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El Banco de España constata la maniobra de la banca para no apuntarse las pérdidas en deuda pública

La cartera a vencimiento pasa del 42% al 60% del total de deuda pública que tienen las entidades

El Banco de España constata la maniobra de la banca para no apuntarse las pérdidas en deuda pública
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Las fuertes minusvalías latentes en sus carteras de deuda pública representan una de las principales amenazas para los bancos españoles, como ha venido informando OKDIARIO. El Banco de España confirma ahora que el sector está metiendo el grueso de esos bonos en la cartera «a vencimiento» o «a coste amortizado», lo que permite a las entidades no tener que apuntarse esas pérdidas en sus resultados ni en su capital.

Así, el Informe de Estabilidad Financiera publicado este lunes por el supervisor reconoce que «en el período reciente se ha producido un incremento de las tenencias de deuda contabilizadas a coste amortizado, que pasaron de suponer un 42% del total en junio de 2019 a alcanzar un 60% en junio de 2023 . Este cambio se observa en la mayor parte de las carteras y, en particular, en las tenencias de deuda pública».

«Esta evolución se ha intensificado en 2022 y 2023 —con incrementos interanuales de 5,8 pp [puntos porcentuales] y 5,3 pp, respectivamente—, y ha mostrado su importancia como mecanismo de gestión del riesgo de mercado», añade el Banco de España.

Eso significa que los bancos están trasladando el grueso de sus posiciones de deuda pública a esa cartera para «gestionar el riesgo de mercado», es decir, para no tener que apuntarse las minusvalías por la pérdida de valor de los bonos en el mercado.

Los bancos pueden meter sus valores de renta fija (bonos), incluyendo la deuda pública, en tres carteras: la de trading, que es para operar a corto plazo y cuyos beneficios o pérdidas van a la cuenta de resultados; la «disponible para la venta», cuyas minusvalías se restan del capital; y la «a vencimiento» también llamada «a coste amortizado», donde no hay que reflejar las pérdidas porque, como su nombre indica, ahí se meten los bonos que se piensan tener hasta que venzan y entonces el banco recuperará el 100% de su inversión. La teoría es que las fluctuaciones del precio no le afectan porque no los van a vender en el mercado.

No vender, salvo que tengan que hacerlo

Y es cierto que no los van a vender, salvo que se vean forzados a hacerlo. Que es lo que les pasó al Silicon Valley Bank o a Credit Suisse la pasada primavera: ante una huida de depósitos, tuvieron que vender los bonos a toda prisa y a cualquier precio para conseguir liquidez, y las pérdidas sufridas en esas ventas -que sí hay que apuntárselas- les obligaron a ser rescatados.

Aunque no se prevé que ningún banco español pueda tener problemas de liquidez -todos van sobrados-, tampoco se esperaba que ocurriera con el Silicon Valley y los que le siguieron en Estados Unidos. Por eso, el Banco de España dedica un apartado específico de su informe a analizar este riesgo y el BCE está considerando imponer un recargo de capital a las entidades con mayor exposición a la deuda pública (que compraron incentivadas por el propio BCE), como adelantó OKDIARIO.

Otra situación que obliga a aflorar esas minusvalías es una fusión, cuando la norma contable obliga a poner a «valor razonable» todos los activos y pasivos. Dicho valor razonable es el de mercado (lo que se llama mark to market) y la diferencia entre el mismo y el valor en libros debe restarse del capital de la entidad fusionada. Esa es la razón por la que el Banco Sabadell renunció a una operación con Unicaja Banco, debido a las fuertes pérdidas latentes de la entidad andaluza, como también informó este medio.

Caídas de los bonos

Los bonos del Estado han sufrido importantes caídas de su precio debido a que éste se mueve a la inversa del rendimiento del mismo, que ha subido con fuerza por las alzas de tipos de interés de BCE. Brevemente, un bono emitido al 2% vale 100 inicialmente, pero si los tipos suben al 4% valdrá menos que 100 porque ahora se emiten nuevos bonos similares con el doble de rentabilidad (luego el bono al 2% resulta menos atractivo).

El bono español de referencia a 10 años ha llegado a superar el 4%, aunque en las últimas semanas se ha relajado un poco por la búsqueda de valores refugio por parte de los inversores ante la guerra entre Israel y Hamás.

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