Economía
Crisis empresarial

Los accionistas de Duro Felguera perderán todo su dinero con la entrada de la SEPI en el capital

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La SEPI sigue sin decidirse a entrar en el capital de Duro Felguera para salvarla de la quiebra, pero, si finalmente lo hace como todo apunta, los accionistas de la compañía asturiana perderán todo el dinero que han invertido. Se repetiría así el caso de la nacionalización de Bankia en 2012.

Esto se debe a que la entrada del holding industrial del Estado en Duro Felguera se producirá mediante lo que se conoce como «operación acordeón», que consiste en realizar primero una reducción de capital que pasará a ser cero (como mucho, 0,01 euros por acción). Posteriormente, se efectúa una ampliación de capital mediante la conversión del préstamo participativo de la SEPI de 100 millones en acciones de la empresa.

Dicha reducción de capital servirá para restablecer el equilibrio patrimonial de Duro Felguera tras las pérdidas de los últimos ejercicios: en 2024, el quebranto ascenderá a unos 100 millones, como adelantó OKDIARIO, tras perder 48,8 millones en las cuentas reexpresadas de 2023.

No hay fórmulas alternativas viables y, además, la reducción de capital es obligatoria por ley «cuando las pérdidas hayan reducido el patrimonio neto por debajo de las dos terceras partes de la cifra del capital y hubiese transcurrido un ejercicio social sin haberse recuperado el patrimonio neto» (si cae a la mitad es causa de disolución).

Como también informó este periódico, el auditor -Deloitte- ya avisó en 2023 de que «el grupo presenta un patrimonio y un fondo de maniobra negativos a 31 de diciembre de 2023». De ahí que generara «dudas significativas» sobre su capacidad de seguir como empresa en funcionamiento.

Esta reducción de capital implica que todos los accionistas de Duro Felguera perderán el total de su inversión o, como mucho, conservarán un valor residual. Tanto los mexicanos de Prodi y Mota-Engil, que controlan el 51% del capital, como los minoritarios que suman el 49% restante. Entre ellos hay fondos de inversión, pero también muchos pequeños inversores individuales que perderán sus ahorros.

Es lo que ocurrió con Bankia en 2012, cuando el Estado (entonces era el FROB, no la SEPI) aprobó el rescate de la entidad. Entonces, el capital se redujo a 0,01 euros por acción, unos 20 millones, lo que provocó pérdidas de 1.900 millones al propio FROB y de 2.100 millones a los accionistas que habían acudido a su salida a Bolsa.

Los mexicanos lo asumen

Según fuentes conocedoras de la situación, los socios mexicanos de Duro Felguera tienen asumido que van a perder los 90 millones que pagaron por el 51% del capital. Y, aun así, están dispuestos a inyectar más dinero en una de las dos empresas en que proponen que se divida Duro Felguera, como también ha informado OKDIARIO; concretamente, en la de ingeniería, que es el negocio que consideran viable (la otra es la de servicios).

Por el contrario, los minoritarios todavía creen que hay esperanza. Se han agrupado en una asociación y están intentando montar una reunión con la SEPI y los socios mexicanos para buscar una solución alternativa que se antoja casi imposible.

La alternativa, el concurso

Y es que la única alternativa que se vislumbra sería que la SEPI no entre finalmente en el capital precisamente para evitar esta masacre bursátil. Pero eso implicaría llevar a Duro Felguera a concurso de acreedores y, en consecuencia, al despido de la práctica totalidad de su plantilla de unos 1.600 trabajadores (aparte de los empleos indirectos).

En todo caso, aunque finalmente se produzca la nacionalización como todo indica, será imprescindible acometer un ERE para reducir costes. Las pérdidas de Duro Felguera se deben no sólo a los proyectos fallidos -como los de Argelia y Venezuela-, sino sobre todo a unos costes laborales desproporcionados para una facturación en caída libre precisamente a consecuencia de la crisis de la empresa.