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Busca bien en tu casa: están pagando 27.000 euros por esta moneda

Una moneda de duro de la que apenas quedan ejemplares

La última moneda de este tipo llegó a subastarse por 27.000 euros

Los coleccionistas pagan un dineral por esta moneda y podrías tenerla en tu casa

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Moneda de 5 pesetas.
Blanca Espada

Si eres aficionado a la numismática o te gusta todo lo que tenga que ver con monedas que resultan una «rareza» o que tienen un valor en ocasiones, incalculable, te gustará saber que existe una moneda de 5 pesetas que debido al hecho de que de ella quedan pocos ejemplares, puede llegar a alcanzar los 27.000 euros en subasta. Se trata del llamada «duro de Gerona», moneda acuñada en 1809 durante uno de los momentos más turbulentos de la historia de España.

Este duro, cuyo origen se remonta a la ocupación napoleónica, tiene entonces un valor que pocos imaginarían para una simple moneda. Este alto valor tiene mucho que ver con su contexto histórico y como mencionamos, su extrema escasez. Sólo se tiene constancia de muy pocos ejemplares. De hecho, aunque algunos expertos aseguran que existen nueve de estas monedas, la casa de subastas Cayón únicamente ha logrado identificar tres, lo que añade aún más exclusividad a la pieza. Además, su proceso de fabricación fue todo menos convencional. Ante el asedio de Gerona por parte de las tropas francesas, los habitantes se vieron obligados a fundir sus propios objetos de plata para acuñar nuevas monedas, convirtiendo esta emisión en un testimonio único de la resistencia y creatividad en tiempos de guerra.

La moneda que podría valer 27.000 euros

El duro de Gerona es más que una moneda; es un fragmento de historia tangible. Fue creado en un contexto de necesidad extrema, cuando el pueblo catalán, bajo el mando de Mariano Álvarez de Castro, defendía la ciudad contra la invasión de la Grande Armée de Napoleón. El cerco de Gerona, que comenzó en mayo de 1809, aisló la ciudad por completo, lo que provocó una gran escasez de recursos. La Junta de la ciudad, en su desesperación, ordenó que una tercera parte de los objetos de plata de la población, incluyendo los de las iglesias, fueran entregados para acuñar esta moneda. El monasterio de San Pedro de Galligants fue el primer lugar donde se estableció el taller de acuñación, aunque tuvo que ser trasladado en varias ocasiones debido a la presión de las tropas francesas.

Un proceso de acuñación en tiempos difíciles

El duro de Gerona es una moneda notable por su valor histórico, pero también destaca por el proceso de fabricación que tuvo que adaptarse a las circunstancias de guerra. La plata utilizada para acuñarlo provenía de objetos cotidianos y religiosos, lo que afectó su calidad. Se optó por una aleación de 850 milésimas de pureza, inferior a la de otras monedas de la época, pero suficiente para cumplir con la función de financiar la resistencia contra las tropas invasoras. Antonio Dassoy, un platero de origen genovés, fue el encargado de crear el cuño que dio forma a la moneda. A pesar de las limitaciones, el resultado fue una pieza de 39 milímetros de diámetro, 27 gramos de peso y 2,2 milímetros de grosor, con un diseño que ha pasado a la historia y que los aficionados a la numismática valoran mucho.

En el anverso de la moneda, se puede apreciar el busto de Fernando VII, acompañado de la leyenda «FERNANDO·VII REY·DE·ESPAÑA». En el reverso, se encuentra el escudo coronado, rodeado por la inscripción «AÑO·DE·1809·GERONA» y el valor de «5P».Tiene además el canto estriado de forma oblicua, lo que le confiere una apariencia distintiva a las monedas convencionales. Aunque muchos de los ejemplares que han llegado hasta nuestros días presentan desgaste, los detalles de su diseño original pueden ser admirados gracias a una reproducción privada que recrea con precisión la belleza de esta moneda y que muestra el Diario de Navarra:

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Recreación del duro de Gerona de 1809 (Foto: Diario de Navarra).

El valor en el mercado numismático

La escasez de esta moneda ha sido uno de los factores clave para que su valor haya alcanzado cifras tan elevadas. En julio de 2018, un ejemplar fue subastado por la casa Cayón en calidad EBC (una condición de conservación aceptable, aunque no perfecta), alcanzando la cifra récord de 27.000 euros. Desde entonces, no se ha vuelto a ver otro ejemplar en el mercado, lo que ha disparado aún más el interés entre los coleccionistas. Cada vez que una moneda de este tipo aparece en una subasta, se convierte en el centro de atención de los expertos en numismática, que ven en ella una oportunidad única para adquirir una pieza de historia.

Como podemos ve, el duro de Gerona es una de esas monedas que, si bien no gozan de la fama de otras emisiones, tiene un valor incalculable para aquellos que aprecian la historia detrás de cada pieza. Su escasez, su contexto de fabricación y la épica historia que la rodea la convierten en una de las monedas más valiosas del mundo numismático. Por eso, si alguna vez te encuentras rebuscando entre tus antiguos recuerdos familiares, vale la pena que eches un vistazo. Quizás, sin saberlo, guardes un tesoro histórico valorado en decenas de miles de euros.

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