En cuatro años la plantilla de la entidad es una cuarta parte más pequeña

Banco Santander prescindió de más de 2.000 trabajadores en 2016 pese a que el ERE era de 1.400

Santander
Fachada de una sucursal de Banco Santander.
Borja Jiménez

Banco Santander alcanzó el año pasado un pacto con los sindicatos en el que acordaron la salida de 1.400 personas, de las que 1.000 trabajaban en la red y, de ellos, 700 serían prejubilaciones. Sin embargo, según ha podido saber OKDIARIO, fueron un total de 2.083 los empleados que causaron baja, de los cuales 85 se marcharon con un despido disciplinario y 969 se debieron a jubilaciones y prejubilaciones.

La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín (Foto: GETTY).

Desde la plantilla se sienten agobiados, toda vez que “la calidad de las condiciones de trabajo” se ha visto “muy deteriorada” por una “sistemática comercial” que estresa globalmente a “una plantilla insuficiente para todas las labores a realizar”. Así, desde el Sindicato de Trabajadores de Santander (STS) explican que “los resultados del ERE han afectado al empleo en Banco Santander”, pero también subrayan que la transformación del banco en oficinas Smart Red y la concentración de las mismas “han redundado en una mayor carga de tareas y número de clientes a atender, con una vuelta de antiguas herramientas como la agenda que no se ajustan a la filosofía actual del banco ni a unas formas de trabajar más modernas y con menor carga administrativa y de control”.

Al fin y al cabo, hablamos de una plantilla que, sólo en 2016, ha perdido a más de 2.000 efectivos, quedándose en poco más de 21.500, frente a los 27.500 que casi tenía en 2013. Es decir, que en sólo cuatro años, el número de empleados de Banco Santander en España se ha reducido en un 22%, alcanzando un ritmo de casi 1.000 salidas anuales.

En 2013, Banco Santander absorbió a Banesto, un ejercicio que la entidad que preside Ana Botín cerró con 4.067 oficinas, un 12% menos que las 4.611 que tenía al inicio del año sumando ambos bancos. La plantilla, de este modo, acabó con 27.406 empleados en España, tras despedir a unos 2.300 trabajadores tras la fusión con Banesto.

Banco Santander
Ciudad Financiera del Banco Santander. (Foto: Getty Images)

Al cierre de 2015, dos años más tarde, el Santander tenía 24.216 empleados en España, 624 menos que en 2014, en gran medida debido al cierre de oficinas, que ya se situaban en sólo 3.467, 1.200 menos que en 2013. Hoy, el número de sucursales ha caído por debajo de las 3.000, con lo que el achicamiento de coste laboral en el banco, todavía no ha terminado.

Aunque por el momento, según ha podido saber OKDIARIO, no se tiene ningún plan de reorganización previsto por parte de la empresa, Banco Santander sí estudia abrir un nuevo proceso de movilizaciones que, en principio, no deberían afectar al empleo, tal y como han señalado a este periódico fuentes próximas a la entidad.

En estas, el sindicato STS quiere resaltar que “los buenos resultados del banco deben de acompañar una estabilidad en el empleo con una mejora de las inversiones en tecnología que sirvan para que los empleados del Santander tengamos las mejores condiciones de trabajo posibles, con una efectividad real sobre horarios, conciliación y calidad en el empleo”.

Y lo cierto es que el Banco Santander obtuvo un beneficio neto de 6.204 millones de euros en 2016, un 4% más que el año anterior, gracias al “crecimiento de los ingresos por comisiones y a la mejora de la calidad del crédito”, según señaló la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El grupo que preside Ana Patricia Botín logró este gran resultado a pesar del impacto del Brexit en Reino Unido y de la debilidad de la economía brasileña, dos mercados en los que la entidad financiera está muy presente. El banco indica en su informe que ha sufrido durante el ejercicio por el efecto del tipo de cambio (la debilidad de algunas divisas con respecto al euro) y por la subida de impuestos en Polonia y Reino Unido.

En lo que a cotización respecta, el comportamiento de los títulos de la entidad comenzaron en junio un rebote que dura hasta hoy; pasando las acciones de costar 3,38 euros cada una, a los 5,8 actuales. Un rally que implica que quien tuviera papel de la entidad el verano pasado, hoy ha visto crecer su patrimonio en casi un 40%.

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