Los bancos de EEUU se benefician de la llegada de Trump aunque critiquen sus medidas
Las mayores subidas registradas en Wall Street desde que Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos (EEUU) se las lleva el sector financiero. En concreto, el primer lugar lo ocupa Bank of América con casi un 37,5%, o lo que es igual 64.369 millones de dólares más, seguida de Wells Fargo, con un avance del 24% mejorando sus títulos un total de 55.647 millones de dólares y en tercer lugar, no por ello menos importante, JP Morgan con una revalorización del 23%, es decir, 57.252 millones de dólares más.
Pero es que la elección del magnate neoyorquino le ha venido muy bien al parquet estadounidense pues desde que se celebraron elecciones a la Casa Blanca, las empresas americanas han aumentado su valor en Bolsa en 1,9 billones de dólares. De esta cifra, 572.000 millones, el equivalente a la tercera parte, corresponde a las 40 corporaciones más grandes de Wall Street.
Los analistas de Bespoke Investment recuerdan que en sexto lugar encontramos a Citigroup, con una mejora de casi el 16% y empresas como Boeing, Comcast Corp, IBM o AT&T, también sonríen, al menos bursátilmente, con la llegada del nuevo presidente.
A pesar de estos buenos datos, el idilio no es completo. Los últimos decretos del presidente americano (como el del veto a inmigrantes) no han sentado nada bien en los mencionados bancos que saben, que el talento se encuentra en todos los países y no sólo en los llamados WASP (White Anglosaxon and Protestant). Quizá la declaración más rotunda ha sido la del CEO de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, que aseguró que la diversidad no es una opción sino lo que debe ser el mundo de la banca.
Medios de comunicación estadounidenses también recogen que los ejecutivos de JP Morgan y sus primos de Morgan Stanley han enviado mensajes a sus empleados sobre las restricciones que afectan a ciudadanos procedentes de 7 países musulmanes o que tengan doble nacionalidad.
«No es una política que apoyemos» afirmó el alto ejecutivo a su plantilla y anunció que preparan un plan de contingencia a los empleados que se vean afectados por estas medidas.
Blankfein ha afirmado que el éxito de las entidades recae en el talento de todos los que trabajan en su banco y que permite ofrecer enfoques y perspectivas diferentes vengan de donde vengan.
Ya saben ustedes que no hay nada más tímido que un millón de dólares y por eso tanto Citi como Bank of America no han querido entrar a valorar estas declaraciones. Sin embargo, JP Morgan Chase sí ha señalado en un mensaje de sus directivos que había estado en contacto con empleados potencialmente afectados por el movimiento. El banco ha apuntado que algunos “empleados excepcionales” son inmigrantes. “Nuestro país, la economía y el bienestar son fortalecidos por la rica diversidad del mundo que nos rodea”.
Por otro lado, James Gorman, presidente y director ejecutivo de Morgan Stanley, usaba un memorándum (la fórmula en la que los banqueros se comunican internamente con sus trabajadores) para apuntar que “si bien ningún empleado individual se vio afectado en su viaje hasta la fecha, estamos preocupados por los individuos y sus familias que podrían verse afectados”, por lo que se “les proporcionará apoyo según sea necesario”. “Valoramos enormemente la contribución de todos nuestros empleados de todo el mundo”, añadió.
Sorprenden estas reacciones pues no se esperaban tan pronto en contra de Trump por parte de un sector aparentemente afín. Más explícitas han sido las criticas del sector tecnológico, con el que el presidente si está enfrentando, habiéndose producido ya manifestaciones públicas de Tim Cook (presidente de Apple) o de Sergey Brin, cofundador de Google que no esconden su total oposición. Por poner tan sólo un ejemplo el padre biológico de Steve Jobs, cofundador de la empresa de la manzana mordida, era sirio. País incluido en el veto de Trump.