3 cosas que jamás debes vender si eres jubilado: lo dice un experto en finanzas
Cuando llega la jubilación, muchas personas se plantean reorganizar su economía y pensar en qué hacer con su patrimonio. Después de toda una vida trabajando, es normal querer disfrutar de los años venideros con tranquilidad financiera y calidad de vida. Sin embargo, este deseo de seguridad económica puede llevar, en ocasiones, a tomar decisiones precipitadas que, aunque parecen beneficiosas en el corto plazo, pueden tener efectos perjudiciales a largo plazo. Entre ellas, destaca la venta de ciertos bienes que, aunque representan una fuente inmediata de ingresos, pueden comprometer el bienestar futuro o la estabilidad financiera.
En este contexto, hay tres elementos que los jubilados nunca deberían vender, según un experto en finanzas: la vivienda, el coche y los objetos de valor o antigüedades. En lugar de vender estos bienes, existen alternativas que pueden proporcionar liquidez sin comprometer la estabilidad. Por ejemplo, en el caso de la vivienda, es posible optar por el alquiler de habitaciones o partes de la propiedad, generando ingresos adicionales. También se puede contemplar la opción de la hipoteca inversa, que permite recibir una renta mensual utilizando la vivienda como garantía, sin necesidad de venderla.
Vivienda
La vivienda es, sin duda, uno de los bienes más valiosos que una persona puede tener. No solo representa un lugar donde vivir, sino también una base emocional y un símbolo de estabilidad. Sin embargo, ante la necesidad de generar ingresos, muchos jubilados optan por vender su casa, especialmente si ésta es grande o está situada en una zona atractiva. A simple vista, esta decisión parece lógica, ya que la venta de una propiedad puede proporcionar una suma considerable de dinero que aligere la carga financiera. No obstante, el mercado inmobiliario, volátil por naturaleza, puede hacer que esta decisión conlleve más riesgos de lo que parece.
Además, vender la vivienda implica enfrentarse a la necesidad de encontrar un lugar alternativo donde vivir, ya sea alquilando o comprando una nueva propiedad. En el caso de los alquileres, los precios suelen ser altos y es posible que no siempre se encuentren opciones adecuadas para personas mayores. Por otro lado, preparar una vivienda para su venta puede acarrear gastos adicionales en reformas y reparaciones, sin garantizar un aumento proporcional en el valor de la propiedad.
Hipoteca inversa
La hipoteca inversa es un producto financiero diseñado especialmente para personas mayores de 65 años que buscan obtener ingresos adicionales aprovechando el valor de su vivienda, sin necesidad de venderla o abandonarla. En esencia, se trata de un préstamo garantizado por el inmueble, en el cual el propietario recibe una renta mensual o un pago único, mientras conserva el uso y la titularidad de su vivienda durante toda su vida.
Una de las principales ventajas de la hipoteca inversa es que no exige la devolución del dinero en vida del propietario, ya que el préstamo se liquida tras el fallecimiento del titular. En ese momento, los herederos tienen la opción de saldar la deuda con la entidad financiera, ya sea vendiendo la propiedad o asumiendo el pago de la cuantía adeudado para conservarla. Esto permite a las personas mayores disponer de su patrimonio inmobiliario sin renunciar a su estabilidad habitacional ni comprometer de manera inmediata el legado para sus herederos.
Sin embargo, antes de optar por esta alternativa, es importante informarse bien, comparar ofertas entre entidades financieras y entender los costes asociados, como intereses o comisiones
Coche
Otro bien que muchos jubilados contemplan vender es el coche. La lógica detrás de esta decisión suele ser la reducción de gastos relacionados con el mantenimiento, el combustible y el seguro. Sin embargo, para las personas mayores, tener un coche puede marcar la diferencia en términos de independencia y calidad de vida.
Es cierto que, en algunos casos, puede ser razonable vender un coche, como cuando se tiene más de uno o si el mantenimiento de se ha vuelto demasiado caro debido a su antigüedad. Sin embargo, es fundamental evaluar las necesidades presentes y futuras antes de tomar esta decisión. Además, optar por un coche más pequeño, más económico o más eficiente en combustible podría ser una alternativa viable.
Objetos de valor y antigüedades
Los objetos de valor, como joyas, antigüedades o piezas de colección, suelen ser considerados como bienes prescindibles. Sin embargo, estos bienes no sólo tienen un valor económico, sino también emocional. Muchas veces, los objetos antiguos o de lujo aumentan su valor con el tiempo, convirtiéndose en una inversión a largo plazo. Por esta razón, venderlos de manera impulsiva puede ser un error, especialmente si no se cuenta con una valoración profesional que garantice obtener un precio justo.
Además las joyas heredadas, los muebles antiguos o las obras de arte suelen estar cargados de recuerdos y significados que pueden ser importantes para las generaciones futuras. Antes de tomar la decisión de vender, es recomendable consultar con familiares, ya que es posible que alguno de ellos valore y desee conservar estos objetos.