Desde 2007, el ritmo del desplome de la inversión pública en infraestructuras acuíferas ha ido a una velocidad del 10% anual

El 40% de la red de abastecimiento de agua en España está obsoleta

El 40% de la red de abastecimiento de agua en España está obsoleta
Estado actual de las aguas residuales en El Retiro que Carmena no arregla.
Borja Jiménez

El hecho de que ni siquiera haya una valoración de cuánto costaría renovar la red de abastecimiento de agua en España es buena muestra de que no somos conscientes de la urgencia del tema. Pero el problema está ahí y, según señalan los expertos, necesita una unión entre inversiones públicas y privadas.

Gonzalo Delacámara, director académico del Foro de la Economía del Agua, coordinador del Departamento de Economía del Agua de la Fundación IMDEA y asesor de la Comisión Europea en política de agua, ha explicado a OKDIARIO la necesidad de afrontar un problema que puede llegar a perjudicar, incluso, a nuestra salud.

En la foto las oficinas centrales de la empresa de aguas.

“España tiene ante sí un desafío con su red de abastecimiento de agua, en gran medida porque la inversión pública se ha desplomado desde el comienzo de la crisis, con lo que tenemos plantas depuradoras que no están bien preparadas para tratar”, señala el experto.

Y lo cierto es que desde 2007, el ritmo del desplome de la inversión pública en infraestructuras acuíferas ha ido a una velocidad del 10% anual, según la fundación IMDEA. “España tiene una red de abastecimiento -alcantarillas y tuberías- muy densa; estamos bien equipados, pero el 40% de la red tiene más de 40 años, con lo que deberíamos empezar a renovarla. Y si no hay inversión, no se renueva”, enfatiza Delacámara.

Gonzalo Delacámara: «El 40% de la red tiene más de 40 años, con lo que deberíamos empezar a renovarla»

“Básicamente no renovamos, y como no renovamos, nos vamos a vidas útiles muy extensas y muy por encima de lo que recomiendan sus fabricantes”, se queja el experto, que advierte de los problemas: “En España es la sequía el problema más importante, ya que el turismo, por ejemplo, depende directamente de la disponibilidad de agua. Este año se espera que se vuelva a batir el récord de afluencia de turistas, con lo que llegarán unos 74 millones de turistas, de los cuales el 70% se concentra entre mayo y septiembre, y se juntan en el arco mediterráneo y en los archipiélagos, justo donde hay estrés hídrico”,.

Aquí el problema no es tanto desde la perspectiva del abastecimiento, no es que no vayamos a tener agua en el grifo, pero sí plantea un problema a la hora de depurar aguas residuales. Es decir, que el quebradero de cabeza pasa por la calidad del agua que devolvemos al mar y los ríos. Si la planta depuradora no tiene capacidad para absorber todo lo que le llega, devuelve agua sin tratar a los ríos y al mar, lo que significa, entre otras cosas, que empeoran los productos agrícolas.

España incumple la directiva europea de tratamiento de aguas residuales urbanas. Sobre todo en municipios pequeños y en áreas rurales, y somos el tercer país Europea con más municipios al tener unos 8.200, y sólo 2.500 operadores. Tenemos un sistema muy fragmentado, con muchos pueblos pequeños –el 80% de esos municipios tienen menos de 5.000 habitantes-, y en esos municipios hay dificultades reales para prestar este servicio, y ahí es donde se concentra el problema”, explica Delacámara.

Las crecidas de agua provocadas por el tifón Mindulle han ocasionado innumerables daños. (Foto: AFP)
Las crecidas de agua provocadas por el tifón Mindulle han ocasionado innumerables daños. (Foto: AFP)

Una parte de la solución, según los expertos, es recuperar la senda alcista de inversión. Es decir, “entender que en el sector del agua las inversiones tienen una maduración muy larga, porque son grandes infraestructuras y grandes inversiones y no se pueden plantear de un día para otro, sino que hay que hacer un esfuerzo continuado para recuperar esa inversión”.

En este sentido, Gonzalo Delacámara es consciente de que España está endeudada en más de un 100% del PIB, de que incumple sus objetivos de déficit y, en definitiva, que no es una situación fácil para el sector público. “Tenemos que generar alternativas más amplias, en las que todos los sectores puedan poner su granito de arena. Necesitamos una mezcla entre inversión pública y privada, y la sociedad civil. El ciudadano tiene que elegir”, explica el experto.

La aridez española no ayuda

Para entender el problema, hay que distinguir entre el agua recurso, que es el agua de los ríos y mares, y el agua servicio, conocido como ciclo urbano del agua, que es el agua del alcantarillado, del grifo, o que riega los jardines.

España es árida en dos terceras partes del territorio, especialmente en el noreste. Para que se hagan una idea, la cuenca del Segura es la cuenca con más estrés hídrico de toda la Unión Europea, es decir, que es la cuenca cuya disponibilidad de agua a largo plazo no permite satisfacer demandas presentes y futuras. A nivel nacional, todo el arco mediterráneo, llegando al pozo de Cádiz y los archipiélagos, tanto Canarias como Baleares, sufren escasez. Inundaciones, por otro lado, hay en la cuenca del Ebro, pero también en otras zonas del norte, como Galicia.

«Lo importante es la gestión, no si llueve mucho o poco»

Pero lo importante aquí es la gestión, no si llueve mucho o poco. Según explica Gonzalo Delacámara, “en una sequía como las que suceden en California con una mala gestión hay crisis de agua, pero si es buena, no hay crisis. Y en el caso de las inundaciones es exactamente lo mismo, ya que tiene mucho que ver con la capacidad de los suelos para drenar”.

Es lógico, si se construye masivamente y se pone cemento en todos lados, se elimina la capacidad de infiltración de los suelos, y eso es lo que genera inundaciones. “Así que no es un tema de que llueva mucho o poco, sino de la gestión”, sentencia Delacámara.

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