España destruye más de 400 sicavs desde que gobierna Pedro Sánchez

La destrucción de sicavs, el vehículo de inversión especialmente creado para grandes patrimonios y que tiene una serie de incentivos fiscales, especialmente un impuesto de sociedades del 1% a condición de que repartan dividendo, sigue por buen camino en España desde que gobierna Pedro Sánchez, primero en solitario con el PSOE y posteriormente en el Ejecutivo con Unidas Podemos. Tanto es así que más de 400 sicavs se han disuelto en los últimos tres años, el periodo que ya lleva gobernado Sánchez después de que iniciara su presidencia con la primera moción de censura de la democracia en junio de 2018.

Según datos de la consultora especializada VDOS, a finales de febrero quedaban en España 2.501 sociedades de inversión de capital variable, exactamente 425 menos de las sicavs que había el 1 de enero de 2018, el año en el que entró el PSOE al Gobierno. Entre medias, se han producido casi tres años de un gobierno que ha puesto a la inversión privada y a las rentas de capital en el foco del afán recaudatorio.

De hecho, en los últimos días se suceden las actas de disolución de distintos vehículos de inversión colectiva, normalmente utilizados por grandes patrimonios para poder decidir sus inversiones. Las sicavs no tienen una cantidad de beneficios fiscales muy superior al de los fondos de inversión pero el objetivo de las mismas es que los impuestos se paguen en el dividendo y no anualmente en el impuestos de sociedades.

100 menos en 2020

En el año 2020, que empezó con Unidas Podemos en el Gobierno con una investidura el mismo día de Reyes, 100 sicavs se dieron de baja del sistema español, quedando en 2.533. Sólo un año antes había 2.631 y en 2017, último año completo del PP, se rozaron las 3.000 con 2.926.

Desde el año 2015, todavía con el PP en el poder, las sicavs ya están en descenso ya que entonces se alcanzó el máximo con 3.399 sicavs, más de 800 sociedades más que actualmente.

Con respecto al patrimonio gestionado por las distintas sociedades de inversión de capital variable, ha pasado desde los 31.457 a 31 de diciembre de 2017, el último año completo de Mariano Rajoy, a los 28.649 a 21 de febrero de 2020. A pesar de todo, han remontado de forma ligera frente al final de 2020 gracias a la subida de la Bolsa.

Inversión mínima

Ya a finales del año 2020, este periódico informaba del movimiento realizado por la banca para poder sortear el golpe fiscal que preparaba Hacienda.

Ahora, el cambio fiscal para las sicavs ya se ha decidido y aunque no consiga recaudar, el PSOE lo tiene previsto aceptar como un peaje ante su socio de Gobierno. En las enmiendas del Grupo Socialista en el Congreso al Proyecto de Ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, actualmente en tramitación parlamentaria.

El PSOE anunció a principios de este año que propone elevar los requisitos para que estas entidades puedan tributar al 1% en el Impuesto sobre Sociedades, actualmente fijado en la participación mínima de cien socios. La ausencia de una inversión mínima, argumenta el Gobierno, provoca que haya socios con participaciones testimoniales en favor de inversores principales. En este sentido, quiere que sólo se contabilicen en estos cien inversores aquellos que cuenten con acciones por valor mínimo a 2.500 euros o de 12.500 euros en el caso de que sea una sicav por compartimentos, con una duración de al menos las tres cuartas partes del período impositivo. Las sicavs que no cumplan estos requisitos pasarán a tributar por sus beneficios al 30% en vez del 1% actual.

Este golpe fiscal es el que la mayoría pretenden evitar liquidando sus sicavs, y optando por otras inversiones dentro o en ocasiones fuera de España.

Ahora bien, en este caso las enmiendas del Gobierno conceden un período transitorio libre de impuestos para los partícipes que decidan reinvertir en otras instituciones de inversión colectiva: fondos de inversión y sicav donde haya 100 partícipes que tengan más de los 2.500 euros citados. Y es lo que van a hacer todos los dueños de estos instrumentos, según otro prestigioso abogado fiscalista: disolver la sicav y reinvertir el dinero en otros vehículos que puedan seguir tributando al 1%. Eso sí, tendrán que esperar a 2022 para ello, según reza la citada enmienda.

Este período transitorio es un puente de plata que deja sin apenas atractivo otras alternativas que planteaban los bancos privados hasta ahora (salvo para casos muy concretos): las sicavs luxemburguesas, la transformación de la sicav en una sociedad normal o los unit linked. También ha reducido la presión para materializar las plusvalías latentes cuanto antes para tributar al 1% en vez de al 30% cuando llegue el nuevo régimen; si va a poderse traspasar el patrimonio a otro vehículo sin pagar, tampoco hace falta ya esta medida.