La economía española se acelera y crecerá cerca del 3% también este año «si no se cometen errores»

El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, considera que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) se mantendrá por encima del 2,5% en los próximos tres o cuatro años, rozando incluso la tasa del 3%; siempre que «no se cometan errores», haya «cierta estabilidad política» y se pacten los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que hoy están bloqueados.

Durante un desayuno informativo celebrado en Madrid y organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos (EEUU) en España, el ministro ha realizado un aviso a navegantes: «Podemos tener una década de crecimiento importante e intenso y hay que estar a la altura de las circunstancias porque a lo mejor el tren no vuelve a pasar en mucho tiempo».

En este sentido, Guindos ha destacado que el crecimiento económico de España es de los más elevados entre los grandes países de la zona euro y ha «prácticamente» recuperado el nivel de renta previo a la crisis, con una creación de empleo «muy intensa», al haber generado 1,7 millones de puestos de trabajo apoyado en la demanda interna y el sector exterior.

De hecho, los datos internos que maneja el Ministerio de Economía indican que el crecimiento del PIB se acelerará en el segundo trimestre del año una décima respecto a enero-marzo, hasta el 0,9%. Así lo refleja el Indicador Sintético de Actividad (ISA), que es una variable que utiliza el departamento que dirige De Guindos para anticipar la evolución económica.

De esta forma el PIB podría mantenerse cerca del 3% en tasa anual en la primera mitad de este año, algo en lo que coincide también la Autoridad Fiscal Independiente (AiREF), que es el organismo creado tras el rescate financiero de Bruselas para fiscalizar la labor del Gobierno español en materia de Economía y Hacienda.

Uno de los aspectos clave para no torpedear esta tendencia es no derogar la reforma laboral aprobada por el Ejecutivo el pasado año y que ha permitido que crear más de medio millón de puestos de trabajo en términos netos cada año.

Guindos ha admitido que está encima de la mesa la modificación de la normativa laboral para alcanzar pactos con PSOE y Ciudadanos y que el Gobierno es proclive a «perfeccionarla y complementarla», pero no contempla derogarla, como pretende el candidato a liderar a los socialistas Pedro Sánchez.

Respecto al contexto internacional, el ministro ha señalado que la evolución del precio del petróleo ha permitido una reducción de 5.000 millones de euros en el gasto público, un ajuste que se suma a los cerca de 10.000 millones de euros que se ahorra el Estado en términos de intereses como consecuencia de la refinanciación de la deuda pública que ha realizado el Tesoro aprovechando el contexto de tipos de interés, que están en mínimos históricos.

A todo ello se suma el superávit de la balanza por cuenta corriente (que mide los ingresos y pagos al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias). El volumen al cierre de 2016 fue de 22.306 millones de euros lo que supone el máximo histórico desde que existen cifras comparables y un incremento del 51,4% respecto a 2015.

El mayor riesgo para la economía española es, además del bloqueo a los Presupuestos Generales del Estado para 2017, que el Banco Central Europeo (BCE) comience su retirada de estímulos monetarios, reduciendo el programa de compra de deuda pública y privada que está rebajando artificialmente los tipos de interés manteniendo a los países deficitarios y altamente endeudados, como España.

A este respecto, Guindos ha considerado que «el BCE está llevando a cabo la política monetaria correcta y no debería dejarse llevar por datos de la inflación al estar influenciados por el precio de la energía». El mandato institucional del banco central le obliga a subir los tipos de interés cuando el IPC de la eurozona es mayor del 2%, aunque tal como ha indicado recientemente el servicio de estudios de BBVA una vuelta a la ortodoxia monetaria no es algo que se esté planteando el presidente del BCE, Mario Draghi.