Economía

Danone compra a pediatras españoles para que ‘receten’ Actimel

La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) cobra dinero de Danone a cambio de que receten a sus pacientes Actimel, un producto atizado por prácticamente todas las asociaciones de usuarios a nivel mundial por engañar con su publicidad.

Según ha podido saber OKDIARIO, en el sistema sanitario público, parte del horario laboral de los facultativos se dedica a recibir a visitantes de laboratorios o de empresas alimenticias. Es decir, que estamos pagando de nuestro bolsillo, de nuestros impuestos, horarios en el que un  comercial está intentando convencer a un médico de que recete y recomiende sus productos, que en este caso no son ni siquiera productos médicos.

Patrocinadores de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) según la propia Web.

La sociedad médica, de este modo, se dedica a avalar productos previo pago, con lo que pierde credibilidad el aval cuando trasciende públicamente que esto es así, y además, no debería permitirse que una sociedad médica avalase productos. Sin embargo, lo cierto es que la Ley no es clara al respecto, aunque según Facua, debería prohibirlo taxativamente. “No nos parece ético mercantilizar esta función”, señala la asociación a OKDIARIO.

“Los usuarios se creen que el producto es maravilloso ya que lo recomiendan los médicos. Pero, el hecho de que se haya pagado para que los médicos lo recomienden, es éticamente dudoso. ¿Es Danone la mejor, o es la que paga?”, señala Rubén Sánchez, portavoz de Facua.

Y lo cierto es que Sepeap tampoco oculta su intención de cobrar por recomendar o promocionar productos, ya que lo reflejan de este modo en su propia página Web: «Todas las opciones tendrán su correspondiente contrapartida en función del nivel de colaboración». Es decir, que cuanto más se pague, más se ‘recetará’, o al menos eso parece…

Danone engaña con la publicidad

Tanto es así que, de hecho, Danone ha sido multada en Estados Unidos por anunciar tanto en sus envases, como en sus folletos, como en televisión, que Actimel mejora las defensas, algo que ha sido desmentido por muchas asociaciones. La compañía tuvo que aceptar el pago de 21 millones de dólares tras reconocer que había exagerado las cualidades tanto de Actimel como de los yogures Activia, dos productos que acumulan un 25% de la facturación total de la multinacional.

Médico con un paciente (Foto: Jorgejesus4, con licencia CC BY-SA 3.0).

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también tumbó a Danone al asegurar que Actimel “no mejora las defensas”, tal y como anuncian. De este modo, EFSA elaboró un informe en 2010 en el que se concluía que el producto no era tal y como se publicitaban.

Y eso no es todo, Actimel fue denominado por Foodwatch, una asociación alimentaria alemana, como el producto con mayor publicidad engañosa; mientras que ASA, un organismo británico que se dedica a dar veracidad a la publicidad, obligó a Danone a retirar otro anuncio en el que también anunciaban un aumento en las defensas.

Desde Facua, además, su portavoz, Rubén Sánchez, señala que el Actimel no es más que un simple yogurt líquido sin ninguna propiedad distinta a la del resto de lácteos, pero con un precio bastante más elevado.

Los pediatras se defienden

Desde la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) han emitido un comunicado en su página Web, al que sólo pueden acceder sus socios, en el que admiten que existe contraprestación económica, pero en el que se defienden diciendo que “no se trata de una prescripción ni de publicidad por parte de la Sepeap, sólo de «un aval a un producto tras analizarlo. Lo recomendamos dentro de una dieta equilibrada».

La sociedad añade en su cuenta de twitter: «No creo que debamos dar cuentas más que a nuestros socios. Los acuerdos son privados. Nos pagan por emplear nuestro nombre en su publicidad y por analizar la fórmula de sus productos. Cobramos por analizar una reformulación de un producto, porque utilizan nuestro nombre en su publicidad».

Además, según fuentes de la Sepeap, fue la empresa de alimentación la que se puso en contacto con la sociedad: «Reformularon el producto y querían que lo analizáramos. Lo hicimos, incluía menos azúcar y se trata de un producto lácteo, así que decidimos avalarlo».