La confianza de los consumidores alemanes marca mínimos y se dispara el ahorro
El temor al fuerte aumento de los costes de la energía en los próximos meses ha provocado un nuevo deterioro del indicador de confianza de los consumidores alemanes, elaborado por GfK, que cae a un nuevo mínimo histórico de -36,5 puntos para septiembre desde los -30,9 de agosto. Asimismo, en previsión del mayor coste de las facturas de suministro energético en el invierno, los consumidores alemanes han aumentando sustancialmente su ahorro, que marca máximos desde 2011, con una lectura del índice correspondiente de 3,5 puntos, frente a los -14,1 enteros del mes anterior.
«El fuerte aumento en la propensión a ahorrar este mes significa que el sentimiento del consumidor continúa su fuerte descenso y ha alcanzado un nuevo mínimo histórico», explicó Rolf Bürkl, experto en consumo de GfK. En este sentido, Bürkl señaló que «el temor a los costes de la energía significativamente más altos en los próximos meses está obligando a muchos hogares a tomar precauciones y reservar dinero para futuras facturas», lo que está debilitando aún más el sentimiento del consumidor, ya que hay menos recursos financieros disponibles para otros consumos.
De hecho, advirtió de que la situación podría empeorar aún más en las próximas semanas y meses si el suministro de combustible, en particular de gas, es insuficiente durante el invierno, lo que provocaría un aumento mayor de los precios y de las facturas de calefacción.
Por otro lado, la evaluación de la situación económica por parte de los consumidores se ha estabilizado, después de dos caídas consecutivas, con un avance de 0,6 puntos del indicador, hasta -17,6 puntos, aunque el riesgo de una recesión sigue siendo alto desde la perspectiva de los consumidores alemanes. De su lado, después de que las expectativas de ingresos alcanzaran un mínimo histórico el mes pasado, estás aumentaron levemente en agosto, cuando el indicador ganó 0,4 puntos y ahora se sitúa en -45,3 puntos. En comparación con agosto de 2021, esto supone una disminución de casi 76 puntos.
Como consecuencia, la propensión a comprar ha caído 1,2 puntos, hasta -15,7 enteros, acumulando así siete meses consecutivos a la baja y registrando su peor nivel desde la crisis financiera y económica de octubre de 2008. Si los hogares tienen que pagar mucho más por la energía y los alimentos, carecen de los medios financieros para otras compras (…) Además, en el contexto de facturas de calefacción significativamente más altas, varios hogares están comenzando a acumular reservas para poder pagarlas», explicaron los responsables del estudio.