Agbar vuelve a Barcelona solo con los contratos de las concesiones catalanas
El negocio en el resto de España y Latinoamérica estará en manos de Suez
La matriz de Agbar tiene su sede en Madrid desde 2015
Once meses después de trasladar su sede social a Madrid por la escalada de la tensión independentista, Agbar (Sociedad General de Aguas de Barcelona) anunció ayer su regreso a Cataluña. Sin embargo, la empresa que volverá a Barcelona no es exactamente la misma que se marchó a la capital española el 7 de octubre de 2017, días después del referéndum secesionista. Agbar volverá a Cataluña como matriz solo de las empresas con concesiones catalanas, según confirman a OKDIARIO fuentes solventes.
Antes de que el independentismo pusiera en jaque la estabilidad económica de Cataluña, en el año 2010, Agbar fue comprada por la filial en España de Suez a través de una OPA amistosa. Cinco años después, Suez España trasladó su sede social a Madrid ante la escalada de tensión política en Cataluña. Sin embargo, la centenaria Aguas de Barcelona mantuvo su sede en la ciudad catalana, donde ocupaba el emblemático rascacielos del arquitecto Jean Nouvel.
Aquella Agbar tenía como objeto social la gestión de sus participadas. Esas pequeñas empresas son las que operan en el negocio del agua. En algunas, figura como principal accionista, en otras es accionista minoritario. Su negocio no solo se ceñía a Cataluña. También tenía concesiones importantes en otras regiones españolas y en varios países de Latinoamérica. Unas concesiones que conserva, pero que ahora dependerán solo de Suez España.
En estos meses, el grupo ha traspasado el negocio de esas filiales a la matriz principal, de manera que la Agbar que vuelve a Cataluña solo mantiene el control de las empresas participadas que operan en territorio catalán.
La más conocida es Aigües de Barcelona en la que comparte accionariado con el Área Metropolitana de Barcelona y La Caixa. Pero hay otras empresas en el grupo como Sorea o Cassa. Esta última tiene importantes concesiones del agua en Sabadell.
Desde que el independentismo recuperó el control político en Cataluña, la Generalitat viene presionando a las empresas que salieron de su territorio por la inseguridad jurídica para que regresen.
Agbar no ha sido ajena a esas presiones. En su caso, las concesiones municipales que opera en Cataluña peligraban si mantenía su sede fuera de territorio catalán, según ha podido contrastar este periódico. Aunque esas concesiones se otorgan a través de concurso público, lo cierto es que el pliego de condiciones es competencia municipal. PdCAT incluso llegó a poner sobre la mesa traspasar todo ese negocio de sus Ayuntamientos a Aguas de Valencia.
Ante esa situación, la compañía decidió tener un gesto para calmar los ánimos y el consejo de administración votó este martes a favor de regresar a Cataluña.
Con este anuncio, el Gobierno y la Generalitat tratarán de demostrar que la normalidad está volviendo a Cataluña. Pero lo cierto es que el modo en el que regresa Agbar, como matriz descafeinada, confirma que el escenario sigue siendo peligroso para las empresas.
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