Crisis sanitaria

El Covid-19 llega al ladrillo: hipotecas en caída libre y operaciones canceladas

Viviendas en construcción.
Viviendas en construcción.

El mercado inmobiliario afronta un nuevo escenario tras la crisis del Covid-19. En menos de 15 días las previsiones de los principales players del sector han empeorado bruscamente debido al fuerte impacto económico de la pandemia. S&P y el Banco Santander han recortado sus estimaciones para España hasta el 1,3% en 2020 -frente al 1,7% pronosticado previamente en ambos casos- y el FMI las ha reducido hasta el 1,6%, dos décimas menos de lo esperado.

El sentimiento generalizado en el sector inmobiliario a principios del mes de marzo era de tranquilidad y normalidad. Sin embargo, ahora se impone la preocupación y la incertidumbre.

«Hasta febrero, ni bajaban los precios ni había una disminución de inversores, incluso los inversores chinos continuaban con sus planes en el mercado inmobiliario. Sin embargo, la situación está cambiando a cada momento, y ya se puede empezar a hablar de las primeras cancelaciones de operaciones de compraventa”, reconoce el consultor inmobiliario Eduardo Molet.

La incertidumbre económica provoca que los clientes aplacen sus decisiones de compra y a la vez castiga duramente a las empresas ligadas al sector. La mayor cancelación de operaciones se está notando ya en Madrid, uno de los principales focos de la pandemia, y con toda seguridad se extenderá a otros puntos de la geografía.

Las previsiones elaboradas por la Agencia Negociadora sobre la firma de hipotecas tampoco son nada halagüeñas. Según sus cálculos, la firma de nuevos préstamos se hundirá un 60% entre abril y mayo en términos interanuales. Dicho de otra manera, sólo se firmarán unas 26.000 hipotecas, frente a las 63.915 que se contrataron en los meses de abril y mayo de 2019.

Si se cumplen las previsiones, el resultado estaría en línea con los datos de 2016 cuando se formalizaron 26.916 hipotecas, y sería una de las mayores caídas nunca vistas.

La Agencia Negociadora estima que la parte más cruda del impacto del Covid-19 «está por llegar» y cree que en abril y mayo se producirá una «tormenta perfecta, pero transitoria». En ese momento, dicen, «confluirán el aplazamiento de decisión de compra, la ralentización en la tramitación de las operaciones hipotecarias y, por último, las restricciones a la movilidad de las personas». Una tormenta perfecta que castiga aún más a un mercado inmobiliario que ya estaba dando muestras de menor actividad.

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