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Economía
Paga de verano

Comunicado importante de un experto en economía sobre la paga extra de verano que no te va a gustar

Con la llegada del verano, muchas personas ya están planeando las que van a ser sus próximas vacaciones. Y como suele ocurrir, se espera con ganas la famosa paga extra de verano que para la mayoría, se presenta como la oportunidad para poder pagar ese viaje o escapada que queremos hacer, aunque debemos tener cuidado. Un experto ha avisado sobre el cobro de esta paga y lo que hacemos con ella, especialmente en meses en los que es fácil que acabemos endeudados.

Gonzalo Bernardos, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona y habitual colaborador en medios de comunicación, ha lanzado una advertencia clara: la paga extra no debe traducirse automáticamente en gasto impulsivo. Aunque esta recomendación pueda resultar incómoda, sobre todo en una época en la que apetece gastar y disfrutar, lo cierto es que la previsión y el control financiero siguen siendo esenciales para evitar sorpresas desagradables en septiembre. Nadie dice que las vacaciones no sean necesarias, o que no podamos disfrutarlas al máximo, pero no deben convertirse en un motivo para poner en riesgo la estabilidad financiera de una familia o una persona. Conocer nuestras limitaciones, anticiparnos a los gastos de la vuelta al cole y no caer en el error de financiar los placeres del presente con las deudas del futuro son algunas de las claves que este experto ha querido compartir, aunque a muchos no les guste escucharlas.

El aviso de un experto sobre la paga extra de verano

Una de las advertencias más claras que lanza Bernardos tiene que ver con el uso indiscriminado de las tarjetas de crédito especialmente en vacaciones. Aunque parezcan aliadas prácticas en el día a día, y especialmente durante el verano, no dejan de ser una forma de financiación que puede salir muy cara si no se maneja con cuidado. El economista diferencia entre utilizarlas con responsabilidad (es decir, pagar a fin de mes sin intereses) y aplazar pagos, lo que implica pagar hasta un 30% más por el mismo gasto.

En un momento en que muchos tiran de tarjeta para cubrir hoteles, vuelos, restaurantes o compras, el riesgo de acumular deuda es real. Además, septiembre siempre llega con nuevos gastos: libros, matrículas, uniformes, transporte… Es ahí donde se notan las consecuencias de haber gastado más de la cuenta. Bernardos advierte de que incluso acciones cotidianas como reutilizar la mochila del curso anterior o los libros escolares pueden convertirse en una necesidad si no se ha actuado con previsión durante el verano.

La paga extra puede ser una oportunidad para ahorrar

No todos los trabajadores disfrutan de una paga extra de verano, pero quienes sí la reciben tienen una excelente oportunidad para reforzar su economía. El consejo de Bernardos es directo: «No recomiendo endeudarse por tener gastos superfluos o vacaciones». En lugar de quemar ese dinero en unos días de descanso, propone pensar a largo plazo y crear lo que él llama un «colchón financiero».

Este colchón puede ser la clave para sobrellevar imprevistos sin necesidad de recurrir a créditos o préstamos. Por eso, gastar la paga extra de manera impulsiva es un error frecuente que puede evitarse con un poco de planificación.

Además, Bernardos pone el foco en los depósitos bancarios y cuentas corrientes, donde según sus datos hay más de 843.000 millones de euros generando una rentabilidad prácticamente nula. Esto, según el experto, es dinero «parado» que podría tener un mejor destino si se gestionara con más inteligencia financiera.

Aumenta el gasto de los españoles en verano

Según el Observatorio Cetelem, el gasto medio en verano de los españoles en 2024 superó los 1.232 euros, un 9% más que el año anterior. Lo más alarmante es que casi una cuarta parte de los encuestados reconoció haber gastado más de lo que había previsto inicialmente. Esta cifra revela una tendencia clara: planificamos mal y acabamos pagando las consecuencias.

En muchos casos, ese extra que se gasta no se ve en grandes lujos, sino en pequeñas decisiones que se acumulan: una cena más, un hotel mejor, algún capricho para los niños… Cuando se suma todo, el resultado puede ser un desequilibrio financiero que tarda meses en corregirse. Y mientras tanto, se recurre a los créditos, a fraccionar pagos o a aplazar deudas, entrando en una rueda peligrosa que solo crece con el tiempo.

Por eso, la llamada de atención de Bernardos no es exagerada: es una invitación a vivir con más conciencia financiera. Disfrutar del verano no está reñido con cuidar el bolsillo. Al contrario, saber gastar también es una forma de cuidar nuestra tranquilidad a medio plazo.

¿Y si inviertes en vez de gastarlo todo?

Aunque el mensaje general del economista es de prudencia, también deja espacio para el optimismo. Quienes cuenten con algo de dinero ahorrado (incluida la paga extra) pueden encontrar en el mercado inmobiliario una buena oportunidad para invertir con vistas al futuro. Bernardos considera que este es un momento propicio para comprar, especialmente fuera de las grandes ciudades, donde los precios son más accesibles y hay más margen de revalorización.

Además, la banca está ahora más dispuesta a conceder hipotecas incluso con plazos de hasta 40 años, lo que puede facilitar el acceso a la vivienda a quienes tengan cierto respaldo económico. En este escenario, utilizar la paga extra como parte de la entrada a una inversión de este tipo puede ser mucho más rentable que gastarla en unas vacaciones que se esfumarán en unos días.

El mensaje de Gonzalo Bernardos puede parecer poco popular en un momento en el que todos queremos desconectar, vivir experiencias y disfrutar de un merecido descanso. Pero precisamente por eso es necesario. Las decisiones financieras no deberían tomarse en caliente, y menos en una época tan emocional como el verano.