el Ministerio Fiscal solicita hasta «8 años de prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena».
Además, por este mismo motivo, solicitan una «inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier actividad industrial, comercial o profesional o realización de negocios jurídicos ya en su propio nombre o a través de persona interpuesta o entidad mercantil o civil, por un tiempo superior de 20 años al de la duración de la pena de privación de libertad».
Por último, a causa de un posible delito continuado de falsificación de documentos mercantiles, la Fiscalía solicita al juez «penas de 3 años y 6 meses de prisión», además de una «multa de 14 meses, con una cuota diaria de 300 euros».
La presunta estafa de Arbistar
En junio de 2023, el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama, decidió procesar a siete presuntos integrantes de una trama criminal vinculada a la plataforma de criptomonedas Arbistar, que habría defraudado más de 92 millones de euros a cerca de 32.000 inversores.
En su auto, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 4 imputaba al supuesto líder de la organización, Santiago Fuentes Jover, y a otras seis personas por los delitos de organización criminal y estafa masiva. Además, imponía una fianza solidaria de 123 millones de euros para afrontar posibles responsabilidades económicas derivadas de una eventual condena.
La trama operaba a través de la web de Arbistar, donde ofrecían programas automáticos de inversión denominados Community Bot. Con promesas como «con este sistema siempre se gana» o «ganar es la única opción», aseguraban rendimientos entre el 8% y el 15% mensual, a cambio de mantener el dinero invertido durante al menos dos meses.
Según el juez, estos programas se basaban en un supuesto algoritmo de inteligencia artificial que garantizaba beneficios mediante el arbitraje de criptomonedas. «Sin embargo, dicho algoritmo nunca existió y, por tanto, únicamente se vendía humo», aseguraba. Arbistar se presentaba como una inversión segura, prometiendo rentabilidades regulares y automáticas gracias al supuesto robot de arbitraje.
Los inversores, tras instalar el software en sus ordenadores personales, solo debían esperar las ganancias prometidas, que inicialmente oscilaban entre el 8% y el 15% mensual, pagaderas semanalmente. Además, se ofrecía la opción de reinvertir las rentabilidades obtenidas o solicitar el reembolso.
Sin embargo, reiteraba el juez, «dicho programa automatizado nunca existió, basándose la oferta de negocio en una ficción». Calama explicaba que lo que esta trama hizo realmente fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores en pago de los altos intereses convenidos.
Esto, incidía, generaba una gran confianza en ellos acerca de que su inversión era segura y muy rentable, de suerte tal que ellos mismos se incentivaban para invertir una mayor cantidad de dinero con la esperanza de obtener un beneficio aún mayor.
«Este esquema tipo piramidal no solamente se usaba para que los que habían invertido aportaran más dinero, sino para atraer a nuevas personas que invirtieran al ver los grandes beneficios casi inmediatos que percibían los anteriores inversores», explicaba el juez.
A estos efectos, indicaba, a los inversores se les ofertaba también un «plan amigo» a partir del cual si los clientes conseguían incluir nuevos clientes obtenían una importante compensación.
El juez destacó que el fraude orquestado por los responsables de Arbistar se basaba en un sofisticado esquema que incluía una red comercial activa, incentivada por beneficios económicos, un aparato de publicidad eficaz y una sólida presencia en redes sociales. Estas herramientas contribuyeron a consolidar el artificio del engaño.
Según el magistrado, el éxito inicial del negocio ayudó a crear la percepción de una inversión infalible, donde las ganancias siempre estaban aseguradas y seguían aumentando. Esta sensación de seguridad se convirtió en la mejor publicidad para atraer a nuevos inversores, característica común de cualquier burbuja especulativa.
Entre las estrategias empleadas para captar clientes, los procesados organizaron actos públicos en hoteles y salas de congresos para promocionar su producto y atraer nuevos inversores. Un ejemplo destacado fue un evento celebrado en Málaga el 27 de mayo de 2019, que sirvió como escaparate para potenciar su red de inversores.